Hoy he llegado a casa sobre las ocho de la tarde. Como suele ser habitual, Aída, mi hija mayor, que tiene cinco años, ya había cenado. Ella cena antes con bastante frecuencia porque cuando dice que se duerme es que se duerme de verdad, a veces no puedo ni intercambiar palabra con ella, así que no hay más remedio que bañarla pronto e inmediatamente darle la cena, por si acaso.
Llegaba dispuesto a preparar la cena, charlar un rato con mi mujer, la pequeña Adriana y Aída, si era un día de suerte y la encontraba despierta. Después de que ellas se acostaran, ponerme en el ordenador. Más o menos es lo que suelo hacer todos los días. Pero hoy no ha sido el caso. Me he encontrado a Geni, líada entre montones de rollos de papel pinocho, tijeras, celo, pegamento...
Nos hemos puesto a cenar rápidamente y después hemos continuado con los trabajos manuales, hemos hecho un gorro lleno de flores y bichitos, la verdad es que no nos ha quedado mal.
Nos hemos puesto a cenar rápidamente y después hemos continuado con los trabajos manuales, hemos hecho un gorro lleno de flores y bichitos, la verdad es que no nos ha quedado mal.
Mañana celebran en el colegio de Aída el Día de la Primavera, ignoro si esto es habitual en todos los colegios del Estado o de la Comunidad Valenciana. Recuerdo que cuando era muy muy pequeño y llegaba el mes de mayo, en el colegio sacaban una imagen de la Virgen María y los niños salíamos al campo a coger flores, hoy para ir al campo tendríamos que coger un autobús, después las llevábamos a clase y allí las colocábamos alrededor de la imagen, y cantábamos esa canción que hoy apenas recuerdo, empezaba más o menos así: "Con flores a María, que madre nuestra es...". Yo debía tener unos cuatro o cinco años, afortunadamente poco a poco las cosas fueron cambiando y la educación religiosa quedó en un segundo plano.
Es posible que en el colegio se haya sustituido una festividad por la otra, hubo un tiempo en el que la Iglesia-Estado adoptó las tradiciones paganas y las hizo propias, ahora parece ser que es al revés, que hemos convertido las tradiciones religiosas en paganas, y ojo, no es que me parezca mal, todo lo contrario, lo que pasa es que no deja de hacerme gracia. El eterno retorno.
O quizás me estoy haciendo una paja mental y esta celebración primaveral no deja de ser un motivo para ir estudiando la lógica sucesión de las estaciones sobre la marcha.
Tengo los dedos llenos de pegamento, por más que me lavo las manos no hay manera de quitarlo, mañana Aída celebrará el Día de la Primavera en el colegio y esta noche, mientras ella duerme, su padre quiere dedicarle una canción, seguro que invierno y tormenta cederán ante la fuerte resistencia: "Las tormentas invernales dieron paso a mayo..., con delicada luz brilla la primavera; entre dulces brisas, leve y graciosa se mece, tejiendo prodigios. Por los bosques y prados sopla su aliento, muy abiertos ríen sus ojos...: dulcemente suena del canto de felices pajarillos..., de sí exhala dulces aromas, a su cálida sangre florecen deliciosas flores, ¡gérmenes y retoños brotan de vigor! Con el ornato de sus delicadas armas somete al mundo; invierno y tormenta cedieron ante la fuerte resistencia..." (Siegmund).
La versión que propongo es bastante curiosa, la incandescente Birgit Nilsson como Sieglinde y el viril Set Svanholm como Siegmund en Hamburgo (1953).
Es posible que en el colegio se haya sustituido una festividad por la otra, hubo un tiempo en el que la Iglesia-Estado adoptó las tradiciones paganas y las hizo propias, ahora parece ser que es al revés, que hemos convertido las tradiciones religiosas en paganas, y ojo, no es que me parezca mal, todo lo contrario, lo que pasa es que no deja de hacerme gracia. El eterno retorno.
O quizás me estoy haciendo una paja mental y esta celebración primaveral no deja de ser un motivo para ir estudiando la lógica sucesión de las estaciones sobre la marcha.
Tengo los dedos llenos de pegamento, por más que me lavo las manos no hay manera de quitarlo, mañana Aída celebrará el Día de la Primavera en el colegio y esta noche, mientras ella duerme, su padre quiere dedicarle una canción, seguro que invierno y tormenta cederán ante la fuerte resistencia: "Las tormentas invernales dieron paso a mayo..., con delicada luz brilla la primavera; entre dulces brisas, leve y graciosa se mece, tejiendo prodigios. Por los bosques y prados sopla su aliento, muy abiertos ríen sus ojos...: dulcemente suena del canto de felices pajarillos..., de sí exhala dulces aromas, a su cálida sangre florecen deliciosas flores, ¡gérmenes y retoños brotan de vigor! Con el ornato de sus delicadas armas somete al mundo; invierno y tormenta cedieron ante la fuerte resistencia..." (Siegmund).
La versión que propongo es bastante curiosa, la incandescente Birgit Nilsson como Sieglinde y el viril Set Svanholm como Siegmund en Hamburgo (1953).
Die Walküre (Act 1)
NDR-Broadcast
Hamburgo, 1953
Sieglinde: Birgit Nilsson
Siegmund: Set Svanholm
Hunding: Josef Greindl
Director : Hans Schmidt-Isserstedt
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NDR-Broadcast
Hamburgo, 1953
Sieglinde: Birgit Nilsson
Siegmund: Set Svanholm
Hunding: Josef Greindl
Director : Hans Schmidt-Isserstedt
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Qué bonita tu entrada y qué buena elección musical, me encanta este fragmento, aún interpretado por dos megavoces como estas no pierde su lirismo. Por cierto, yo también cantaba la canción esa de pequeño, era: "Venid y vamos todos / con flores a María, / con flores a María / que madre nuestra es". Se ve que lo de la enseñanza laica no lo acababan de entender en mi colegio. Mucho mejor la fiesta de ahora, y seguro que más divertida.
ResponderEliminarDurante años, los infantiles, mi primavera era el dichoso "Venid y vamos todos...". La porfía era claramente religiosa, aún no había llegado por aquí la denostado laicismo.
ResponderEliminarAhora su imagen para mí es un almendro japonés en flor y su BSO, un trío de Schubert.
En casa hay mucha madera de artista. ¿Este retrato te lo hizo Aída mientras escuchabas algún buen Fidelio? Estarías por las nubes. No, sería al ver cómo a su padre se le caía la baba con sus dos prima donnas :)
ResponderEliminarA mí también me hacían cantar la cancioncilla frente a una virgen diminuta a la ofrecíamos flores, y no hace tanto, que soy un poquito más joven que vosotros. Por supuesto, un crucifijo -además del retrato de los Reyes- presidía todas las aulas. Deberían haberlo cambiado por este fragmento de Walky.
Un abrazo al padrazo.
NOTA: donde dije "almendro" digo "cerezo" Arghhh!!!
ResponderEliminarAlmendro, cerezo. Cerezo, almendro. Tanto monta, monta tanto.
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