Ayer asistí en el Palau de la Música de Valencia a un concierto de la Orquesta Sinfónica de la BBC, la mezzosoprano checa Dagmar Pecková y el también director checo Jiri Belohlávek. El programa estaba formado por los Wesendonck Lieder y la Sinfonía núm. 5 de Bruckner. Confieso que, para mí, el mayor atractivo del programa estaba en la primera parte, los lieder de Wagner. Respecto a Bruckner iba un poco a ciegas, había escuchado la sinfonía un poco por encima.
Ya dije una vez en el blog que es un compositor al que tenía atragantado, demasiada monumentalidad y grandilocuencia -yo antes a Bruckner lo entendía de esta forma- para un ser tan simple como Maac. Tenía esperanzas de que la Sinfonía núm. 5 fuera una revelación, que es lo que me pasó la temporada pasada cuando escuché la séptima por Colin Davis y la London Symphony Orchestra y, después, la novena en disco y por Celibidache por sugerencia de Goulaud. Pero esta vez no fue así. Me gustó la quinta pero no me sedujo ni cambió mi vida y es que a veces esperamos que nos den mucho más de lo que efectivamente recibimos, ahí seguramente estuvo mi error. La Orquesta de la BBC sonó estupendamente y nos hizo recordar lo mal que ha comenzado la temporada la Orquesta de Valencia. Esperemos que sea algo circunstancial y que a lo largo de lo que queda de año y el siguiente vaya mejorando poco a poco, algo que no se me antoja difícil después del desastroso Réquiem alemán de la semana pasada. Dagmar Pecková, mezzosoprano que para mí era una absoluta desconocida, me gustó y no me gustó. Me gustó su timbre, muy cálido, su exquisita musicalidad, la homogeneidad entre los registros, pero no me gustó la proyección de su voz, o la intérprete no supo emplear el adecuado juego de intensidades o la voz no corría bien por la sala, y eso que a lo largo de cada uno de los cinco Wesendonck Lieder no hay tanto volumen orquestal como para que la cantante tenga este tipo de problemas. Faltó entrega, más por parte de la intérprete que de la orquesta, el resultado fue una interpretación muy correcta, no voy a decir carente de emoción o lirismo, que sí estuvo presente, pero sí de intensidad -escúchese la interpretación de Ludwig más abajo-, en una piezas que pertenecen plenamente al romanticismo musical. Como siempre me ocurre cuando asisto a estos conciertos en los que se combinan obras instrumentales y vocales, los Wesendonck me supieron a poco y me quedé con ganas de más.
Los Wesendonck Lieder son un ciclo de canciones compuesto por Wagner entre 1857 y 1858 coincidiendo en el tiempo con la composición de Die Walküre. El material literario sobre el que están compuestas estas canciones son poemas de Mathilde Wesendonck, esposa de Otto Wesendonck, uno de los patrones de Wagner. Éste había conocido a Otto en Zurich, ciudad a la que el compositor había huido tras la insurrección que tuvo lugar en mayo de 1849 en Dresde. Durante una temporada Wagner y Minna estuvieron viviendo en una de las propiedades de los Wesendonck.
¿Tuvieron Wagner y Mathilde una relación amorosa? No lo sé, sabemos que hubo una atracción recíproca y que gracias a esta relación, real o platónica, gozamos de dos obras maestras dedicadas a la pasión amorosa sin límites: La Walkyria, el primer acto en especial, y la ópera Tristán e Isolda.
La relación del ciclo con esta última ópera es más que evidente, el mismo Wagner denominó dos de estas canciones del ciclo como Estudios para Tristán e Isolda, en ellas aparecen ideas musicales que estarán también en la ópera. Se trata de Träume, del que surgen melodías utilizadas en el el dúo de amor del segundo acto y de Im Treibhaus, cuyas melodías aparecerán en el preludio del tercer acto. En realidad todo el ciclo participa del estilo de Tristán.
La primera versión estaba realizada para voz femenina y piano, posteriormente compuso una versión para orquesta de cámara para que fuera interpretada bajo la ventana de Mathilde el día de su cumpleaños, el 23 de diciembre de 1857.
El estreno del ciclo tuvo lugar el 30 de julio de 1862 bajo el título "Cinco canciones para voz femenina".
La orquestación de todas las piezas fue realizada por el director Felix Mottl en 1880, mientras que en 1976 Hans Werner Henze realizó una versión de cámara de las mismas.
Los títulos de las canciones son lo siguientes:
1. Der Engel 11/1857
2. Stehe still! 2/1858
3. Im Treibhaus - Studie zu Tristan und Isolde 5/1858
4. Schmerzen, 12/1857
5. Träume - Studie zu Tristan und Isolde 12/1857
Se los vamos a escuchar a Christa Ludwig con Otto Klemperer en una grabación de 1962 acompañados por la Philharmonia Orchestra. No sé si será la mejor versión posible -por ahí está la de Ferrier con Walter, la de Flagstad con Kna, incluso puede que alguno prefiera a la Norman con Colin Davis o a la Meier con Barenboim-, en todo caso es una de las cumbres de la discografía en estudio. Tenemos pasión, recogimiento, matización, espiritualidad, misterio y delicadeza; un magnífico sonido orquestal y una voz gloriosa ¿Para qué pedir más?
1. Der Engel (El Ángel)
In der Kindheit frühen Tagen
Hört ich oft von Engeln sagen,
Die des Himmels hehre Wonne
Tauschen mit der Erdensonne,
Daß, wo bang ein Herz in Sorgen
Schmachtet vor der Welt verborgen,
Daß, wo still es will verbluten,
Und vergehn in Tränenfluten,
Daß, wo brünstig sein Gebet
Einzig um Erlösung fleht,
Da der Engel niederschwebt,
Und es sanft gen Himmel hebt.
Ja, es stieg auch mir ein Engel nieder,
Und auf leuchtendem Gefieder
Führt er, ferne jedem Schmerz,
Meinen Geist nun himmelwärts!
En los albores de mi infancia
oí a menudo decir que los ángeles
trocaban las sublimes felicidades celestes
por la luz del sol terrenal
De esta forma, cuando un corazón apenado
oculta al mundo su pesar,
cuando sangra en silencio
y se funde entre lágrimas,
cuando ruega con fervor
pidiendo solo su liberación
el Ángel desciende hacia él
y, dulcemente, le conduce al Cielo.
Si, también un Ángel ha descendido sobre mí
y sobre sus alas resplandecientes
eleva, lejos de cualquier dolor,
mi espíritu hacia el Cielo
2. Stehe still!
Sausendes, brausendes Rad der Zeit,
Messer du der Ewigkeit;
Leuchtende Sphären im weiten All,
Die ihr umringt den Weltenball;
Urewige Schöpfung, halte doch ein,
Genug des Werdens, laß mich sein!
Halte an dich, zeugende Kraft,
Urgedanke, der ewig schafft!
Hemmet den Atem, stillet den Drang,
Schweiget nur eine Sekunde lang!
Schwellende Pulse, fesselt den Schlag;
Ende, des Wollens ew'ger Tag!
Daß in selig süßem Vergessen
Ich mög alle Wonnen ermessen!
Wenn Aug' in Auge wonnig trinken,
Seele ganz in Seele versinken;
Wesen in Wesen sich wiederfindet,
Und alles Hoffens Ende sich kündet,
Die Lippe verstummt in staunendem Schweigen,
Keinen Wunsch mehr will das Innre zeugen:
Erkennt der Mensch des Ew'gen Spur,
Und löst dein Rätsel, heil'ge Natur!
2. ¡No os mováis!
Zumbadora, susurrante Rueca del Tiempo,
medidora de la Eternidad
Esferas centelleantes del gran Todo
que rodeáis nuestro globo
Creación original ¡detente!
Cesad en vuestro perpetuo devenir ¡dejadme ser!
¡Detente fuerza creadora!
pensamiento primero en constante creación
¡Deteneos, hálitos! ¡Enmudeced deseos!
Concededme un solo segundo de silencio.
¡Pulso enloquecido, calma tus latidos!
¡Detente, día eterno de la voluntad!
A fin de que, en un afortunado y dulce olvido,
pueda medir toda mi alegría.
Cuando los ojos beben la alegría en otros ojos,
cuando el alma entera se anega en otra alma,
cuando el ser se encuentra en otro ser
y está próximo el objetivo de todas las esperanzas
enmudecen los labios, silenciosos en su asombro
y nuestro corazón secreto ya no tiene ningún anhelo.
El hombre reconoce el sello de la Eternidad
y resuelve su enigma, Santa Naturaleza
3. Im Treibhaus
Hochgewölbte Blätterkronen,
Baldachine von Smaragd,
Kinder ihr aus fernen Zonen,
Saget mir, warum ihr klagt?
Schweigend neiget ihr die Zweige,
Malet Zeichen in die Luft,
Und der Leiden stummer Zeuge
Steiget aufwärts, süßer Duft.
Weit in sehnendem Verlangen
Breitet ihr die Arme aus,
Und umschlinget wahnbefangen
Öder Leere nicht'gen Graus.
Wohl, ich weiß es, arme Pflanze;
Ein Geschicke teilen wir,
Ob umstrahlt von Licht und Glanze,
Unsre Heimat ist nicht hier!
Und wie froh die Sonne scheidet
Von des Tages leerem Schein,
Hüllet der, der wahrhaft leidet,
Sich in Schweigens Dunkel ein.
Stille wird's, ein säuselnd Weben
Füllet bang den dunklen Raum:
Schwere Tropfen seh ich schweben
An der Blätter grünem Saum.
3. En el invernáculo
Coronas de follaje en altas arcadas,
baldaquines de esmeralda,
vosotros, hijos de lejanas religiones,
decidme ¿por qué os lamentáis?
Inclináis en silencio vuestras ramas,
dibujáis signos en el aire
y, como mudo testigo de vuestras penas,
se exhala un dulce perfume.
Grandes, en vuestro ardiente deseo,
abrís vuestros brazos
para estrechar vanamente
el horror espantoso del vacío.
Sé muy bien, pobres plantas,
que compartimos un igual destino.
Aunque viviésemos entre una luz radiante
nuestro hogar no está aquí.
Al igual que el sol gozoso, que abandona
el vacío esplendor del día,
aquel que verdaderamente sufre
se envuelve con el obscuro manto del silencio.
Todo se calma. Un susurro ansioso
llena la estancia obscura.
Estoy viendo cómo pesadas gotas se hinchan
en los verdes bordes de las hojas.
4. Schmerzen
Sonne, weinest jeden Abend
Dir die schönen Augen rot,
Wenn im Meeresspiegel badend
Dich erreicht der frühe Tod;
Doch erstehst in alter Pracht,
Glorie der düstren Welt,
Du am Morgen neu erwacht,
Wie ein stolzer Siegesheld!
Ach, wie sollte ich da klagen,
Wie, mein Herz, so schwer dich sehn,
Muß die Sonne selbst verzagen,
Muß die Sonne untergehn?
Und gebieret Tod nur Leben,
Geben Schmerzen Wonne nur:
O wie dank ich, daß gegeben
Solche Schmerzen mir Natur!
4. Tormentos
Sol, lloras todas las noches
hasta que logras enrojecer tus bellos ojos
cuando, bañándote en el espejo del mar,
te ves abatido por una muerte prematura.
Pero regresas con tu antiguo esplendor,
gloria del mundo obscuro,
despertando en la aurora
como un orgulloso héroe vencedor
¿Por qué, pues, debería lamentarme?
¿Por qué mi corazón ha de ser tan pesado?
¿Por qué incluso el propio Sol ha de desesperarse?
¿Por qué el Sol tiene que desaparecer?
Y si solo la muerte da nacimiento a la vida,
si solo los tormentos proporcionan la alegría,
¡oh, cómo te doy las gracias, Naturaleza,
por los tormentos que me has dado!
5. Träume
Sag, welch wunderbare Träume
Halten meinen Sinn umfangen,
Daß sie nicht wie leere Schäume
Sind in ödes Nichts vergangen?
Träume, die in jeder Stunde,
Jedem Tage schöner blühn,
Und mit ihrer Himmelskunde
Selig durchs Gemüte ziehn!
Träume, die wie hehre Strahlen
In die Seele sich versenken,
Dort ein ewig Bild zu malen:
Allvergessen, Eingedenken!
Träume, wie wenn Frühlingssonne
Aus dem Schnee die Blüten küßt,
Daß zu nie geahnter Wonne
Sie der neue Tag begrüßt,
Daß sie wachsen, daß sie blühen,
Träumed spenden ihren Duft,
Sanft an deiner Brust verglühen,
Und dann sinken in die Gruft.
5. Sueños
Dime ¿qué sueños maravillosos
retienen prisionera a mi alma,
sin desaparecer, como pompas de jabón,
en una nada desolada?
Sueños que a cada hora
de cada día florecen más hermosos.
Y que, con sus prefiguraciones del Cielo,
pasan felizmente a través de mi espíritu.
Sueños que, como rayos de gloria,
penetran en el alma
para pintar en ella una imagen eterna:
¡el olvido de todo! ¡el recuerdo único!
Sueños parecidos al sol de la primavera
cuyos besos hacen brotar las flores entre la nieve
y que, con una inimaginable felicidad,
acogen al nuevo día.
Y creciendo, y floreciendo,
y soñando, exhalan su perfume,
y se marchitan, dulcemente, sobre tu pecho
para descender después al sepulcro.
Qué bien los canta Christa Ludwig, en su voz resultan un autentica preciosidad.
ResponderEliminarPor lo que dices de voz de Dagmar Pecková y de su falta de proyección - tengo que decirte que a mi me gustó como los interpretó- quizás el sitio idóneo para escuchar lieder sea la Sala Rodrigo y no la Iturbi. Estoy casi segura de que si la hubieses escuchado en la primera tu impresión hubiese sido distinta, y puede que mucho mejor.
A mi que estos lieders me recuerdan a los 4 últimos lieder de Strauss, será mi incultura sin duda, pero es que les encuentro muchas conexiones.
Personalmente conozco mejor la 9ª de Bruckner que la 5ª y además la encuentro más interesante, pero la interpretación de la 5ª que escuché me gustó mucho. Bueno, esta claro que de alguna manera, Bruckner todavía se te resiste ja ja ja.
Y por lo dices, es que estos lieder saben a poco, vamos que estoy venga a darle al pinganillo que has puesto y... cómo atrapan, es que Ludwig consigue emocionarme.
Gracie mille y bona nit!
¡Estremecedora Ludwig!
ResponderEliminarTambién me supo a poco la parte vocal de este concierto. Assai, agradecí escuchar en esta Sala a la Orquesta de la BBC, y, aunque Pecková hizo lo que pudo con un bonito timbre, el volumen de su registro grave no resistió el balance con la orquesta. Una pena, por lo demás ya lo habéis comentado y estoy de acuerdo.
En cuanto a la 5ª... me pareció una obra realmente repetitiva, con da capos innecesarios y que no por más fuerte y por mejor interpretada, que lo estuvo, se le podía sacar más partido. Es un análisis simple, pero es lo que sentí. Al final la cabeza se me iba a lo que podía haber sido el REquiem de Brahms a lo BBC, y que no fue.
Saludos y hasta pronto.
Precioso suenan los lieder en la voz calida y emocionante de Christa... solo que tengo que decir que los textos los encuentro demasiado sencillos y poco sofisticados para lo bonita que es la musica :-) El canto de Ludwig definitivamente les aumenta mucho de estilo y sensibilidad!
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