Lo primero que me gustaría decir es que no sé muy bien lo que pretendo con esta entrada, quizás ilustrar una fantasía que he tenido con Parsifal y una obsesión en Wagner, la oposición entre erotismo y seducción por una parte, y santidad y religiosidad por otra. Kundry es el personaje más ambiguo de la obra y refleja muy bien esa dicotomía. Condenada a la eterna seducción sólo podrá liberarse el día que alguien la rechace, sus encantos son tales que parece imposible que eso pueda llegar a ocurrir algún día.
Digamos que la preciosa presentación te ha quedado decantadísima por el lado del erotismo y la seducción y has dejado quizás para la cuarta entrega, el lado de la religiosidad santificada. BRAVO!
ResponderEliminarErotismo y seducción en el más puro clasicismo. Casi me quedo con el "moderno" Modigliani...
ResponderEliminarEl misticismo y la santidad lo he dejado de lado deliberadamente, no creo que haya una cuarta entrega, ahora mismo no sabría cómo hacerla, lo meditaré ¿Te atreves tú?.
ResponderEliminarHombre, atreverme si, claro. Pero después del despliegue que has hecho, ahora cuatro fotos del supuesto santo Grial, un poco de montañas de Montserrat y unos prados verdes, como que no.
ResponderEliminarMejor dejarlo en los encantos carnales, que te han quedado muy apañados, la verdad.