Si no me equivoco es el primer DVD del Palau de les Arts que se comercializa, aunque ya lo habíamos visto a través de la retransmisión del canal ARTE. El 25 de octubre de 2006, con mucho retraso, se inauguraba la primera temporada de ópera del Palau de les Arts. Poco después llegarían algunas sonadas sorpresas como el hundimiento de la plataforma escénica durante las funciones de La Bohème con la consiguiente interrupción de la programación y suspensión (La Bella y la Bestia de Glass) o cambios en algunas producciones (Don Giovanni, que se ofrecía con vestuario y sin decorados, o Cyrano de Bergerac, producción que venía del Met, para el que fue necesario realizar nuevos decorados); la temporada siguiente también fue bastante tortuosa por culpa de las inundaciones y la falta de previsión de los dirigentes políticos de la Comunidad Valenciana, más preocupados por la fachada de las infraestructuras que por ellas mismas, como consecuencia no se pudo estrenar en España 1984, la ópera de Maazel, el director musical del teatro responsable de haber creado de la nada la que hoy está considerada una de las mejores orquestas del país.
La dirección escénica del Fidelio inaugural corría a cargo de Pier'Alli, se trataba de una producción oscura, de corte tradicional, pero moderna en su plasmación escénica, en la que destacaba la inserción de imágenes ópticas en las dos oberturas que se interpretaban: la cuarta, conocida como Fidelio, en el inicio, y Leonore III -la segunda en orden de composición- a mitad del segundo acto. Cuando terminaron de sonar los últimos compases de Leonore III el público comenzó a aplaudir como loco, y es que parecía mentira que la orquesta pudiera sonar así, sin duda Zubin Mehta también tuvo algo que ver en ello. Ha sido una de las mejores experiencias musicales que he tenido nunca, aunque cuando yo asistí no era exactamente el día del estreno sino en una de las funciones posteriores.
El reparto estaba a la altura de las circunstancias, algo que en les Arts no siempre ocurre. Waltraud Meier era Leonore -esa temporada cantó en Valencia en tres ocasiones-, su voz ya mostraba serios problemas: tirantez en el agudo, nasalidad, se lo perdonamos por ser la gran intérprete que es.
Peter Seiffert ofreció un gran Florestan, apasionado y de indiscutible belleza vocal, las oscilaciones son mucho más evidentes en las grabaciones que en el teatro.
Qué decir del gran Matti Salminen, fue un lujo como Rocco, imponente por timbre, emotivo y paternal en su interpretación. Juha Uusitalo, el que sería el Wotan de la Tetralogía valenciana, era Don Pizarro, no nos produjo una buena impresión, pasó sin pena ni gloria y tuvo dificultades para hacerse oír por encima de la orquesta, cuando lo escuchamos como Wotan lo hicimos con bastantes reparos, afortunadamente éstos se desvanecieron sobre todo cuando lo vimos como Der Wanderer.
Seguidamente Uusitalo (Pizarro) interpreta "Elch' ein Augenblick" a la que sigue el dúo con Salminen (Rocco) "Jetzt alter":
El resto del equipo cumplió con creces. Excepcional fue la labor desempeñada por el coro, pero eso para los valencianos no era ninguna novedad, sabíamos de sobra lo bueno que era. En su momento ya me hice con una copia de la grabación que ofreció el canal Arte y cuando vea este Fidelio en la estantería de alguna tienda -que ahora en Valencia se han limitado a los grandes almacenes de turno- no dudaré en comprarlo, hay importantes razones para hacerlo, artísticas y sentimentales.
Peter Seiffert ofreció un gran Florestan, apasionado y de indiscutible belleza vocal, las oscilaciones son mucho más evidentes en las grabaciones que en el teatro.
Qué decir del gran Matti Salminen, fue un lujo como Rocco, imponente por timbre, emotivo y paternal en su interpretación. Juha Uusitalo, el que sería el Wotan de la Tetralogía valenciana, era Don Pizarro, no nos produjo una buena impresión, pasó sin pena ni gloria y tuvo dificultades para hacerse oír por encima de la orquesta, cuando lo escuchamos como Wotan lo hicimos con bastantes reparos, afortunadamente éstos se desvanecieron sobre todo cuando lo vimos como Der Wanderer.
Seguidamente Uusitalo (Pizarro) interpreta "Elch' ein Augenblick" a la que sigue el dúo con Salminen (Rocco) "Jetzt alter":
El resto del equipo cumplió con creces. Excepcional fue la labor desempeñada por el coro, pero eso para los valencianos no era ninguna novedad, sabíamos de sobra lo bueno que era. En su momento ya me hice con una copia de la grabación que ofreció el canal Arte y cuando vea este Fidelio en la estantería de alguna tienda -que ahora en Valencia se han limitado a los grandes almacenes de turno- no dudaré en comprarlo, hay importantes razones para hacerlo, artísticas y sentimentales.
Recuerdo ese día con verdadera emoción. No me podía creer del todo que estuviese pasando en Valencia, para mi este Fidelio es de "reclinatori" absoluto.
ResponderEliminarNo olvidaré ese día, a pesar de la fecha hacía una noche absolutamente veraniega, y salimos todos entusiasmados a comentar al exterior... un día que me parece ahora casi mágico.
Tengo grabada la retrasmisión de Arte de la inauguración. También como tú, fui a una de las sesiones posteriores, no pudo ser un mejor comienzo... nos sobran razones para comprar el DVD.
Por cierto Maac que W. Meier viene de nuevo al Palau el 15 de mayo ¿No te la perderás, verdad?
Buena semana Maac!
Fue lo primero y para mí lo mejor que se ha hecho en les Arts. Bueno, junto con el Oro y la Valkiria en todo caso. Y después de eso, el Parsifal de este año.
ResponderEliminarLas que citas son obras paradigmáticas, pero también se han hecho grandes cosas con obras no muy habituales en el repertorio: Iphigénie de Gluck, L'Arbore di Diana de Martín y Soler, Esponsales en el Monasterio de Prokofiev o el Orlando de Haendel, son tres ejemplos que me vienen ahora a la memoria.
ResponderEliminarCon Turandot, otro de los clásicos del repertorio, casi lo consiguen pero falló el reparto, a Verdi no han terminado de hacerle justicia, siempre por culpa de los repartos.
Sí, todas esas estuvieron muy bien y yo disfruté como un enano en todas, incluso pondría Turandot a la altura de Esponsales en lo vocal, que no en lo escénico, y añadiría el Sigfrido, que no estuvo nada mal, pero creo que sólo en las que cito en el primer mensaje se alcanzó un nivel de excelencia casi total (exceptuando el OVNI, claro). Es que entre una buena ópera y ese Fidelio hay una distancia muy dificil de salvar que es la que hace que uno pase de salir del teatro contento a salir extasiado, como cuando salimos del Oro y estuvimos unos minutos mirándonos sin poder articular palabra.
ResponderEliminarHe disfrutado escuchando la obertura y el aria de Florestan. Fidelio requiere intérpretes como los que habéis tenido la suerte de oir en Valencia.No digo nada nuevo cuando afirmo que se trata de una ópera bellísima que espero ver en Junio en Barcelona.
ResponderEliminarSaludos!