Gracias por venir (All the things you are)

Así decía o dice una de esas canciones con las que terminan o terminaban las revistas que tanto gustaban a la generación de nuestros padres y que yo se la he escuchado a Lina Morgan, igual es de ella, no tengo ni idea. La verdad es que cuando inicié el blog no sabía muy bien lo que pretendía, nunca fui un asiduo visitante de blogs, sólo el de nuestro amigo Ximo consiguió engancharme, y es su magnífico blog el que he tenido siempre como modelo. Poco después de hacerme asiduo visitante de su blog (luego vinieron los demás) es cuando decidí exiliarme y así comenzó la andadura de este blog, con un comentario sobre Elisabeth Schwarzkopf, una de las primeras cantantes a las que conocí, desde el exilio voluntario, a lo que Ximo contestó: "Esto no creo que sea un exilio voluntario, más bien una liberación", y tenía razón, fue una liberación.
Los primeros días del blog fueron un tanto extraños, no comuniqué a nadie su existencia, pensaba escribir y escribir y escribir hasta que personas que no sabía quiénes eran o dónde estaban lo descubrieran, si es que alguna vez lo descubría alguien. Pero al poco tiempo me di cuenta de que era muy aburrido eso de ir mandando mensajes en botellas que iban a la deriva, así que a un reducido círculo de personas comuniqué que tenía mi propio blog. Me sorprendió la buena acogida que tuvo la noticia y me animó para seguir adelante. Poco a poco los visitantes fueron aumentando y aumentando, más de lo que esperaba.
Cuando uno está en el exilio añora su patria, y yo también la añoraba, de vez en cuando me gustaba hacer alguna visita para ver cómo iban por allí las cosas, si todo seguía igual o, por el contrario, las cosas habían cambiado. Mantenía siempre la esperanza de que hubieran cambiado a mejor, pero eso no ocurrió, me fui sintiendo más y más distante, pero siempre quedaba en el fondo un sabor amargo, sabor que era producto de tener conciencia de que no puedes regresar allí donde quieres estar porque ese lugar ya no existe más que en tu imaginación. "Rien n'a changé et pourtant tout est différent, rien n'est pareil et pourtant tout est comme avant".


Todo este proceso de liberación me ha enseñado muchas cosas de mí mismo, nunca pensé que pudiera odiar a alguien de la manera en que he odiado, a veces me he sentido como Klingsor, otras Florestan ¡Cuántas veces recordé aquellas palabras de Golaud: "Es inútil llamar a puertas que no se quieren abrir"! Al final he caído en la cuenta de que nos damos demasiada importancia a nosotros mismos cuando quizás no tengamos tanta.
Estoy muy a gusto aquí, en mi blog, en mi isla. De vez en cuando miro al horizonte y veo barcas con gentes que se acercan, algunos vienen a saludarme y dejan su rastro, otros se limitan a dar un paseo o a picotear por aquí o por allá, luego desaparecen casi sin dejar huella. Tanto unos como otros hacen que día a día, sobre las diez de la noche, en vez de encender la televisión me siente ante el ordenador para poner ese fragmento que me apasiona, hablar de ese cantante que me gusta, o incluso escribir cualquier estupidez que se me ocurre y a ellos quiero darle las gracias. Gracias por venir.
No penséis que voy a colocar ahora a la Morgan cantando el gracias por venir, lo que voy a hacer es poner un tema de Kern y Hammerstein, "All the things you are", hay muchísimas versiones más frescas que la que he elegido, la de Jessye Norman, pero ésta es la primera que conocí y me apasiona aunque reconozco que resulta algo almibarada. Por cierto, cómo quiere la cámara a Norman.

Esta canción me encantaba pero no tenía la letra. Había un trío de jazz en Valencia al que a veces acompañaba una vocalista, por cierto, admiradora de Jessye, que solía cantar esta canción. Un día, antes de la sesión, le pedí al pianista un libro con las partituras de canciones variadas que llevaba siempre consigo y apresuradamente, sin respetar versos, me copié la letra en un folio. Lo plegué y me lo metí en el bolsillo de los vaqueros. Entonces tenía una novia bastante curiosa que un día se hizo con la hoja que yo había guardado entre mis cosas personales. La encontré llorando con el folio en la mano. Le pregunté qué es lo que le pasaba y ella me entregó el papel. La chica pensaba que le estaba poniendo los cuernos con una inglesa y que aquello era una carta de amor. Para demostrar que estaba equivocada puse el disco de la Norman y al sonar la canción le dije: lee, lee... La pobre no sabía dónde meterse de la vergüenza que pasó.

Otro día contaré la anécdota que me ocurrió con Autumn Leaves.


OTRAS VERSIONES:

Judy Garland


Richard Tauber


Mario Lanza


Sara Vaughan


Joe Pass


Keith Jarret


Pat Metheny and Brad Mehldau Duo