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sábado, 8 de mayo de 2010

Febo no había todavía alumbrado el mundo





Claudio Monteverdi. Octavo Libro de Madrigales.
"Lamento della Ninfa"

Texto de Ottavio Rinuccini (1562-1621)
Rossina Bertini (soprano)
Concerto Italiano.
Dir.: Rinaldo Alessandrini

Non havea Febo ancora recato al mondo il dì,
ch'una donzella fuori del proprio albergo uscì;
sul pallidetto volto scorgease il suo dolor,
spesso gli venia sciolto un gran sospir dal cor;
sì calpestando fiori, errava hor qua hor là;
i suoi perduti amori cosí piangendo va:

"Amor
(...dicea...)
Amor
(...il ciel mirando, il piè fermò...)
Amor, amor,
dov'è la fe'
ch'el traditor
giurò?
(...miserella ...)
Fa che ritorni il mio
amor com'ei pur fu,
o tu m'ancidi ch'io
non mi tormenti piú
(...miserella ah piú, no,
tanto gel soffri non può
Non vo' piú che i sospiri
se non lontan da me,
che i martiri
piú non dirammi affè.
(...ah, miserella
ah piú no no...)
Perchè di lui mi struggo
tutt'orgoglioso sta:
che si d'el fuggo
ancor mi pregherà
(...miserella, ah, piú non
tanto gel soffrir non può...)
Se ciglio ha piú sereno
colei ch'el mio non è,
Già non rinchiude in seno
Amor si bella fè.
(...miserella, ah, piú non
tanto gel soffrir non può...)
Ne mai si dolce baci
da quella bocca havrai
ne piú soavi. Ah taci,
taci, che troppo il sai.
(miserella...)"

Sí tra sdegnosi pianti
spargea le voci al ciel:
cosí ne'cori amanti
mesce Amor fiamma e gel.

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Febo no había todavía traído el día al mundo,
cuando una doncella salió fuera de su refugio;
en el pálido rostro se divisaba su dolor,
y a menudo le salía un gran suspiro del corazón;
así pisando las flores, iba perdida de un lado a otro;
así llora sus perdidos amores:

"Amor
(...decía...)
Amor
(...mirando al cielo, el pié parado...)
Amor, amor
¿dónde está la fe
que el traidor
me juró?
(...pobrecita...)
Haz que regrese mi amor
tal como se fue,
o mátame, para que ya deje
de atormentarme.
(...pobrecita, ya no puede
aguantar tanto helor...)
No quiero otra cosa
que los suspiros se alejen de mi,
que los tormentos
dejen de hablarme
(...ay, pobrecita,
ya no, no...)
De mi destrucción
él está muy orgulloso:
si le huyo
volverá a rogarme.
(...pobrecita, ya no puede
aguantar tanto helor...)
Si ella tiene una mirada
más serena que la mía,
Amor no encierra en un pecho
una fe tan bella como la mía,
(...pobrecita, ya no puede
aguantar tanto helor...)
Ni tendrás de aquella boca
besos más dulces, ni más suaves...
¿Ah, calla, calla,
que sabes demasiado!
(...pobrecita...)

Así entre llantos indignados
esparcía sus voces en el cielo:
así, en los corazones que aman,
mezcla Amor llama y hielo.

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Monteverdi estableció las instrucciones para cantar el lamento: "Las tres partes que cantan fuera del lamento de la Ninfa seguirán el movimiento de la mano; van commiserando a la Ninfa en débil voz, y así están en la partitura para que vayan siguiendo el lamento de ella, que cantará al movimiento del afecto del ánimo, y no al de la mano", es decir, la soprano no seguirá estrictamente la medida sino que también se guiará por su sentido de la expresión del texto cantado. Este lamento "in genere rappresentativo" forma parte del Octavo Libro de Madrigales: "Madrigales guerreros y amorosos", recopilación que fue dedicada en 1638 a la familia real austriaca. Intervienen dos bajos, un tenor y la soprano acompañados por viola de gamba y tiorba.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Mingardo y Monteverdi. A propósito de unas declaraciones de Rossini.


En la Biografía de Rossini (1836) publicada en París por A. Zanolini se atribuye al compositor de Pésaro unas palabras que, respecto a la labor del compositor, dicen lo siguiente: "No prestará atención a las palabras, si no es para concordarlas con el canto, sin embargo, no se alejará del carácter general de la música que habrá elegido cuidadosamente de forma que las palabras sirvan a la música antes que ésta a las palabras. Las palabras, en una escena patética o terrible, serán unas veces alegres, otras tristes, de esperanza, de temor, de ruego o de amenaza... según el movimiento que, poco a poco, el poeta ha querido otorgar a la escena. Si el músico se dedica a seguir paso a paso el sentido de las palabras, compondrá una música inexpresiva por sí misma, pobre, vulgar, hecha, diría yo, como un mosaico, e incoherente o ridícula."

No estoy de acuerdo. Cuando las leí inmediatamente pasó por mi cabeza un nombre, Monteverdi. Escuchamos a Sara Mingardo con el Concerto Italiano de Rinaldo Alessandrini interpretando "Se i languidi miei sguardi", un madrigal perteneciente al Séptimo Libro publicado en 1619. Se subtituló como "Lettera amorosa a voce sola in genere rappresentativo e si canta senza battutta" (carta de amor para una voz solista en género representativo para ser cantada sin medida). En su interpretación es importantísimo el papel del cantante por la importancia que se le da a la declamación y a la expresividad, de tal forma que para que la pieza no se convierta en un ladrillo debe pasar a través de un intérprete, que además de conocimiento del estilo, una voz atractiva y musical, posea un plus de sentido dramático y un amplio dominio de la pronunciación italiana.





Se i languidi miei sguardi,
Se i sospir' interrotti,
Se le tronche parolle non han sin hor potuto,
O bel idolo mio, farvi de le mie fiamm'intera fede:
Leggete queste note, credete a questa carta,
A questa carta in cui sotto forma d'inchiostro il cor stillai.
Qui sotto scorgerete quell' interni pensieri
Che con passi d'amore scorron l'anima mia.
Anzi avampar vedrete
Com' in sua propria sfera nelle vostre bellezze
Il foco mio.

Non è già part'in voi che con forza invisibile
d'Amore tutt'a se non mi tragga.
Altro già non son io che di vostra beltà preda e troffeo.
A voi mi volgo o chiome, cari miei laci d'oro.
Deh, come mai potea scampar sicuro,
Se come lacci l'anima legaste,
Com'oro la compraste?
Voi, pur voi, dunque sete de la mia libertà
Catena e prezzo.
Stami miei pretiosi bionde fila divine,
Con voi l'eterna parca sovra'l fuso fatal mia vita torce.

Voi, voi, capelli d'oro, voi pur sete di lei,
Che è tutta foco mio, raggi e faville.
Ma se faville sete, on d'avien ch'ad ogn'
Hora contro l'uso del foco in giù scendete?
Ah, ch'a voi per salir scender conviene,
Ch'a la maggior celeste ove aspirate,
O sfera degl'ardori, o Paradiso,
È post'in quel bel viso.

Cara mia selva d'oro, richissimi capelli,
In voi quel labrinto Amor intesse,
Ond' uscir non saprà l'anima mia.
Tronchi pur mort'i rami del pretioso bosco,
E de la fragil carne scuota pur lo mio spirto:
Che tra fronde si belle anco recise rimarrò prigionero,
Fatto gelida polve e d'ombra ignudo.

Dolcissimi legami, belle mie pioggie d'oro,
Qual hor sciolte cadete da quelle ricche nubi,
Onde racolte sete, e cadendo formate
Pretiose procelle, onde con onde d'or
Bagnando andate scogli di latte e rivi d'alabastro,
More subitamente, O miracol' eterno d'amoroso desio,
Fra si belle tempest' arso il cor mio.
Ma già l'hora m'invita, o degli affetti miei
Nuntia fedele, cara carta amorosa,
Che dalla penna ti dividi omai.
Vanne, e s'Amor e'l Cielo cor tese ti
Concede che da begl'occhi non t'accenda il raggio,
Ricovra entro il bel seno.
Chi sa che tu non gionga da si felice loco
Per sentieri di neve a un cor di foco

lunes, 9 de febrero de 2009

Sandrine Piau canta Haendel



"J'aime Händel et particulièrement sa musique vocale dans laquelle cohabitent en un équilibre improbable, technicité et émotion pure, deux notions à priori antinomiques qui permettent au chanteur d'exprimer la plus vive douleur au travers d'un bien-être vocal".


Sandrine Piau se ha convertido en uno de los referentes de la interpretación de la música de Haendel entre las sopranos lírico-ligeras, el año pasado tuvimos la suerte de poderla ver como Cleopatra junto a René Jacobs en Castellón, lo tiene todo, físico, un bonito timbre, técnica de canto y sentido dramático, y por eso viene al blog. El pasado 20 de enero ofrecía un concierto en el Théâtre des Champs-Elysées de París junto a Sara Mingardo, el Concerto Italiano y Rinaldo Alessandrini, en el mismo interpretó el aria de Fulvia "Ah, non son io che parlo". Fulvia es hija de un patricio romano enemigo del emperador Vespasiano III, el emperador está enamorado de la muchacha sin embargo ésta quiere a Ezio, un general romano que ha vuelto victorioso tras derrotar a Atila, ahí no queda todo, como no hay dos sin tres, la hermana del emperador está loquita por Ezio. En definitiva, un argumento típico del barroco, los triángulos amorosos se solapan en medio de una intriga política parecida a La clemenza di Tito. Estando Haendel de por medio al final lo que queda es una estupenda suite de arias descriptiva de los estados de ánimo y la psicología de personajes en situaciones extremas.


Ezio fue compuesta por Haendel sobre un libreto de Pietro Metastasio que anteriormente ya había sido musicado por Nicola Porpora, Johann Adolf Hasse y Riccardo Broschi, se estrenó en Londres en 1732 y sólo obtuvo cinco representaciones, tardó más de 225 años en volver a ser representada en la capital británica:





Recitativo accompagnato
Fulvia

Misera, dove son?
L’aure del Tebro son queste
Ch’io respiro?
No! In Cocito m’aggiro. E son Furie
Al mio core.
Un monarca inclemente,
un padre traditore
uno sposo innocente.
Rimembranze funeste!
Oh, reo martiro!
Ed io parlo, infelice
Ed io respiro?

Aria di Fulvia

Ah, non son io che parlo:
è il barbaro dolore
che mi divide il core,
che delirar mi fa.
Non cura il Ciel tiranno
L’affanno in cui mi vedo:
Un fulmine gli chiedo
E un fulmine non ha.
Ah, non son io, etc.



También Gluck compuso una ópera llamada Ezio basada en el mismo libreto de Metastasio, escuchamos el texto cantado por Cecilia Bartoli, el recitativo acompañado es algo distinto al de Haendel:

Misera, dove soni Laure del Tebro
Son queste ch'io respiro?
Per le strade m'aggiro
Di Tebe e d'Argo? O dalle greche sponde,
Di tragedie feconde,
Le domestiche furie
Vennero a questi lidi,
Della prole di Cadmo, e degli Atridi?
Là, d'un monarca ingiusto
L'ingrata crudeltà m'empie d'orrore,
D'un padre traditore
Qua la colpa m'agghiaccia:
E lo sposo innocente ho sempre in faccia.
Oh immagini funeste!
Oh memorie! Oh martire!
Ed io parlo, infelice, ed io respiro?

ARIA
Ah! non son'io che parlo,
È il barbaro dolore
Che mi divide il core,
Che delirar mi fa.
Non cura il ciel tiranno
L'affanno, in cui mi vedo:
Un fulmine gli chiedo,
E un fulmine non ha.




El mismo texto fue utilizado por Mozart en un aria de concierto, "Misera, dove son! - Ah! Non son'io che parlo", K. 369 (1781), lo escuchamos interpretado por Gundula Janowitz:



Y volviendo al recital ofrecido por Piau, Mingardo y Alessandrini el pasado mes de enero en París os dejo el dúo de la ópera Tamerlano entre Asteria y Andronico, "Vivo in te". Recuerda al genial "Io t'abraccio" de Rodelinda, lo podéis escuchar entre Antonacci y Scholl AQUÍ o entre Rial y Scholl AQUÍ.



ASTERIA
Vivo in te, mio caro bene.
E se morte è a te gradita,
Son contenta di morir.
ANDRONICO
Vivo in te, mia dolce vita.
E se morte è a te gradita,
Son contento di morir:
ASTERIA
Ah! ti perdo, e quando mai,
O mio ben, mi rivedrai?
Troppo è crudo il mio martir.
ANDRONICO
Ah! ti lascio, e quando mai, o mio ben,
O mio ben, mi rivedrai?
Troppo è crudo il mio martir.
ASTERIA
Vivo in te, mio caro bene, ecc.
ANDRONICO
Vivo in te, mia dolce vita, ecc.



sábado, 22 de marzo de 2008

Alessandro Scarlatti - La Vergini dei dolori


La Vergini dei dolori, oratorio a cuatro voces para cuerdas, flauta, oboe, trompa y bajo continuo, que también se conoce con otros nombres como La Vergine Addolorata opure Il dolore di Maria Vergine, compuesto por Alessandro Scarlatti en plena madurez, tuvo mucho éxito el día de su estreno en la catedral de Salerno el 19 de marzo de 1717 (o en Nápoles, el 20 de marzo del mismo año), la obra pronto caería en el olvido hasta que, al cabo de casi trescientos años, personalidades como Rinaldo Alessandrini o Estevan Velardi -que lo ha grabado con el Alessandro Stradella Consort para Bongiovanni- han puesto sus manos sobre ella. Según Virgilio Fantuzzi más que ante un oratorio estamos ante un auténtico "melodrama espiritual", no hay narrrador que anuncie el texto, no hay coro, la acción se confía únicamente a los cuatros personajes protagonistas: Maria, Giovanni, Nicodemo y Onia.

- EL ARGUMENTO -

PRIMERA PARTE.- Tras la traición de Judas, Juan intenta escapar para dedicarse a la oración y no ser testigo ni del martirio que se le va a infligir a Jesús ni del dolor de Maria. Maria, por su parte, expresa el deseo de estar junto a su hijo. Juan narra como Jesús ha sido capturado y conducido frente a Anás y Caifás. Maria, al escuchar la noticia, siente que su alma ha sido traspasada por una espada y tal como le había profetizado Simeón. Llegan el Gran Sacerdote hebreo Onia y Nicomedo, un fariseo que se ha convertido en uno de los principales discípulos de Jesús y que no duda en defenderlo ante el defensor de la ley. Maria implora la piedad de Onia. Juan, por su parte, sostiene que Jesús es inocente, pero no hace más que acrecentar la cólera y crueldad del Gran Sacerdote. Aún así, Nicomede parte para intentar interceder en favor de jesús. María y Juan se quedan solos lamentándose.

Seguidamente podemos escuchar el "duetto di pianto" con acompañamiento de flauta que cierra la primera parte del oratorio "Tu piangi... Io piango", Juan y Maria han quedado solos el dolor se mezcla con la resignación, así en el recitativo previo ha dicho Maria: "Il mio figlio Gesù vuol morto il Padre, decreto egli è del suo divin consiglio; il Padre il vuole e l'eseguisce el figlio". La interpretación corre a cargo de Sonia Prina como Maria y Roberta Invernizzi como Giovanni, Il Concerto Italiano y Rinaldo Alessandrini (Cracovia, 20/03/2008).



SEGUNDA PARTE.- Vuelve Nicomedo, que no ha podido convencer a las autoridades para liberar a Jesús. Juan exhorta a la virgen para que mantenga su fortaleza ante la prueba que le espera. Ésta quiere volver a ver a su hijo y, en lágrimas, inicia la ascensión al Calvario, su crucifixión.

Con el recitativo acompañado "Figlio, innocente figlio, or ti vegg'io" la Virgen describe la salida de Jesús al Calvario. Ve con sus ojos la cabeza coronada de espinas, las heridas que manchan el suelo de sangre, la espalda que se curva bajo la pesada cruz... Cuenta aquello que está observando directamente. Después, con el corazón destrozado, entona el canto del aria, dulce y doliente: "Figlio, a morte tu ten vai". La dramática y sobrecogedora escena se puede escuchar a continuación desde que se anuncia la sentencia de muerte hasta el final del aria citada (aunque es posible que el recitativo acompañado previo se pueda hacer pesado sin el texto vale la pena aguantar un poco por el aria):



En el momento de la muerte de Jesús, cuando las tinieblas cubren el cielo, Onia reconoce la inocencia y el poder de Jesús. Nicomedo desclava a jesús de la Cruz para sepultarlo. María estrecha por última vez contra sí a su querido hijo mientras que Juan y Nicomedo anuncian su resurrección.

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Ha sido escenificada recientemente en La Monnaie por Ingrid von Wantoch Rekowski con la participación de Alessandrini en el podio y Anna Simboli (San Giovanni), Sara Mingardo (Maria), Ronina Basso (Nicodemo) y Daniel Zafardino (Onia). No es la primera vez que se presenta escénifamente, es la misma producción que ya se ofreció en Nápoles en febrero del año 2003 con Sonia Prina (Maria), Roberta Invernizzi (Giovanni), la valenciana Silvia Tro Santafé (Nicodemo) y Luca Dordolo (Onia). El espacio escénico está dividido entre los cuatro cantantes, vestidos con ropa actual, y 16 figuras mudas que evocan los personajes religiosos del pintor Francesco Solimena (1657-1747), amigo de Scarlatti, dispuestos como si se tratara de un retablo.

Fotografía de la producción del T. San Carlo de Napoles ofrecida en La Monnaie
Dirección escénica de
Ingrid von Wantoch Rekowski

Descarga de LA VERGINE DEI DOLORI (ALESSANDRO SCARLATTI) - Roberta Invernizzi, soprano (Giovanni); Sonia Prina, alto (Maria); Martin Oro, alto (Nicomedo); Daniele Zanfardino, tenor (Onia). Concerto Italiano - Rinaldo Alessandrini. Cracovia 20/03/2008.

PRIMERA PARTE
SEGUNDA PARTE

Hay un error en el nombre de la pista 6 de la segunda parte, es un aria de Onia y no de Nicomedo, el intérprete que se indica, Daniele Zanfardino, es correcto.


lunes, 4 de febrero de 2008

Vivaldi . Dos versiones de Lauda Jerusalem

Otra vez traigo dos versiones de una misma obra entre las que me es muy difícil elegir, ambas son complementarias. Se trata de Lauda Jerusalem RV 609 de Vivaldi, composición para 2 sopranos, doble coro y doble orquesta de cuerdas basada en el Salmo 147. Por un lado tenemos a Rinaldo Alessandrini con una interpretación más espontánea y fogosa, aceleradísima, llena de contrastes, casi operística, lástima que el coro no esté muy bien empastado, y por el otro a Robert King con una interpretación inmaculada, de gran perfección coral e instrumental, muy luminosa y equilibrada. La primera que conocí fue la de King en su integral dedicada a la música religiosa de Vivaldi y desde el primer momento me llamo la atención por su ritmo endiablado y por su fuerza, después llegó la de Alessandrini -que en algunos momentos llega a ser todavía más endiablada-, que me cautivó por su sinceridad. No pienso elegir, me quedo con ambas.




Psalmus 147

Lauda, Jerusalem, Dominum: * lauda Deum tuum, Sion.
Quoniam confortavit seras portarum tuarum: * benedixit filiis tuis in te.
Qui posuit fines tuos pacem: * et adipe frumenti satiat te.
Qui emittit eloquium suum terrae: * velociter currit sermo ejus.
Qui dat nivem sicut lanam: * nebulam sicut cinerem spargit.
Mittit crystallum suum sicut buccellas: * ante faciem frigoris ejus quis sustinebit?
Emittet verbum suum, et liquefaciet ea: * flabit spiritus ejus, et fluent aquae.
Qui annuntiat verbum suum Jacob: * justitias, et judicia sua Israel.
Non fecit taliter omni nationi: * et judicia sua non manifestavit eis.
Gloria Patri, et Filio, * et Spiritui Sancto.
Sicut erat in principio, et nunc, et semper, * et in saecula saeculorum. Amen.