martes, 5 de febrero de 2008

Christa Ludwig - Ariadne auf Naxos

- Y hablando del futuro, ¿cuáles son sus próximas grabaciones?
¿Grabará el “Viaje de Invierno”?

- No, no me darán luz verde para eso porque
¡tienen que hacer el quinto o el sexto de Fischer-Dieskau!.

(Christa Ludwig. 1980)


Christa Ludwig nació en Berlín en 1928, "mi padre empezó muy joven una carrera de bajo. A los diecinueve años cantaba el Hans Sachs y el Papageno, y a los 21 obtuvo un contrato de diez años para el Metropolitan. Pero tuvo unas diferencias con el empresario, Gatti-Casazza, y su contrato fue rescindido. Volvió a Viena y acabó su carrera como tenor, con todos los grandes papeles heroicos en repertorio; después trabajó como director de escena y por fin ocupó la dirección de un teatro", su madre Eugenia Ludwig-Besalla era mezzosoprano y tras retirarse se dedicó a la enseñanza, así que Christa aprendió a cantar en su academia de canto: "De pequeña me sabía todas las partes de cada ópera, ya que escuchaba constantemente a mis padres con sus alumnos. Me aprendía las partituras de memoria. Era fácil". Comenzó teniendo una tesitura de soprano pero fue evolucionando a la tesitura de mezzo, aunque como dice ella "canté Ulrica a los dieciocho años, mi primer “Caballero de la Rosa” a los 19 y Carmen a los 20", en general su carrera, al principio, se centró en papeles mozartianos (Cherubino, Dorabella) y algo de Richard Strauss (Oktavian), su repertorio fue creciendo con el paso del tiempo(Charlotte de Werther, la tintorera de Die Frau ohne Schatten, Klytämnestra de Elektra, la Mariscala de El caballero de la rosa, Dido de Les Troyens, Leonore de Fidelio y papeles wagnerianos como Brangäne, Fricka, Ortrud, Kundry y Waltraute, también Amneris, Cenerentola y Rosina, Lady Macbeth, Eboli, Herodias de Sale, la Condesa de la Dama de Picas, Carmen, Octavia de L'incoronazione di Poppea de Monteverdi). También fue una gran cantante de oratorio y lieder (Cuando, de pequeña, me acompañaba a mi misma al piano. A los seis años ya cantaba así, y lo hacía todos los días. Cuando debuté en ópera, a los dieciocho -tuve mi primer contrato a los 17, pero no era operístico- no podía en realidad cantar ópera, pues a mi voz le faltaba extensión. A mi tesitura le iba bien el Lied y por eso me dediqué primordialmente a ese género: en recitales, en la radio... De hecho mi carrera empezó con el Lied). Protagonizó estrenos como La Tempestad de Frank Martin en 1956, Escuela de Mujeres de liebermann (versión revisada) en 1957, La visita de la vieja dama de von Einem (1971), De temporum fine comedia de Orff (1973).

Desde luego la cantidad de papeles que interpretó esta señora es deslumbrante, y sin embargo no le parecía bastante: "cuando me convencí de que nunca podría hacer Isolde o Elektra me sentí tan frustrada que por un momento perdí todo el interés por posibles papeles nuevos", es la suya una de las carreras más longevas que me vienen a la memoria, cuando se retiró de los escenarios era capaz de dar recitales de lied para quitarse el sombrero, hay grabaciones de recitales de mediados de los ochenta -creo que son los de sus despedidas- en Salzburgo y Viena que los considero absolutamente imprescindibles, de hecho uno de esos recitales se comercializó en DVD, Ludwig no era sólo una gran cantante, una gran voz, era una ARTISTA. Badenes cuenta en su libro "Voces" a propósito de su grabación de Adalgisa -nunca la cantó en escena- en Norma: "Con gran sentido de la profesionalidad, rehusó el papel, alegando que si bien la música no le resultaba difícil de aprender, existía el problema del estilo. La respuesta afirmativa de Christa se produjo al encontrar en Milán a Maria Callas, ya que la gran soprano griega le dijo: 'Mire, sólo tiene que imitarme a mí'. Ludwig 'imitó' a la Callas y el resultado fue una de las mejores interpretaciones del papel de Adalgisa legadas por el disco."

Karajan le propuso cantar Isolde y Brünhilde, pero ella rechazó la idea: "Efectivamente, temí no poder llegar al final de los ensayos. Este es siempre mi problema: Ahora (la entrevista fue realizada en los años ochenta), por ejemplo, tenemos este “Falstaff”. Ensayos mañana y tarde, todos los días a lo largo de seis semanas; estoy completamente agotada. ¡Imagínese lo que ocurriría con un papel realmente largo como Isolda o Brunilda! Lo primero que resulta afectado cuando estoy fatigada es la voz: me encuentro bien en términos generales, pero la voz... Los ensayos me dejan exhausta, esta es la verdad. Luego, para arreglarlo, el ensayo general, muchas veces con público -lo que considero absurdo- y el estreno. Termino destrozada. El mejor rendimiento se da cuando se tiene tiempo de descansar, pero con estos terribles ensayos... Y luego está la edad ¿comprende? Con treinta años se resiste todo, pero a los cincuenta las cosas ya no son tan sencillas (...) él (Karajan) no hipnotiza a nadie. Se limita a hacer una propuesta. Cree que el timbre de determinada voz conviene a un papel en concreto, y lo propone al interesado. En mi caso estaba convencido de que mi voz era adecuada para Isolda, y tenía razón: yo podía cantar ese papel. También me dijo: “Si crees que esta parte puede arruinar tu voz, no la hagas”. Por eso digo que no fue demasiado insistente. Pero cuando te ofrecen un papel así es muy tentador: doble cachet, los discos, la película... Si uno canta con Karajan, es la fama. Como usted sabe, también mi madre cantó a sus órdenes y eso arruinó su voz. Era una mezzosoprano y tuvo que abordar los papeles de Elektra y de Senta, aprendiéndoselos además en ocho días. Sí, ella podía cantarlos, porque a determinada edad se siente una con fuerzas para todo, pero se fuerza la voz y los resultados a la larga son catastróficos. Mi madre siguió cantando su propio repertorio, pero a los cuarenta y pocos años tuvo que retirarse porque su voz había quedado realmente dañada y no tuvo tiempo para recuperarse. Además, llegó la guerra y no quiso cambiar de teatro... Concurrieron diversas circunstancias, ciertamente, pero básicamente fue la voz la que marcó el límite."

Seguramente el secreto de Ludwig, aparte de su su aristocrático fraseo, musicalidad y versatilidad estilística estaba en la atracción que ejercía su timbre, conservaba los colores tímbricos de una soprano y había sabido encontrar las resonancias oscuras propias de la voz de mezzo, siempre con naturalidad y sin perder homogeneidad entre los registros, eso, evidentemente, no lo hubiera conseguido sin un registro central consistente. Es Ludwig uno de los fenómenos vocales del siglo XX.

Seguidamente se pueden escuchar dos fragmentos, un lied de Brahms, "Sapphische Ode" (Oda Sáfica), y algo fuera de lo que fue su repertorio habitual, el fragmento de Ariadne auf Naxos "Ach! Wo war ich? Tot?... Ein Schönes war, hieß Theseus-Ariadne... Es gibt ein Reich, wo alles rein ist". La dirección corre a cargo de Karl Böhm en el Festival de Salzburgo de 1964, fijaos que la Náyade está interpretada por la joven Lucia Popp. Podemos preferir a otras intérpretes como Schwarzkopf o Della Casa en el papel de Ariadne, hay en su interpretación algunos agudos algo tirantes -también hay ataques con la voz colocada allá arriba-. Cuidado, esto va a ser muy fuerte, señoras y señores, así que prepárense, no digan que no les he avisado, al principio sólo iba a seleccionar un pequeño fragmento pero es que... me daba tanta pena que al final he tenido que meter un buen cacho, jeje.






ODA SÁFICA Op. 94/4 (1884) (Sapphische Ode)
Música de Johannes Brahms (1833 - 1897)
Texto de Hans Schmidt (1856 - 1923)

Rosen brach ich nachts mir am dunklen Hage;
Süßer hauchten Duft sie als je am Tage;
Doch verstreuten reich die bewegten Äste
Tau, der mich näßte.

Auch der Küsse Duft mich wie nie berückte,
Die ich nachts vom Strauch deiner Lippen pflückte:
Doch auch dir, bewegt im Gemüt gleich jenen,
Tauten die Tränen.

Rosas corté por la noche en el oscuro jardín;
más dulces que nunca exhalaron de día su aroma;
pero las ramas, agitadas,
generosas esparcieron rocío, mojándome.

También me embelesó el aroma de los besos
que por la noche cogí del ramo de tus labios;
pero también a ti, agitado el ánimo igual que ellas,
te rociaron las lágrimas.

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