Hoy he estado dudando entre escapar de las voces líricas y dedicar la entrada a Laurie Anderson o a Luz Casal, que volvió ayer a los escenarios tras una operación de cáncer, o continuar con Elisabeth Grümmer, al final me he decantado por seguir con la soprano. Los tres oratorios que compuso Haydn - exceptuando El retorno de Tobias (1774), Las Siete últimas palabras de Cristo en la Cruz (1796), La Creación (1798) y Las Estaciones (1801) - son obras tardías, dicen que lo que le impulsó a componerlos fue la escucha en Londres de oratorios haendelianos como El Mesías e Israel en Egipto. El libreto del que partió en Die Schöpfung (La Creación) fue una adaptación al alemán de un texto que antes había estado destinado a Haendel, se inspiraba en La Biblia (El Génesis y Los Salmos). Haydn tardó dos años en componer el oratorio, seguramente sería una de las obras de la que se sentía más orgulloso, estando ya muy enfermo en Viena no dudó en acercarse al teatro en el que se le hacía un homenaje y presenciar su ejecución, entre el público estaba Beethoven, su más aventajado alumno, dirigió la obra Salieri.
Aquí tenemos a Grümmer llenando de luz el aria de Gabriel "Nun beut die Flur das frische Grün", corresponde al Tercer Día de La Creación del Universo, comienza con el recitativo bíblico exponiendo los hechos por el arcángel ("Y dijo Dios:¡Que la tierra produzca hierbas, plantas con semillas y árboles que según su especie, den frutos que contengan sus propias simientes!; y así se hizo") y sigue con el comentario e ilustración sobre lo creado en forma de aria. El fragmento propuesto es del aria sin el recitativo previo.
dem Auge zur Ergötzung dar,
den anmutsvollen Blick
erhöht der Blumen sanfter Schmuck.
Hier duften Kräuter Balsam aus;
hier sproßt den Wunden Heil.
Die Zweige krümmt der goldnen Früchte Last;
hier wölbt der Hain zum kühlen Schirme sich;
den steilen Berg bekrönt ein dichter Wald.
Ahora los campos presentan un fresco manto verde que recrea la mirada. La vista amena se deleita con el vivo color de las flores. Aquí la planta exhala su fragancia al aire. Aquí brota la planta que cura las heridas. La rama se vence bajo sus dorados frutos. Aquí el bosque ofrece un fresco cobijo. Cerradas selvas coronan las altas laderas.
Aquí también sobran las palabras, como en la entrada de ayer.
ResponderEliminarmaac, ha pasado algo con la presentación.
ResponderEliminarPues no sé qué puede haber pasado, yo la veo y escucho bien.
ResponderEliminarYo también ahora. A veces me ha sucedido lo mismo, deben ser actualizaciones del SplashCast.
ResponderEliminarComo aún no había guardado el reclinatorio, lo vuelvo a utilizar, últimamente está aburrido.
No lo guardes que, aunque no estoy seguro, mañana igual lo necesitas otra vez. Y si no, me lo dejas que yo seguro que lo necesito.
ResponderEliminarLuminosa y angelical versión del aria de una obra de la que abundan las lecturas aburridas y monótonas.
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