Waltraud Meier canta el Liebestod
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viernes, 15 de junio de 2012
sábado, 4 de junio de 2011
Waltraud Meider en Valencia. Un lujo por partida doble.
La Meier agradeciendo la concesión de la medalla del Palau de la Música de Valencia.
La versión que de La canción de la tierra realizó Meier se caracterizó por su intimismo, potenciado por el uso de la media voz y por el sello personal que siempre imprime a sus interpretaciones: elegancia, fraseo, musicalidad y cuidada dicción. Pero esta vez no encontré cómoda a la mezzo, ni siquiera se apreció con claridad la guturalidad típica de su emisión, sí cierta nasalidad, sobre todo en el primer movimiento, destacó sobre todo, y como es lógico porque ahí hay que echar el resto, en el último lied, Der Abschied (La despedida), pero no hasta el punto de dejar de decepcionarme, tal es el nivel al que la cantante nos tiene acostumbrados. No sé si fue porque la mezzo tenía algún problema vocal, si su voz ya está desgastada o si es que se vió influenciada por la mediocre ejecución orquestal o por la interpretación de su compañero, el tenor Thomas Mohr, cantante que exhibió muy buena materia vocal en las zonas media y grave de su tesitura pero cuyo timbre se desigualaba, estrechándose, conforme ascendía a la zona aguda hasta el punto de parecer un Herodes.
Ayer volvía la mezzo al auditorio valenciano para cantar los Rückert-Lieder, y está vez sí pudimos sentirnos satisfechos, a las cualidades señaladas anteriormente habría que añadir que esta vez la voz ser proyectaba perfectamente, se expandía y llenaba la sala con facilidad, no creo que tuviera que ver el hecho de que la densidad orquestal de los Rückert-Lieder fuena menor que la de La canciónd e la tierra sino que parece que Waltraud Meier se encontraba en mejor forma vocal, ofreció unas interpretaciones llenas de naturalidad, frescas, sin dejar ningún resquicio a la afectación, fue su sinceridad expresiva lo que más me cautivó. Como propina, Meier, cambió de compositor y se vistió de Isolda para cantarnos "Träume", el quinto de los Wesendonck Lieder y a pesar de que en el ataque a la primera nota tuvo un leve percance ofreció una emotiva interpretación que nos dejó a todos con buen sabor de boca y con ganas de más.
Espero que la cantante siga deleitándonos con su presencia en el Palau de la Música durante muchos años más.
En la segunda parte la Orquesta de Valencia bajo la dirección de Yaron Traub ofreció una correcta lectura de la Novena de Mahler pero me dejó frío e indiferente, algo inimaginable tratándose de semejante obra.
Os dejo "Ich bin der Welt abhanden gekommen" en la interpretación de Waltraud Meier bajo la dirección de Lorin Maazel, este lied y "Um Mitternacht" son mis preferidos de entre los Rückert-Lieder:
Ayer volvía la mezzo al auditorio valenciano para cantar los Rückert-Lieder, y está vez sí pudimos sentirnos satisfechos, a las cualidades señaladas anteriormente habría que añadir que esta vez la voz ser proyectaba perfectamente, se expandía y llenaba la sala con facilidad, no creo que tuviera que ver el hecho de que la densidad orquestal de los Rückert-Lieder fuena menor que la de La canciónd e la tierra sino que parece que Waltraud Meier se encontraba en mejor forma vocal, ofreció unas interpretaciones llenas de naturalidad, frescas, sin dejar ningún resquicio a la afectación, fue su sinceridad expresiva lo que más me cautivó. Como propina, Meier, cambió de compositor y se vistió de Isolda para cantarnos "Träume", el quinto de los Wesendonck Lieder y a pesar de que en el ataque a la primera nota tuvo un leve percance ofreció una emotiva interpretación que nos dejó a todos con buen sabor de boca y con ganas de más.
Espero que la cantante siga deleitándonos con su presencia en el Palau de la Música durante muchos años más.
En la segunda parte la Orquesta de Valencia bajo la dirección de Yaron Traub ofreció una correcta lectura de la Novena de Mahler pero me dejó frío e indiferente, algo inimaginable tratándose de semejante obra.
Os dejo "Ich bin der Welt abhanden gekommen" en la interpretación de Waltraud Meier bajo la dirección de Lorin Maazel, este lied y "Um Mitternacht" son mis preferidos de entre los Rückert-Lieder:
viernes, 11 de junio de 2010
Segundo Acto de Parsifal en Valencia - Waltraud Meier fue Kundry

Si el Palau de les Arts tiene prevista ofrecer una obra y luego resulta que, sin la menor explicación, desaparece del programa de mano ponemos el grito en el cielo, sin embargo con el Palau de la Música parece que somos más tolerantes, no se exactamente por qué, si es que lo consideramos una institución de andar por casa o que nos da más pena, nos cae más simpática..., pero esto no debería ser así, se le debe exigir la misma seriedad que a cualquier otra sala de conciertos. Pues eso es lo que pasó con Metamorfosis de Richard Strauss, cuando cogimos los programas pudimos comprobar que la obra había desaparecido como por arte de magina, sin la menor explicación, ni siquiera una disculpa. Y no es la primera vez que pasa esta temporada, no quiero recordar la bochornosa anulación de las celebraciones del Nou d'Octubre.
Pero la mayoría de los que estábamos allí no habíamos acudido a escuchar la obra de Strauss, sino que queríamos asistir a la cita anual que Waltraud Meier mantiene en el Palau de la Música con el público valenciano gracias a la amistad que le une con el director titular de la orquesta, Yaron Traub. Es una de las grandes cosas que este director a hecho por Valencia y se lo agradeceremos eternamente.
Este año tocaba el segundo acto de Parsifal, acompañaban a la Kundry de Meier el tenor Simon O'Neill como Parsifal y el barítono Roman Trekel como Klingsor. Tal y como había ocurrido en las últimas actuaciones que le había visto me esperaba encontrar una Meier deteriorada en lo vocal y cual fue mi sorpresa al comprobar que lucía un hermosísimo timbre, sin estrangulamientos ni tiranteces, menos gutural de lo habitual, así que de lo demás ya os podéis hacer una idea, no hace falta decir mucho más: si es grande con problemas vocales ,cuando estos desaparecen se convierte en inmensa, fue Kundry, de los pies a la cabeza.
De Simon O'Neill hablábamos hace unos días en el blog, cumplió las expectativas creadas, es un buen tenor, con un fiato más que suficiente y un timbre mucho más natural y cálido, menos metálico, que la impresión que produce al escucharlo en Youtube. Me gustó mucho como Parsifal. Tengo dudas sobre su capacidad para afrontar en estos momentos papeles de heledentenor, pero no lo descartaría en el futuro. Por lo pronto cantará Siegfried en La Coruña, Siegmund en La Scala, según información del programa de mano también cantará en el teatro milanés el difícil papel de Otello, doblemente difícil en este caso, por el rol en sí mismo y por la sala, esperemos que el público de La Scala no se le eche encima; ahora mismo no me lo imagino ni en el "Esultate". También estuvo bien Roman Trekel, lo que no me terminó de convencer fue la opacidad de su timbre.
La Orquesta de Valencia estuvo mejor de lo que nos tiene acostumbrados, me gustó esta vez Traub, pero no nos hizo olvidar el Parsifal con que Maazel inauguraba la temporada anterior en el Palau de les Arts, fue un pálido reflejo de éste. Me decía un amigo, algo exaltado por el efecto Meier, "¡teniendo unos cantantes así quién quiere una orquesta!" No estoy de acuerdo porque yo sí quiero una orquesta pero en ese momento lo comprendí perfectamente, ni siquiera me extrañó que lo dijera y pensé que mi amigo era sabio.
Cuando terminó el concierto el público permaneció callado durante unos segundos, algo inusual en esta sala -seguramente los energúmenos que se dedican a cortar el final de las obras sistemáticamente estaban en el estreno de Salomé en el Palau de les Arts-. Y ya que ha salido a relucir Salomé me gustaría señalar otra de las barbaridades que se hacen en Valencia: programar el mismo día el estreno de Salomé de Strauss y el segundo acto de Parsifal con la última (mezzo) soprano wagneriana mítica que nos queda. Espero disfrutar de ella durante muchos años más y que siga sin olvidarnos, ayer pudo comprobar lo que el público valenciano la quiere.
Al terminar el concierto Waltraud Meier daba, una vez más, una primicia, volverá al año que viene para cantar La canción de la tierra y los 5 Rückert Lieder de Mahler y estará acompañada por el neozelandés Simon O'Neill. Es una gran noticia.
Mañana vuelven a repetir el concierto en el Palau a las 19:30, si podéis no dejéis escapar la oportunidad.
Os dejo un vídeo grabado en Berlín con Meier cantando Kundry, Cristopher Ventris como Parsifal bajo la dirección de Nagano:
Pero la mayoría de los que estábamos allí no habíamos acudido a escuchar la obra de Strauss, sino que queríamos asistir a la cita anual que Waltraud Meier mantiene en el Palau de la Música con el público valenciano gracias a la amistad que le une con el director titular de la orquesta, Yaron Traub. Es una de las grandes cosas que este director a hecho por Valencia y se lo agradeceremos eternamente.
Este año tocaba el segundo acto de Parsifal, acompañaban a la Kundry de Meier el tenor Simon O'Neill como Parsifal y el barítono Roman Trekel como Klingsor. Tal y como había ocurrido en las últimas actuaciones que le había visto me esperaba encontrar una Meier deteriorada en lo vocal y cual fue mi sorpresa al comprobar que lucía un hermosísimo timbre, sin estrangulamientos ni tiranteces, menos gutural de lo habitual, así que de lo demás ya os podéis hacer una idea, no hace falta decir mucho más: si es grande con problemas vocales ,cuando estos desaparecen se convierte en inmensa, fue Kundry, de los pies a la cabeza.
De Simon O'Neill hablábamos hace unos días en el blog, cumplió las expectativas creadas, es un buen tenor, con un fiato más que suficiente y un timbre mucho más natural y cálido, menos metálico, que la impresión que produce al escucharlo en Youtube. Me gustó mucho como Parsifal. Tengo dudas sobre su capacidad para afrontar en estos momentos papeles de heledentenor, pero no lo descartaría en el futuro. Por lo pronto cantará Siegfried en La Coruña, Siegmund en La Scala, según información del programa de mano también cantará en el teatro milanés el difícil papel de Otello, doblemente difícil en este caso, por el rol en sí mismo y por la sala, esperemos que el público de La Scala no se le eche encima; ahora mismo no me lo imagino ni en el "Esultate". También estuvo bien Roman Trekel, lo que no me terminó de convencer fue la opacidad de su timbre.
La Orquesta de Valencia estuvo mejor de lo que nos tiene acostumbrados, me gustó esta vez Traub, pero no nos hizo olvidar el Parsifal con que Maazel inauguraba la temporada anterior en el Palau de les Arts, fue un pálido reflejo de éste. Me decía un amigo, algo exaltado por el efecto Meier, "¡teniendo unos cantantes así quién quiere una orquesta!" No estoy de acuerdo porque yo sí quiero una orquesta pero en ese momento lo comprendí perfectamente, ni siquiera me extrañó que lo dijera y pensé que mi amigo era sabio.
Cuando terminó el concierto el público permaneció callado durante unos segundos, algo inusual en esta sala -seguramente los energúmenos que se dedican a cortar el final de las obras sistemáticamente estaban en el estreno de Salomé en el Palau de les Arts-. Y ya que ha salido a relucir Salomé me gustaría señalar otra de las barbaridades que se hacen en Valencia: programar el mismo día el estreno de Salomé de Strauss y el segundo acto de Parsifal con la última (mezzo) soprano wagneriana mítica que nos queda. Espero disfrutar de ella durante muchos años más y que siga sin olvidarnos, ayer pudo comprobar lo que el público valenciano la quiere.
Al terminar el concierto Waltraud Meier daba, una vez más, una primicia, volverá al año que viene para cantar La canción de la tierra y los 5 Rückert Lieder de Mahler y estará acompañada por el neozelandés Simon O'Neill. Es una gran noticia.
Mañana vuelven a repetir el concierto en el Palau a las 19:30, si podéis no dejéis escapar la oportunidad.
Os dejo un vídeo grabado en Berlín con Meier cantando Kundry, Cristopher Ventris como Parsifal bajo la dirección de Nagano:
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domingo, 29 de noviembre de 2009
Liguilla en Wartburg (25) - Las Isoldas siguen cayendo como moscas.
Hoy nos despedimos de dos grandes Isoldas:
- ASTRID VARNAY, que concursaba bajo el número 10 y obtuvo 2 VOTOS. Varnay cantó tanto el papel de Elisabeth -en 22 ocasiones desde 1942- como el de Venus -en 9 ocasiones desde 1947-, no es nada comparado con las 336 veces que cantó alguna de las tres Brünnhildes o las ciento y pico que cantó Isolda. No me parece que Varnay, cantante con la que ya he dicho en más de una ocasión que no puedo ser objetivo, tuviera el timbre ideal para encarnar a la pobre Elisabeth pero estoy seguro que con su capacidad de transmitir emociones debía impactar en escena y ofrecer una Elisabeth, además de bien cantada -recuerdo haber leído en su autobiografía que en una ocasión eligió "Dich teure Halle" para cantar una audición en la que obtuvo buenos resultados-, muy creíble.
- y de WALTRAUD MEIER, que lo hacía bajo el 13 y obtuvo 3 VOTOS. Meier nunca ha cantado Elisabeth en escena, su "Dich teure Halle" proviene de una de sus grabaciones comerciales, un recital para RCA dedicado a Wagner con la Orquesta Sifónica de la Radio de Baviera y dirección de Lorin Maazel que apareció en el mercado en 1997 en el que también canta, además de Kundry e Isolda otros fragmentos que no ha llevado nunca a la escena como la Inmolación de Brünnhilde. Lo que sí ha sido es la Venus de referencia en las dos últimas décadas, si no conocéis el DVD de Tannhäuser grabado en Munich en 1995 con dirección escénica de David Alden y musical de Zubin Mehta, en el que Meier, que aparece con una estética al estilo de la Gilda de Rita Hayworth, encarna una Venus de antología os recomiendo que os hagáis con él. En todo caso se puede encontrar en Youtube.
Por lo que pasa a la siguiente fase la número 18 con 9 VOTOS, parece que lo tenemos claro. Las tres siguientes son la 19, la 24 y la 25:
- ASTRID VARNAY, que concursaba bajo el número 10 y obtuvo 2 VOTOS. Varnay cantó tanto el papel de Elisabeth -en 22 ocasiones desde 1942- como el de Venus -en 9 ocasiones desde 1947-, no es nada comparado con las 336 veces que cantó alguna de las tres Brünnhildes o las ciento y pico que cantó Isolda. No me parece que Varnay, cantante con la que ya he dicho en más de una ocasión que no puedo ser objetivo, tuviera el timbre ideal para encarnar a la pobre Elisabeth pero estoy seguro que con su capacidad de transmitir emociones debía impactar en escena y ofrecer una Elisabeth, además de bien cantada -recuerdo haber leído en su autobiografía que en una ocasión eligió "Dich teure Halle" para cantar una audición en la que obtuvo buenos resultados-, muy creíble.
Por lo que pasa a la siguiente fase la número 18 con 9 VOTOS, parece que lo tenemos claro. Las tres siguientes son la 19, la 24 y la 25:
sábado, 16 de mayo de 2009
Waltraud Meier. If music be the food of love
Waltraud Meier, que a estas alturas está por encima del bien y del mal, apareció en el Palau de la Música de Valencia con un cambio de look y sonidos menos guturales en uno de los conciertos en conmemoración del 60 aniversario de la muerte de Richard Strauss. La mezzo aguardó hasta que terminó toda una sinfonía de Bruckner, programada en la segunda parte de un concierto en el que Meier cantó los Vier Letzte Lieder, para atender a sus fans con una sonrisa.

If music be the food of love
(Purcell, sobre texto de Henry Heveningham)
Alfred Deller
Si es la música alimento del amor, canta hasta que el gozo me colme; pues entonces, elevarás mi alma atenta hasta alcanzar placeres que nunca sacian. Tus ojos, tu semblante, tu lengua declaran que toda tú eres música. Los placeres invaden el ojo y el oído, y tan fieros mis transportes son, que me hieren, y todos mis sentidos se regalan; y aunque no es mi manjar sino sonido, seguro es que pereceré ante tus encantos, si es que no me salvas en tus brazos.
If music be the food of love,
Sing on till I am fill’d with joy;
For then my list’ning soul you move
To pleasures that can never cloy.
Your eyes, your mien, your tongue declare
That you are music ev’rywhere.
Pleasures invade both eye and ear,
So fierce the transports are, they wound,
And all my senses feasted are,
Tho’ yet the treat is only sound,
Sure I must perish by your charms,
Unless you save me in your arms.
Sing on till I am fill’d with joy;
For then my list’ning soul you move
To pleasures that can never cloy.
Your eyes, your mien, your tongue declare
That you are music ev’rywhere.
Pleasures invade both eye and ear,
So fierce the transports are, they wound,
And all my senses feasted are,
Tho’ yet the treat is only sound,
Sure I must perish by your charms,
Unless you save me in your arms.

R.Strauss - Im Abendrot
Waltraud Meier - Madrid 2008
Waltraud Meier - Madrid 2008
Ahora nos queda esperar al año que viene, parece ser que vendrá como Kundry a cantar el segundo acto de Parsifal en versión concierto.
domingo, 22 de marzo de 2009
El Fidelio inaugural de Les Arts en DVD

Si no me equivoco es el primer DVD del Palau de les Arts que se comercializa, aunque ya lo habíamos visto a través de la retransmisión del canal ARTE. El 25 de octubre de 2006, con mucho retraso, se inauguraba la primera temporada de ópera del Palau de les Arts. Poco después llegarían algunas sonadas sorpresas como el hundimiento de la plataforma escénica durante las funciones de La Bohème con la consiguiente interrupción de la programación y suspensión (La Bella y la Bestia de Glass) o cambios en algunas producciones (Don Giovanni, que se ofrecía con vestuario y sin decorados, o Cyrano de Bergerac, producción que venía del Met, para el que fue necesario realizar nuevos decorados); la temporada siguiente también fue bastante tortuosa por culpa de las inundaciones y la falta de previsión de los dirigentes políticos de la Comunidad Valenciana, más preocupados por la fachada de las infraestructuras que por ellas mismas, como consecuencia no se pudo estrenar en España 1984, la ópera de Maazel, el director musical del teatro responsable de haber creado de la nada la que hoy está considerada una de las mejores orquestas del país.
La dirección escénica del Fidelio inaugural corría a cargo de Pier'Alli, se trataba de una producción oscura, de corte tradicional, pero moderna en su plasmación escénica, en la que destacaba la inserción de imágenes ópticas en las dos oberturas que se interpretaban: la cuarta, conocida como Fidelio, en el inicio, y Leonore III -la segunda en orden de composición- a mitad del segundo acto. Cuando terminaron de sonar los últimos compases de Leonore III el público comenzó a aplaudir como loco, y es que parecía mentira que la orquesta pudiera sonar así, sin duda Zubin Mehta también tuvo algo que ver en ello. Ha sido una de las mejores experiencias musicales que he tenido nunca, aunque cuando yo asistí no era exactamente el día del estreno sino en una de las funciones posteriores.
El reparto estaba a la altura de las circunstancias, algo que en les Arts no siempre ocurre. Waltraud Meier era Leonore -esa temporada cantó en Valencia en tres ocasiones-, su voz ya mostraba serios problemas: tirantez en el agudo, nasalidad, se lo perdonamos por ser la gran intérprete que es.
Peter Seiffert ofreció un gran Florestan, apasionado y de indiscutible belleza vocal, las oscilaciones son mucho más evidentes en las grabaciones que en el teatro.
Qué decir del gran Matti Salminen, fue un lujo como Rocco, imponente por timbre, emotivo y paternal en su interpretación. Juha Uusitalo, el que sería el Wotan de la Tetralogía valenciana, era Don Pizarro, no nos produjo una buena impresión, pasó sin pena ni gloria y tuvo dificultades para hacerse oír por encima de la orquesta, cuando lo escuchamos como Wotan lo hicimos con bastantes reparos, afortunadamente éstos se desvanecieron sobre todo cuando lo vimos como Der Wanderer.
Seguidamente Uusitalo (Pizarro) interpreta "Elch' ein Augenblick" a la que sigue el dúo con Salminen (Rocco) "Jetzt alter":
El resto del equipo cumplió con creces. Excepcional fue la labor desempeñada por el coro, pero eso para los valencianos no era ninguna novedad, sabíamos de sobra lo bueno que era. En su momento ya me hice con una copia de la grabación que ofreció el canal Arte y cuando vea este Fidelio en la estantería de alguna tienda -que ahora en Valencia se han limitado a los grandes almacenes de turno- no dudaré en comprarlo, hay importantes razones para hacerlo, artísticas y sentimentales.
Peter Seiffert ofreció un gran Florestan, apasionado y de indiscutible belleza vocal, las oscilaciones son mucho más evidentes en las grabaciones que en el teatro.
Qué decir del gran Matti Salminen, fue un lujo como Rocco, imponente por timbre, emotivo y paternal en su interpretación. Juha Uusitalo, el que sería el Wotan de la Tetralogía valenciana, era Don Pizarro, no nos produjo una buena impresión, pasó sin pena ni gloria y tuvo dificultades para hacerse oír por encima de la orquesta, cuando lo escuchamos como Wotan lo hicimos con bastantes reparos, afortunadamente éstos se desvanecieron sobre todo cuando lo vimos como Der Wanderer.
Seguidamente Uusitalo (Pizarro) interpreta "Elch' ein Augenblick" a la que sigue el dúo con Salminen (Rocco) "Jetzt alter":
El resto del equipo cumplió con creces. Excepcional fue la labor desempeñada por el coro, pero eso para los valencianos no era ninguna novedad, sabíamos de sobra lo bueno que era. En su momento ya me hice con una copia de la grabación que ofreció el canal Arte y cuando vea este Fidelio en la estantería de alguna tienda -que ahora en Valencia se han limitado a los grandes almacenes de turno- no dudaré en comprarlo, hay importantes razones para hacerlo, artísticas y sentimentales.
miércoles, 1 de octubre de 2008
Las mujeres del Anillo (9): Waltraute

Como ya adelantaba en la entrada anterior de esta serie, Waltraute, es junto a Brünnhilde la única walkyria que tiene protagonismo propio fuera del conjunto formado por las hijas de Wotan en El Anillo. Tiene un pequeña gran intervención en el primer acto de El Ocaso de los Dioses (Götterdämmerung).
Su entrada es espectacular, irrumpe, galopando entre nubes de tormenta y precedida de un relámpago, en la roca de las walkyrias, allí está Brünnhilde contemplando el anillo que le ha entregado Siegfried como agradecimiento por la transmisión de su conocimiento y en señal de fidelidad. Waltraute busca un objetivo claro: que Brünnhilde se deshaga del anillo devolviéndolo a las Hijas del Rin, aquélla ha escuchado al padre mascullar que es la única solución para liberar a los dioses de la maldición del anillo y ha tomado la determinación de salvarlos. De paso este monólogo tiene también un objetivo dramatúrgico, es uno de los resúmenes de los acontecimientos acaecidos anteriormente que emplea el compositor para que el espectador pueda seguir con claridad el hilo de la acción dramática, a la vez, musicalmente es un compendio de motivos que rememoran también esa acción dramática anterior. En definitiva, una genialidad de Wagner.
Waltraute no tiene nada que hacer, Brünnhilde antepone su amor a Siegfried al bienestar de los dioses. Y aquélla se marcha como había llegado, galopando entre nubes tormentosas.
Waltraute es una hija desobediente pero no se enfrenta al padre, como si viene haciendo Brünnhilde, yo me pregunto hasta qué punto no es la última esperanza que le queda a Wotan para que todo vuelva a su cauce, nunca mejor dicho. En ese caso sería una de las tantas estratagemas que emplea el dios y lo que movería a la acción a aquélla sería la misma voluntad de éste. No lo sé. A mí siempre me ha gustado pensar que Wotan tira la toalla desde su enfrentamiento con Fricka en el segundo acto de La Walkyria, aunque es una afirmación muy discutible por su empeño en despertar a Erda.
Waltraute es una hija desobediente pero no se enfrenta al padre, como si viene haciendo Brünnhilde, yo me pregunto hasta qué punto no es la última esperanza que le queda a Wotan para que todo vuelva a su cauce, nunca mejor dicho. En ese caso sería una de las tantas estratagemas que emplea el dios y lo que movería a la acción a aquélla sería la misma voluntad de éste. No lo sé. A mí siempre me ha gustado pensar que Wotan tira la toalla desde su enfrentamiento con Fricka en el segundo acto de La Walkyria, aunque es una afirmación muy discutible por su empeño en despertar a Erda.
El personaje de Waltraute ha sido interpretado tanto por mezzos o contraltos como por sopranos dramáticas: Margarete Matzenauer, Sigrid Onegin, Kerstin Thorborg, Margarete Klose, Elisabeth Höngen, Maria von Ilosvay, Jean Madeira, Martha Mödl, Christa Ludwig, Brigitte Fassbaender, Hanna Schwarz, Josephine Veasey, Marjana Lipovsek, Waltraud Meier, Violeta Urmana.
Vamos a escuchar algunas Waltraute:
- Una contralto Maartje Offers (1891-1944), en http://www.dutchdivas.net la consideran antes una sorpano dramática de graves consolidados que una genuina contralto. Maartje Offers, fue una destacada Dalila, también cantó el personaje de Fricka y Azucena en la misma Scala en los años veinte. La traigo aquí sobre todo por la fecha de la grabación 1927/1928:
- La escena completa, para escuchar el amplio despliegue de motivos conductores, hasta momentos antes de la llegada de Siegfried, con la Waltraute de Christa Ludwig y la Brünnhilde de Nilsson en El Anillo de Solti (1964):
- Con talento dramático Martha Mödl suple su declive vocal en el Anillo de Bayreuth 1967 bajo la dirección de Böhm, contundente la despedida de esta magnífica cantante que quizás suena demasiado madura para ser una joven walkyria:
- Waltraud Meier en Bayreuth 1991, con Anne Evans como Brünnhilde y la dirección de Barenboim:
Creo que con los ejemplos tan contrastados que he puesto hay suficiente, así que lo dejo aquí. Y ahora sí... ya sólo me queda una para terminar la serie.
jueves, 24 de julio de 2008
Beethoven. Leonore/Fidelio (VI) - LA PROTA: LEONORE
ACCESO A ARTÍCULOS ANTERIORES AQUÍ
Continuamos con la serie dedicada a Fidelio analizando la vocalidad de la protagonista: LEONORE.- Entre las cantantes que alguna vez han interpretado el rol encontramos a Rose Bampton, Frida Leider, Christel Goltz, Erna Schlüter, Gre Brouwenstijn, Ingrid Bjoner, Helga Dernesch, Hildegard Behrens, Lotte Lehmann, Eva Turner, Rose Pauly, Anny Konetzni, Kirsten Flagstad, Sena Jurinac, Regine Crespin, Gwyneth Jones, Anja Silja, Birgit Nilsson, Gabriela Benackova, Josephine Barstow, Margarete Matzenauer, Aase Nordmo-Lövberg, Nanny Larsen-Todsen, Regine Resnik, Leonie Rysanek, Shirley Verret, Eva Marton, Christa Ludwig, Catarina Ligenza, Astrid Varnay, Inge Borkh, Elizabeth Connell, Iva Pacetti, Martha Mödl, Elisabeth Rethberg, Germain Lubin, Jessye Norman, Karita Mattila, Angela Denoke, Gabriele Schnaut, Waltraud Meier.
La vocalidad de Leonore la podríamos situar en una soprano spinto o dramática que ocasionalmente se acerca a la tesitura de mezzo. Algunos autores hablan de cierta ambigüedad vocal, mitad soprano y mitad mezzo, emparentándola con Kundry, Venus o Brünnhilde de Walküre, a la vez que con Dido, Oktavian o Santuzza (Dutronc), Arturo Reverter piensa que “es demasiado exagerado darle esta robustez y densidad al papel”. Lo cierto es que en el papel han destacado tanto mezzos (Christa Ludwig, Marianne Brandt, Margarete Matzenauer), sopranos lírico-spinto que fueron grandes Sieglindes (Leonie Rysanek, Lotte Lehmann, Brouwenstijn, Gwyneth Jones) como dramáticas que fueron grandes Brünhilde (Kirsten Flagstad, Martha Mödl, Birgit Nilsson). Se ha dicho que las mezzos acentúan más el carácter travestido del personaje, las segundas su femineidad y las terceras su fuerza impetuosa o carácter épico.
Siguiendo a Reverter podemos decir que “lo ideal sería una soprano dramática con facilidad en la zona aguda (si bemol y si natural agudos a plena voz) y que pueda vocalizar a la vez que mantener una gran línea de canto y cantar en mezza voce”, casi nada. “Su horquilla interválica es de dos octavas casi justas, va de si 2 a si bemol 4, lo que es propio de una soprano consistente, compacta pero no forzosamente dramática o falcón”.En su aria se le exigen notas agudas extremas y, a medida que va revelando su verdadera identidad, su sexo, tendrá que se ir asumiendo una tesitura más aguda.
El rol de Leonore fue estrenado por Ana Milder-Haptmann (1785-1838) en las tres versiones que conoció la obra, pero el ideal de Leonore parece que fue encarnado por Wilhelmine Schröder-Devrient, que lo interpretó en 1822 en presencia del propio Beethoven, soprano sobre la que Wagner basó su concepción de soprano dramática: estrenó Adriano de Rienzi, Senta y Venus.
Si hubiera que destacar a unas cuantas intérpretes por encima de las demás y durante la segunda mitad del siglo XX, yo destacaría a Kirsten Flagstad, intérprete de una autoridad impetuosa, un bello timbre broncíneo y magnífica proyección en todos los registros aunque con un talón de Aquiles: sus agudos fijos y blancos, la suya es una Leonora épica; Marta Mödl, una Leonora muy de carne y hueso, humana, magnífica intérprete, prestando atención a cada palabra o expresión, de timbre poco agradable y problemas en la zona aguda; Birgit Nilsson sería el contrapunto a Mödl y Flagstad, no tiene problemas con los agudos pero carece de esa magia y dramatismo en la línea de canto; Leonie Rysanek otra gran intérprete, resulta muy lírica y sensual en su grabación de estudio con Fricsay (1957) con el paso del tiempo fue ensanchando en graves y profundizando en sus medios expresivos; Christa Ludwig es la intérprete que justifica perfectamente que se pueda confiar el papel a una mezzo, su canto es muy cálido y profundo pero está en el límite de sus posibilidades; finalmente, si se tratara de elegir una Leonore lírica nos quedábamos con Gundula Janowitz, a pesar de sus limitaciones tanto en la zona grave como en el extremo agudo, es una Leonore apasionada y femenina que sabe solventar las deficiencias apuntadas con inteligencia. Tampoco debemos olvidar a Vishnevskaya, a pesar de que la cante en ruso es puro fuego, me encanta.
Escuchemos algunas grabaciones y cuidado con el empacho:
Y unos vídeos:
Christa Ludwig:
La controvertida Gwyneth Jones:
En las Clases Magistrales que dio Maria Callas en la Juilliard podemos hacernos una muy ligera idea de cómo hubiera sido su Leonore y además cantada en alemán.
Christa Ludwig:
La controvertida Gwyneth Jones:
En las Clases Magistrales que dio Maria Callas en la Juilliard podemos hacernos una muy ligera idea de cómo hubiera sido su Leonore y además cantada en alemán.
miércoles, 9 de julio de 2008
Adieu, fière cité. Dido.
Ah, ma noble Cassandre, ma vierge héroïque, je dois me résigner á ne jamais t'entendre.(Berlioz)

Decía que su representación es casi una utopía por aquí no ya sólo por su duración, más de cuatro horas -menos que Parsifal o Los Maestros Cantores-, o por la complicación escénica que supone la cantidad de cambios de decorado , sino sobre todo porque todavía subsiste algo de la leyenda negra que considera que Les Troyens es irrepresentable -lo cierto es que en los últimos años se ha representado un buen número de veces y en DVD hay varias muestras de ello-, y también por el equipo de cantantes que requiere: la especialización de los mismos en el canto francés, y la envergadura de sus roles, además habría que añadir que sólo una orquesta y unos coros de primer nivel pueden afrontar con éxito la prueba que esta ópera supone -Sra. Schmidt, tome nota e intente complacer a este modesto aficionado a la ópera, jeje-, si la orquesta y coros son mediocres el resultado es fácil que parezca pura pachanga y puede ser terrible, es Les Troyens una ópera que puede dar la medida de lo que puede considerarse un gran teatro de ópera, según pueda o no ser capaz de afrontar su producción con unas garantías mínimas.
En la discografía tenemos tres versiones de la partitura completa:
- 2 son de Colin Davis:

Josephine Veasey, John Vickers, Berit Lindholm, Peter Glossop; Royal Opera House Chorus and Orchestra. Dir. Colin Davis (Philips). Grabada en 1969 con el mismo reparto del estreno de la versión completa.


Ben Heppner (Aeneas), Michelle DeYoung (Dido), Petra Lang (Cassandra), Sara Mingardo, (Anna) Peter Mattei, (Corebus) Stephen Milling (Narbal). London Symphony Orchestra & Chorus. Dir.: Colin Davis. LSO LIVE. Grabada en el año 2000 con ocasión de unas representaciones en versión concierto.
Y una es de Charles Dutoit:

Gary Lakes (Aeneas), Deborah Voigt (Cassandra), Françoise Pollet (Dido). Orquesta Sinfónica de Montreal y Coro. Dir.: Charles Dutoit. DECCA. 1993.
A continuación vamos a escuchar el aria más conocida de la ópera: "Adieu, fière cité". La canta Dido en el último acto y es un adiós a Cártago, abandonada por Eneas sólo encuentra sentido en la muerte.
Primero por Waltraud Meier en 2006, a pesar de esos sonidos extraños, como entubados, característicos de la mezzo y de que en lo vocal cometa algún fallo, la interpretación me parece de una intensidad y una belleza sin igual, sobre todo teniéndola en imágenes, es entonces cuando su carisma nos atrapa y hace que los ojos se queden pegados a la pantalla:
Primero por Waltraud Meier en 2006, a pesar de esos sonidos extraños, como entubados, característicos de la mezzo y de que en lo vocal cometa algún fallo, la interpretación me parece de una intensidad y una belleza sin igual, sobre todo teniéndola en imágenes, es entonces cuando su carisma nos atrapa y hace que los ojos se queden pegados a la pantalla:
Después por Agnes Baltsa en 1987, tampoco Baltsa se caracteriza por su hermoso timbre, además es muy desigual. Su interpretación, sobre todo en el acompañado previo, parece demasiado cargada en lo dramático, como si estuviera en la escena final de Carmen, mucho mejor está en el aria propiamente dicha pero no me termina de gustar.
Y finalmente, aunque cantada en inglés, la versión de Janet Baker, aquí sí encontramos mayor belleza tímbrica y una interpretación de gran dramatismo -pero siempre contenido- en el recitativo acompañado, en el aria la musicalidad, como siempre que está Baker de por medio, es exquisita.
Me hubiera encantado encontrar en youtube la de Verret, pero no ha podido ser. Al principio esta entrada iba a estar dedicada a Regine Crespin pero es que se me ha ido de las manos...
lunes, 2 de junio de 2008
La Walkyria de Barcelona

Ahora que blogger ha introducido -por fin- la posibilidad de programar las entradas iba a dejar una preparada para el sábado porque iba a estar en Barcelona en una Walkyria semiescenificada -la orquesta estaba en el foso-, pero al final no me dio tiempo. Ahora mismo acabo de salir de Turandot. Como no tengo mucho tiempo hoy contaré algo sobre mi experiencia en el Liceu.
Entrar en el Liceu era casi como entrar en casa, había visto tantas retransmisiones por televisión desde ese teatro que casi lo sentía como propio, había contemplado tantas veces sus fotografías y había realizado tantas visitas virtuales desde su página web desde hace tantos años que todo allí me resultaba familiar. Respecto a La Walkyria, me lo habían puesto tan crudo que casi salí encantado. Lo retransmitieron por radio así que quizás alguno de los lectores del blog lo ha escuchado. Plácido Domingo no está ya para cantar Siegmund, es cierto que la voz suena todavía fresca y es increíble que el paso del tiempo no haya hecho mella en lo que es, en un sentido estricto, su instrumento, sin embargo llegó al final del primer acto muy cansado y empleó mil y un trucos para salir a flote, cosa que -a juzgar por la mayoría de las opiniones del público asistente con el que he hablado- lo consiguió con creces, para eso es lo gran artista que es y por eso uno recorre más de trescientos kilómetros para escucharlo. Waltraud Meier, por la que también van pasando los años, estuvo estupenda, es una artista con un conocimiento y dominio absoluto de su instrumento, una cantante de las grandes, mientras escuchaba a Henschel como Fricka -¡Qué instrumento más irregular!- pensé más de una vez en lo bien que hubiera cantado ese papel Waltraud. Hunding es poco para un bajo como René Pape sólo le puedo poner un pero y es por comparación con Hundings de sonidos más cavernosos como el de Salminen que no sólo saben dar carácter señorial al personaje sino que causan auténtico pavor. El tándem Domingo/Meier (Siegmund/Sieglinde) funciona a la perfección, lástima que Weigle no supiera galvanizar la orquesta -quizás condicionado por los apuros de Domingo- para conseguir que el público llegara al delirio más absoluto al terminar el primer acto. Me gustó la Fricka de Henschel pero su timbre era muy irregular con cambios asombrosos, respecto al Wotan de Held tenía tan pocas esperanzas después de los comentarios que había leído que su monotonía casi me pareció un mal menor y respecto a Herlitzius, se trata de ver la botella medio llena o medio vacía, tiene un gran caudal de voz, sólo le falta encauzarlo, pero tampoco estuvo tan mal como me la habían pintado.
Y no quisiera terminar sin hacer mención a lo bien cuidados que estuvimos durante todo el día por nuestros amigos catalanes, así da gusto.
Seguidamente podemos ver a Domingo y Meier bajo dirección de Muti en La Scala, año 1994:Entrar en el Liceu era casi como entrar en casa, había visto tantas retransmisiones por televisión desde ese teatro que casi lo sentía como propio, había contemplado tantas veces sus fotografías y había realizado tantas visitas virtuales desde su página web desde hace tantos años que todo allí me resultaba familiar. Respecto a La Walkyria, me lo habían puesto tan crudo que casi salí encantado. Lo retransmitieron por radio así que quizás alguno de los lectores del blog lo ha escuchado. Plácido Domingo no está ya para cantar Siegmund, es cierto que la voz suena todavía fresca y es increíble que el paso del tiempo no haya hecho mella en lo que es, en un sentido estricto, su instrumento, sin embargo llegó al final del primer acto muy cansado y empleó mil y un trucos para salir a flote, cosa que -a juzgar por la mayoría de las opiniones del público asistente con el que he hablado- lo consiguió con creces, para eso es lo gran artista que es y por eso uno recorre más de trescientos kilómetros para escucharlo. Waltraud Meier, por la que también van pasando los años, estuvo estupenda, es una artista con un conocimiento y dominio absoluto de su instrumento, una cantante de las grandes, mientras escuchaba a Henschel como Fricka -¡Qué instrumento más irregular!- pensé más de una vez en lo bien que hubiera cantado ese papel Waltraud. Hunding es poco para un bajo como René Pape sólo le puedo poner un pero y es por comparación con Hundings de sonidos más cavernosos como el de Salminen que no sólo saben dar carácter señorial al personaje sino que causan auténtico pavor. El tándem Domingo/Meier (Siegmund/Sieglinde) funciona a la perfección, lástima que Weigle no supiera galvanizar la orquesta -quizás condicionado por los apuros de Domingo- para conseguir que el público llegara al delirio más absoluto al terminar el primer acto. Me gustó la Fricka de Henschel pero su timbre era muy irregular con cambios asombrosos, respecto al Wotan de Held tenía tan pocas esperanzas después de los comentarios que había leído que su monotonía casi me pareció un mal menor y respecto a Herlitzius, se trata de ver la botella medio llena o medio vacía, tiene un gran caudal de voz, sólo le falta encauzarlo, pero tampoco estuvo tan mal como me la habían pintado.
Y no quisiera terminar sin hacer mención a lo bien cuidados que estuvimos durante todo el día por nuestros amigos catalanes, así da gusto.
miércoles, 7 de mayo de 2008
Waltraud Meier en Valencia

Recital grabado para el sello Faraus en marzo de 2007.
Se trata del mismo programa del recital que hemos podido escuchar hoy
en el Palau de la Música de Valencia.
No acabo de entender como hay tanta descoordinación entre el Palau de la Música y el Palau de les Arts. Si el año pasado estuvo Meier cantando lieder de Schubert en el segundo, este año ha estado, en lo referente a Schubert, casi con idéntico programa en el Palau de la Música. Si se programó la Segunda de Mahler en Les Arts, ahora está programada esta misma obra en el Palau de la Música. No creo que la oferta musical en la ciudad de Valencia sea tan amplia como para que se dé este tipo de coincidencias.
Hoy me encaminaba al Palau de la Música con bastante escepticismo, no por la personalidad artística de la cantante, que me fascina, sino por el programa, la parte de Schubert ya la había escuchado casi en su totalidad el año pasado y no creía en la idoneidad vocal de Meier para los lieder de Richard Strauss.
El programa estaba diseñado en su primera parte como un salto entre la primera etapa del Lied propiamente dicho, el romántico, eñ de la primera mitad del siglo XIX: Schubert y sus lieder de juventud (Wehmut, Die Forelle, Gretchen am Spinnrade, Nachtstück y Erlkönig), y su culminación postromántica en el siglo XX: Richard Strauss y sus también juveniles lieder (Caecilie, Winterweihe, Wie sollten wir geheim sie halten, Morgen, Die Nacht, Befreit, Zueignung). Mientras que la segunda parte se dedicaba a ese canto del cisne que representan los Cuatro Últimos Lieder de Strauss. "Alfa y omega" era el oportuno título del artículo de Alfredo Brotons Muñoz incluído en las notas al programa del recital.
Y tal como suponía estuvo mucho mejor en Schubert que en Strauss. Ambos compositores requieren del intérprete un dominio absoluto del alemán, y Meier no cabe duda que lo tiene, sin embargo Schubert requiere un plus de atención a la interpretación de cada palabra, algo que va más allá del canto y en esto Meier es una maestra, mientras que el plus que requiere Strauss, sobre todo en los Vier Letzte Lieder, está en relación con el canto propiamente dicho, es necesaria cierta exuberancia tímbrica, variedad en la paleta de colores, luces y sombras que a Meier le cuesta encontrar dadas sus características instrumentales. Aún así nos ha dejado magníficas interpretaciones de September y de Im Abendrot, la magia conseguida por Meier y el pianista Breinl en éste último lied fue interrumpida por unos aplausos demasiado prematuros que nos trasladaron a la realidad de una forma un tanto brusca.
Respecto al estado de la voz de Meier sólo decir que hay que tener en cuenta que esta señora lleva ya más de treinta años pisando los escenarios y cantando Isoldas, Venus, Leonoras, Sieglindes y Kundrys, así que no queda más remedio que concluir que, si exceptuamos las lógicas dificultades en la zona más aguda de su tesitura y algunos sonidos entubados marca de la casa, está más fresca que una lechuga.
La podemos escuchar aquí en una grabación radiofónica efectuada en 1977 de la opereta de Chabrier Die Bildungslücke (Une éducation manquée), dúo entre Gontran (Charlotte Lehmann) y Hélène (Waltraud Meier):
Como bises ofreció Urlicht de Mahler, Von ewiger Liebe de Brahms, cerrando con el divertido Abschied de Hugo Wolf.
Respecto al estado de la voz de Meier sólo decir que hay que tener en cuenta que esta señora lleva ya más de treinta años pisando los escenarios y cantando Isoldas, Venus, Leonoras, Sieglindes y Kundrys, así que no queda más remedio que concluir que, si exceptuamos las lógicas dificultades en la zona más aguda de su tesitura y algunos sonidos entubados marca de la casa, está más fresca que una lechuga.
La podemos escuchar aquí en una grabación radiofónica efectuada en 1977 de la opereta de Chabrier Die Bildungslücke (Une éducation manquée), dúo entre Gontran (Charlotte Lehmann) y Hélène (Waltraud Meier):
Como bises ofreció Urlicht de Mahler, Von ewiger Liebe de Brahms, cerrando con el divertido Abschied de Hugo Wolf.
Para descargarse, tal como he prometido a una persona esta tarde, la parte del recital sobre el Lied romántico del Palau de les Arts.
Lieder de Schubert. Waltraud Meier y Klaus Sallmann al piano, Palau de les Arts de Valencia 5/11/2006: DESCARGA AQUÍ
viernes, 18 de abril de 2008
Jovencísima Waltraud Meier canta Mahler
La joven Meier canta la segunda de Mahler con Giuseppe Sinopoli y la Orquesta Philharmonia en Tokyo, 16 de enero de 1987
4º Movimiento - Urlicht
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