viernes, 14 de noviembre de 2008

Un pequeño homenaje a una visitante anónima

Barbie-Ofelia

Como todos los blogs, el de Maac tiene sus visitantes anónimos. Álgunos de ellos también tienen blogs, los hay que además tienen el detalle de enlazarte en su blog y no piden nada a cambio. Como la curiosidad es una característica muy humana yo no estoy exento de ella, he estado dando vueltas por el blog de una visitante del último tipo y en más de una ocasión he recordado una excepcional melodía de Berlioz, así que voy a hacer un múltiple homenaje: a todos los artistas que han dedicado su esfuerzo al personaje de Ofelia y a todos los visitantes anónimos del blog, sobre todo a la anónima que me enlazó. Va por ellos.



BERLIOZ - LA MORT D'OPHÉLIE

Versión de Anne Sophie von Otter:



Versión de Cecilia Bartoli:



Berlioz: La Mort d'Ophélie
Texto de Ernest Legouvé.

Auprès d'un torrent Ophélie
Cueillait, tout en suivant le bord,
Dans sa douce et tendre folie,
Des pervenches, des boutons d'or,
Des iris aux couleurs d'opale,
Et de ces fleurs d'un rose pâle
Qu'on appelle des doigts de mort.
Ah!
Puis, élevant sur ses mains blanches
Les riants trésors du matin,
Elle les suspendait aux branches,
Aux branches d'un saule voisin.
Mais trop faible le rameau plie,
Se brise, et la pauvre Ophélie
Tombe, sa guirlande à la main.
Quelques instants sa robe enflée
La tint encor sur le courant
Et, comme une voile gonflée,
Elle flottait toujours chantant,
Chantant quelque vieille ballade,
Chantant ainsi qu'une naïade
Née au milieu de ce torrent.
Mais cette étrange mélodie
Passa, rapide comme un son.
Par les flots la robe alourdie
Bientôt dans l'abîme profond
Entraîna la pauvre insensée,
Laissant à peine commencée
Sa mélodieuse chanson.
Ah!
______________________________


Ofelia
Shakespeare. "Hamlet"
(1599)

Allí donde en el río crece un sauce recostado,
que refleja hojas blancas en el agua cristalina.
Allí, mientras tejía fantásticas guirnaldas
de ranúnculos, ortigas, margaritas y esas flores alargadas
que los pastores procaces llaman con nombres soeces,
pero que en boca de nuestras doncellas no son
sino “dedos de difunto”. Allí, cuando trepaba
para colgar en el árbol su corona silvestre,
rompiose una rama pérfida, y cayó ella, y sus trofeos
floridos en aquel arroyo de lágrimas. Extendidos
sus ropajes en el agua, salía a flote cual sirena,
y cantaba estrofas de antiguas canciones,
inconsciente del peligro, o como hija del agua,
acostumbrada a vivir en el propio elemento.
No paso mucho tiempo, sin embargo,
sin que el peso de sus vestidos empapados de agua
arrebatara de sus cánticos a la infeliz, arrastrándola al cieno de la muerte.


Rimbaud: Ofelia

I
En las aguas profundas que acunan las estrellas,
blanca y cándida, Ofelia flota como un gran lirio,
flota tan lentamente, recostada en sus velos...
cuando tocan a muerte en el bosque lejano.

Hace ya miles de años que la pálida Ofelia
pasa, fantasma blanco por el gran río negro;
más de mil años ya que su suave locura
murmura su tonada en el aire nocturno.

El viento, cual corola, sus senos acaricia
y despliega, acunado, su velamen azul;
los sauces temblorosos lloran contra sus hombros
y por su frente en sueños, la espadaña se pliega.

Los rizados nenúfares suspiran a su lado,
mientras ella despierta, en el dormido aliso,
un nido del que surge un mínimo temblor...
y un canto, en oros, cae del cielo misterioso.

II
¡Oh tristísima Ofelia, bella como la nieve,
muerta cuando eras niña, llevada por el río!
Y es que los fríos vientos que caen de Noruega
te habían susurrado la adusta libertad.

Y es que un arcano soplo, al blandir tu melena,
en tu mente traspuesta metió voces extrañas;
y es que tu corazón escuchaba el lamento
de la Naturaleza –son de árboles y noches.

Y es que la voz del mar, como inmenso jadeo
rompió tu corazón manso y tierno de niña;
y es que un día de abril, un bello infante pálido,
un loco miserioso, a tus pies se sentó.

Cielo, Amor, Libertad: ¡qué sueño, oh pobre Loca! .
Te fundías en él como nieve en el fuego;
tus visiones, enormes, ahogaban tu palabra.
–Y el terrible Infinito espantó tu ojo azul.

III
Y el poeta nos dice que en la noche estrellada
vienes a recoger las flores que cortaste ,
y que ha visto en el agua, recostada en sus velos,
a la cándida Ofelia flotar, como un gran lis.

5 comentarios:

  1. Gracias maac por tu detalle, por la cantata, frágil y delicada como Ofelia, y gracias también porque he encontrado en ti una fuente inagotable, donde acudir constantemente a saciar mi sed.

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  2. Gracias a ti por la dedicatoria que pusiste en tu blog.

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  3. Volvemos a encontrarnos; ahora soy yo, caballero, la que, de nuevo, agradezco tu detalle. Aunque sabes bien que no hay equilibrio, me has hecho un gran regalo que no puedo devolver en igual medida. ¿Puedo preguntarte qué camino tomaste para llegar a tanta sabiduría? Yo, deseo transitarlo.
    Te buscaré en Tauride.

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  4. ¿Recopilar? ¿copiar y pegar? ¿Es eso lo que haces? Creo que no. Tu afirmación no es del todo cierta. Desmenuzar una pieza operística o una obra entera, expresar opiniones, comparar grabaciones, guiar, relatar a tu modo un incidente,una leyenda, una biografía, una noticia de la actualidad musical, elegir la imagen adecuada a tu entrada e incluso transmitir y mover sensaciones en el otro... tiene bastante de creatividad, no me digas que no… ¿A eso llamas recopilar?
    Un saludo.

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