Continuamos con el primer acto, las escenas 2 a 6 las vamos a ver de una tacada para que la visión del mismo no quede muy fragmentada, tengamos en cuenta de que estamos con un Gluck sexagenario que tiene más que claras sus ideas sobre la ópera como una unidad dramática y no como una mera sucesión de números musicales independientes y totalmente autónomos que en su sucesión desarrollan el argumento.
En la segunda escena del primer acto aparece Toas, el rey de Táuride (o Tauris) ante Ifigenia. El rey es presa del pánico, está excitado, son necesarios sacrificios humanos, los oráculos han predicho su muerte, para evitarla no puede quedar ningún extranjero sin castigo.
Escuchamos el recitativo y el aria de Thoas: "De sombres presentiments". Ese terror del rey parece inexplicable ¿No será que estamos ante un tirano y teme por tener el final habitual de estos seres que abusan del poder o han ocupado el trono de una manera oscura?
En las tercera y cuarta escena el pueblo secunda al rey, los dioses quieren sangre y no los lamentos de Ifigenia. Un escita da cuenta, en un breve recitativo intermedio, de que dos jóvenes griegos, Orestes -el hermano de Ifigenia- y su inseparable amigo Pílades, han sido apresados no sin esfuerzo. Toas ordena que sean conducidos al altar del sacrificio.
Toas pide al pueblo que dirija su cantos a los dioses. El pueblo está dispuesto al sacrificio, es necesaria la sangre para expiar sus culpas, los altares del sacrificio están preparados.
Se trata de unos coros exóticos, una marcha turca en la que abunda la percusión y que acentúa el carácter rudo del pueblo de Táuride. El Journal de Paris decía "Este sonido extraño parece transportar a los espectadores en medio de caníbales que danzan al rededor de un caldero en el que su víctima está atada." Entre los coros se insertan recitativos que hacen avanzar la acción.
Al final de la cuarta escena tiene lugar el convencional ballet de los escitas, tiene cuatro movimientos muy cortos al más puro estilo francés.
Quinta y sexta escena: En medio de toda la exhibición bárbara de escitas aparecen Pílades y Orestes encadenados; interrogado por Toas sobre cuál era su objetivo en Táuride, Pílade se niega a desvelarlo. Ya estaban condenados pero su actitud sirve para que Toas se ratifique y les anuncia su muerte. Orestes se siente culpable -lo vemos con los ojos fijos en tierra, abatido-, él será la causa de la desgracia de Pílade. El pueblo secunda al rey en un coro en el estilo de los de las escenas anteriores y así termina el primer acto.
DESCARGA AQUÍ LA ÓPERA COMPLETA: GLUCK - IPHIGÈNIE EN TAURIDE (ROH, Convent Garden, septiembre 2007)- Susan Graham (Iphigénie), Simon Keenlyside (Oreste), Paul Groves (Pylade), Clive Bayley (Thoas), Gail Pearson (Primera sacerdotisa, Una mujer griega), Claire Wild (segunda sacerdotisa), Cecile van der Sant (Diane), Jacques Imbrailo (Un escita), Krzystof Szumanski (Un ministro).
Coros de la Royal Opera House, Covent Garden, The Orchestra of The Age of Enlightenment - Director: IVOR BOLTON
Escuchamos el recitativo y el aria de Thoas: "De sombres presentiments". Ese terror del rey parece inexplicable ¿No será que estamos ante un tirano y teme por tener el final habitual de estos seres que abusan del poder o han ocupado el trono de una manera oscura?
En las tercera y cuarta escena el pueblo secunda al rey, los dioses quieren sangre y no los lamentos de Ifigenia. Un escita da cuenta, en un breve recitativo intermedio, de que dos jóvenes griegos, Orestes -el hermano de Ifigenia- y su inseparable amigo Pílades, han sido apresados no sin esfuerzo. Toas ordena que sean conducidos al altar del sacrificio.
Toas pide al pueblo que dirija su cantos a los dioses. El pueblo está dispuesto al sacrificio, es necesaria la sangre para expiar sus culpas, los altares del sacrificio están preparados.
Se trata de unos coros exóticos, una marcha turca en la que abunda la percusión y que acentúa el carácter rudo del pueblo de Táuride. El Journal de Paris decía "Este sonido extraño parece transportar a los espectadores en medio de caníbales que danzan al rededor de un caldero en el que su víctima está atada." Entre los coros se insertan recitativos que hacen avanzar la acción.
Al final de la cuarta escena tiene lugar el convencional ballet de los escitas, tiene cuatro movimientos muy cortos al más puro estilo francés.
Quinta y sexta escena: En medio de toda la exhibición bárbara de escitas aparecen Pílades y Orestes encadenados; interrogado por Toas sobre cuál era su objetivo en Táuride, Pílade se niega a desvelarlo. Ya estaban condenados pero su actitud sirve para que Toas se ratifique y les anuncia su muerte. Orestes se siente culpable -lo vemos con los ojos fijos en tierra, abatido-, él será la causa de la desgracia de Pílade. El pueblo secunda al rey en un coro en el estilo de los de las escenas anteriores y así termina el primer acto.
DESCARGA AQUÍ LA ÓPERA COMPLETA: GLUCK - IPHIGÈNIE EN TAURIDE (ROH, Convent Garden, septiembre 2007)- Susan Graham (Iphigénie), Simon Keenlyside (Oreste), Paul Groves (Pylade), Clive Bayley (Thoas), Gail Pearson (Primera sacerdotisa, Una mujer griega), Claire Wild (segunda sacerdotisa), Cecile van der Sant (Diane), Jacques Imbrailo (Un escita), Krzystof Szumanski (Un ministro).
Coros de la Royal Opera House, Covent Garden, The Orchestra of The Age of Enlightenment - Director: IVOR BOLTON
Hola maac, sigo con fidelidad tus entradas a las diferentes óperas que hacen en Valencia, yo tb voy a menudo. No sé si es este el lugar para exponer esto, tengo 2 entradas en platea para la Ifigenia el 13 de Diciembre. No puedo acudir, si alguien en tu blog pudiera cambiármelas para otra función, les estaría muy agradecido: pacocholbi@hotmail.com
ResponderEliminarSigue con tu trabajo, es excelente.
Hola! Es la primera vez que uso tu guía de audición y me parece un trabajo excelente ¡muchas gracias! creo que lo seguiré en adelante.
ResponderEliminarOs contesto a los dos. Paco, lo siento, pero no puedo ayudarte con las entradas, espero que tengas suerte.
ResponderEliminarAnónimo, me alegro que la guía pueda servir para algo, por la web no he podido localizar el libreto traducido al castellano. Algún amigo, ahora que ya la han estrenado, se ha acercado por Les Arts y ha comprado el librito que venden.