Ir al Primer acto. Comienza el tercer acto en los apartamentos de Said en Corone con una muy breve introducción orquestal y un recurso muy común en Verdi que consiste en la utilización de golpes de percusión para crear tensión, le sigue el recitativo del bajá Said, a través del mismo podemos ratificar que Corrado, el jefe de los corsarios, ha sido hecho prisionero después de haber intentado quemar el palacio del bajá e intentado raptar a Gulnara -raptar según el bajá, nosotros sabemos que solo quería liberara las odaliscas-, a Corrado le espera una muerte agónica, conocemos también los celos del bajá ("dubbia ed ama...sospetta ed adora"). El aria no muy elaborada, está entre lo mejor de la ópera, una bonita melodía que perfila muy bien el personaje del bajá, que como muchos barítonos verdianos (Said es un conde de Luna en ciernes), no es nada cándido y además, vive atormentado por la sospecha. Una vez finalizada el aria hace llamar a Gulnara a su presencia en un dúo recitado con Selim y, para no perder las formas, seguidamente llega una cabaletta que yo driría que tiene aires mariales, con su repetición (S'avvicina il tuo tormento"). Entra Gulnara y en su tenso dúo con Said intercede por Corrado pidiendo que lo deje con vida, el celoso bajá intuye, acertadamente, que está enamorada del corsario, entonces le amenaza con la muerte y se va, por las últimas palabras que pronuncia Gulnara ya intuimos que se vengará. También este dúo, que se adentra en el registro grave de la soprano, acaba con cabaletta, Verdi sigue atado a las formalidades donizettianas.
Seguimos con la misma versión de Frankfurt 1971 que está francamente bien, con un joven López-Cobos en la dirección, un entregado Casellato-Lamberti como Corrado, la no menos entregada Gulín, el estilista Bruson y la joven Ricciarelli:
En la segunda escena la acción se traslada a una celda en una torre de la fortaleza del bajá donde se encuentra encadenado Corrado, tras una dilatada introducción orquestal -un preludio- a cargo de las cuerdas con intervenciones solistas de violín y violonchelo, comienza un recitativo de Corrado que recupera la melodía de la introducción (todo este principio de la segunda escena es también de lo mejor de toda la ópera), aparece Gulnara, que ha llegado a escondidas, dispuesta a salvarlo incluso conociendo que él está enamorado de otra mujer, la esclava ha sobornado a los guardias y tiene dispuesta una nave para escapar, pretende que Corrado empuñe una daga contra Said; sin embargo, inexplicablemente, Corrado se opone -¡Y eso que en el primer acto exclamaba: "All'armi, all'armi"!-, se siente derrotado y tiene asumido que va a morir, esta obsesión por la muerte del protagonista, pasando olímpicamente de Medora -a la que por otra parte recuerda-, es difícil de entender. Ante la negativa de Corrado al asesinato del bajá, Gulnara sale dispuesta a hacerlo en su lugar, mientras Corrado sigue con su pasividad y pide a Dios desaparecer de este mundo. Regresa Gulnara después de que hayamos escuchado un agitado tema en la orquesta que ya había aparecido en la obertura, ha asesinado a Said y asegura que si no puede amar a Corrado al menos podrá salvarlo, entonces Corrado cambia de parecer y decide huir con Gulnara asegurando que si no puede amarla al menos podrá salvarla, esto ya es el colmo de la contradicción: el salvado dice ser el salvador, una manera de aprovecharse del trabajo ajeno. La pareja sale huyendo.
Termina la ópera en el mismo lugar que comenzó, la escena tercera se desarrolla en la playa en la isla de los corsarios, la introducción a esta escena recupera la melodía del aria de Medora "Non son le tertre imagine", ha llegado la nave corsaria pero Corrado no ha regresado con ellos; Medora, en un recitativo de un lirismo plemo, se lamenta, entonces se ve aparecer una nave en la lejanía, es Corrado y Gulnara que llegan a la isla, son recibidos por Medora, su impaciencia y funestos presentimientos le han hecho ingerir veneno y tras conocer los acontecimientos sucedidos en Corone muere en brazos de Corrado, éste se arroja al mar, un grupo de corsarios va tras él para salvarlo y Gulnara se desmaya. Muy hermoso el trío final con intervención del coro con desarrollo vertiginoso de los últimos acontecimientos, un efecto cien por cien verdiano.
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