martes, 23 de junio de 2009

Maac y el Anillo de Les Arts



Ayer, al salir de El Ocaso de los Dioses, la última Jornada de la Tetralogía del Palau de les Arts -que nos la han vendido como la primera que se hizo en España de un tirón cuando lo cierto es que en Canarias la ofrecieron íntegramente en 6 días las huestes del Kirov con Gergiev, pero vale, sí, rectificamos, es la primera producida por un teatro español- una amiga me preguntaba cuál era la "ópera" -permitidme que emplee esta palabra- que más me había gustado de toda la Tetralogía. La verdad es que no sabía muy bien qué contestar, tras preguntar si se refería a la obra en sí o a la producción de la Fura, conté: "un, dos, tres" y dije: "El Ocaso" igual que podría haber dicho el Prólogo, La walkyria o Sigfrido. Mi amiga me dijo que a ella la que más le había gustado era La walkyria, yo, como no soy perfecto y ayer tenía un día bastante gilipollas, le contesté: "Sí, es la más asequible", encima le añadí retintín, cuando tales palabras salieron de mis labios quise morderme la lengua pero ya viajaban por el espacio. Hay días en los que convendría tener la boca cerrada.

Un gran acierto de la Tetralogía de la Fura, es su unidad, los mismos elementos utilizados una y otra vez, en circunstancias y con funciones distintas -el péndulo de los guerreros recogidos por las walkirias es la fragua de Siegfried o la habitación en la que Gutrune hace sus ejercicios en una cinta andadora que ya apareció en Siegfried-, con puntuales innovaciones -el dragón, la barca de Siegfried...-, tras el Prólogo. Quizás en El Ocaso, para retratar el mundo en decadencia de los Gibichungos, se separa un poco de la estética seguida anteriormente, pero da la casualidad de que también Wagner se había separado musicalmente en el Ocaso respecto al resto de la Tetralogía, esto ya fue tratado en una entrada anterior y no abundo en ello. Otro gran logro del Anillo de Les Arts, se lo debemos a Franc Aleu, es el uso de la cinematografía como elemento no sólo decorativo o escénico sino también narrativo, a veces se está describiendo el mundo en el que se desenvuelven los personajes e incluso, cuando se unen a la técnica del leitmotiv o cuando rememoran lo que los personajes han vivido o van a vivir, adquieren un carácter temporal que liga muy bien con ese ir y venir en el tiempo de la dramaturgia wagneriana. La lectura que hace Padrissa de la gran obra wagneriana es tan actual como sencilla: la destrucción de la naturaleza como consecuencia de la alteración del medio ambiente, para terminar con un mensaje de esperanza en el ser humano.

¡Habrá que señalar algún defecto! Ahora mismo se me ocurren dos: el exceso de estimulación visual -y eso que lo hemos mamado desde pequeños- que a veces nos distrae del hecho musical y la falta de contenido puramente dramático, de movimiento de actores, aquí permitidme que culpe tanto a Wagner como a Padrissa, lo dejamos en un 50% para cada uno. No voy a entrar en más detalles sobre la producción porque se ha dicho casi todo tanto en la prensa como en otros blogs amigos y porque estaría hasta mañana, sólo me gustaría decir algo sobre El Ocaso, que ha sido la "ópera" más polémica de las cuatro: Siegfried cantando cabeza abajo -no llega ni a tres minutos, un amigo lo cronometró y no es para tanto porque no canta en ese momento la forja de la espada-, la pistola con la que Hagen asesina a Gunther, la estética gibichunga "feista" (Titus dixit, no estoy de acuerdo pues es muy cercana a la cultura pop, al comic -también los paisajes industriales dibujados en blanco y negro- y al Kubrick de 2001, hablaría aquí de los desplazamientos de la cámara sobre el mundo industrial de los Gibichungos y su relación con los de las naves de la famosa película de Kubrick, pero si tomo ese camino no terminaría nunca). Cuando Brünnhilde, en el Ocaso, cae en la cuenta de lo duro del castigo que le había infligido Wotan y de la cruda realidad, las pantallas giran sobre sí mismas y aparecen por detrás, el efecto escénico que produce, además de estéticamente bello, es impactante. Ya se ha instaurado la costumbre que todo montaje que se precie tenga algún tipo de polémica, cuando uno contrata a La Fura además es que tiene que asumir que va a ser así, estos detalles que, para algunos, distorsionan el drama wagneriano o están fuera de lugar, yo los agradezco, no sólo sirven para que se hable de la producción sino que le aportan frescura y vitalidad, lo más desafortunado es el paseillo de Sigfried por el patio de butacas en un momento, la marcha fúnebre, en que la grandeza musical es tal que cualquier elemento añadido es distorsionador. Afortunadamente se han corregido algunos abusos visuales en la Segunda Jornada, el más significativo es el exceso de las florecitas en Siegfried -yo creo que el año pasado habia más, espero que la memoria no me falle- y el mejor tratamiento del espacio escéncio gracias a la modificación de la disposición de las pantallas en la última escena del tercer acto -si no recuerdo mal el año pasado había menor proximidad entre la pareja de enamorados-.

El bajo barítono finlandés Juha Uusitalo ha sido el gran triunfador del Anillo de les Arts, ya nos había gustado en las temporadas anteriores, si en La Walkyria del primer año le pudimos pedir mayor matización y una mayor dosificación del esfuerzo, este año no podemos ponerle ni un solo pero. Cuenta Uusitalo con una gran baza, su timbre es personalísimo, una vez que lo has escuchado es difícil de olvidar, y además no sólo ha mejorado mucho en expresividad sino que ha aprendido a dosificar el esfuerzo para llegar fresco a su gran momento, la despedida de Brünnhilde. No se me olvidará nunca el estupendo, por variado, monólogo del segundo acto de La walkyria -momento que puede ser terrible según quién lo cante-, además estuvo muy bien acompañado por Mehta y la orquesta de les Arts.

La estadounidense Jennifer Wilson fue Brünnhilde. Se han dicho muchísimas cosas de ella, todas muy buenas: que no tiene que envidiar nada a las grandes o que es una de esas cantantes que surgen cada veinte o treinta años. Yo no estoy de acuerdo pero soy consciente de que me quedo solo, hasta he llegado a dudar de mi propio criterio, ha gustado a toda la crítica y al 98% de los aficionados que conozco. Admiro su hermoso timbre en la zona media y, sobre todo, aguda pero, a pesar del esfuerzo que he hecho, sólo ha llegado a transmitirme emoción en contadas ocasiones, sobre todo en los actos segundo y tercero de La walkyria. En el dúo de Siegfried resultó espectacular pero no consiguió moverme ni una sola fibra. No sólo me parece que carece de expresividad vocal sino que escénicamente es un auténtico marmolillo -en este aspecto me parece que somos más los que coincidimos-.

Ahora hacemos una pausa para escuchar a otra Brünnhilde, no tan exultante en el agudo pero de mayor incisividad expresiva, se trata de la también norteamericana Christine Brewer, que el pasado 28 de mayo en la Berliner Philharmonie ofrecía un concierto con Simon Rattle y la O. Filarmónica de Berlín en el cantaba la escena final del Ocaso acompañada por la Waltraute de Karen Cargill, pero escucharemos sólo a Brewer en la Inmolación, desde ""Starke Scheite schichtet mir dort", esta soprano, una de las más reputadas Brünnhilde de la actualidad, iba a cantar en el Met en la despedida de la conservadora y ya casposa producción de Otto Schenk pero tuvo que cancelar a causa de un accidente de rodilla, la sustituyeron la americana Linda Watson y las suecas Irene Theorin y Katarina Dalayman.



Matti Salminen, de timbre oscuro pero muy cálido y brillante, no fue Hunding, Fafner ni Hagen, ES el Hunding, Fafner y Hagen de final del siglo XX y principios del XXI, a pesar de su edad se conserva en un fantástico estado vocal, su peor intervención -y es un decir- en lo estrictamente vocal la tuvo en el Ocaso inaugural, fue algo circunstancial porque conforme fueron pasando los días se fue creciendo; en lo puramente dramático-musical estuvo inconmensurable, escénicamente, dada su veteranía, a pesar de sus evidentes problemas de movilidad, estuvo también a un gran nivel. Un auténtico lujo.

Con el Siegmund del tenor alemán Torsten Kerl llegamos al póquer de ases. Otra gran voz que pareció desenvolverse con más naturalidad de lo esperado en los graves -en algún momento sorprendentes, hay que estar pendientes de cómo evoluciona en el futuro- que en la zona aguda donde estuvo sobrado pero mostró destellos excesivamente metálicos, pero son minucias, en la invocación a su padre, ofreció dos "Wälse" sobrados de fiato. En los dúos con Sieglinde saltaron chispas.

Y es que Sieglinde, Eva Maria Westbroek, nos lleva al repóquer. Más abajo encontraréis una entrada dedicada a esta gran soprano holandesa, que este año interpretará de nuevo la welsunga en Bayreuth, el éxito seguro que va a ser sonado y si lo sigue haciendo como en les Arts, se convertirá en una digna sucesora de Waltraud Meier, aunque a mí por su fuerza dramática hizo que me viniera a la memoria la gran Leonie Rysanek.

En un nivel inferior situaría el Siegfried del canadiense Lance Ryan, su timbre, leñoso y carente de homogeneidad, no es muy grato al oído, en todas las funciones en las que lo he visto ha ido mejorando conforme ha calentado la voz dando lo mejor de sí en el dúo final de Siegfried, no nos hizo sufrir, quién lo hubiera dicho después de escuchar lo reservón que estuvo en la escena de la fragua, supo dosificar el esfuerzo, ahí estuvo su principal virtud porque su canto no es muy matizado.

Muy correcto el Alberich de Franz-Josef Kapellmann y estupendo el Mime del sueco Niklas Björling Rygert, que ya cantó en una función del Siegfried del año pasado pero que no coincidió en ninguna de las funciones a las que asistí. Muy convincentes Anna Larsson (Fricka), Sabina von Walther (Freia), Elisabete Matos (Gutrune) y Catherine Wyn-Rogers mucho mejor por cuestiones tímbricas como Waltraute este año que como Erda el año pasado, bien Daniela Denschlag como Erda y Silvia Vázquez, Ann-Katrin Naidu y Marina Prudenskaya como Hijas del Rin. Marina Zyatkova como Pájaro del bosque no brillo especialmente, su intervención, que me pareció justita de coloratura, pasó desapercibida. En cuanto al papel de Gunther estuvo mejor servido por el sustituto del domingo, Stefan Stoll, que tiene previsto debutar Wotan y Der Wanderer en Karlsruhe, que por Ralf Lukas.

Excelente la Orquesta de la Comunitat Valenciana y el Coro de la Generalitat Valenciana, centrándome en El Ocaso, que es la Jornada que se estrenaba este año, decir que la orquesta, que nos tiene ya viciados, estuvo mucho mejor ayer que el día del estreno, el volumen tanto de la orquesta como del coro estuvo mucho más controlado por Zubin Mehta, no sé si por mi distinta ubicación. Quizás la dirección de Mehta no es genial ni profunda pero sí sabe hacer que la música fluya con naturalidad, lo cual es de agradecer, brilló especialmente en el primer acto de La walkyria y en los momentos más líricos de la partitura. Era mi primer Anillo completo y no podía tener mejor bautizo, lástima que por distintos compromisos no voy a poder asistir al Prólogo y dos Jornadas del segundo ciclo, sólo asistiré a La Walkyria del miércoles, habrá dos cambios en los principales papeles: Plácido Domingo será Siegmund y Stephen Milling sustituirá a Salminen como Hunding.

Ya sabemos que el Anillo completo se repondrá en Les Arts dentro de cuatro años, pero antes volverá La Fura con Les Troyens, ópera que inaugurará la temporada 2009-2010 y Wagner con Los Maestros Cantores. Yo del Palau de les Arts aprovecharía el tirón que ha dado Parsifal y La Tetralogía e intentaría abrirme un hueco, que lo hay, en el panorama operístico español siguiendo la estela del repertorio alemán, quizás no sea lo más popular pero ha quedado demostrado que es lo que más público foráneo atrae, es cuestión de ir sembrando y con el tiempo ya se recogerán los frutos. Veremos por dónde van los tiros en los próximos años.

10 comentarios:

  1. De los tres Anillos que he visto ha sido el mejor de lejos. El concepto de arte total ha estado muy logrado. El nivel musical es a día de hoy insuperable, Los que se lo hayan perdido tienen una segunda oportunidad.
    Me sumo a la propuesta de convertir Valencia en ciudad wagneriana, creo que este Anillo podría hacerse periódicamente con éxito.
    Ah, y por supuesto, repito.

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  2. Eso, eso, ciudad wagneriana....y que Helguita nos traiga a Kaufmann (alguien tiene que barrer para casa, no ? :P)

    Me alegro que lo pasaras bien, Maac :) Ya sabes que desde el Siegfried del año pasado yo estoy contigo en lo de la Wilson, no estas solo ! jajajaja.

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  3. Gracias maac, pensaba que no llegaría nunca este resumen.
    Bueno, eso de las ciudades wagnerianas es largo, pero habéis empezado por buen camino. Casi diría que por el final, que debería ser siempre la Tetralogía.
    Si os hemos de pasar el cetro, nos pilla cerca.

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  4. Sensacional crónica, Maac. Nos tenías a todos con mono, hijo.
    Para dar mi opinión sobre todo lo visto y oído, esperaré a acabar mi anillo (de verlo; de forjarlo se encarga Mime). No obstante, sobre lo que ya he visto y oído he de decir que coincido contigo en casi todo. Así que no voy a redundar en lo que tú ya explicas con suficiente claridad y mejores palabras. Sólo incidiré en Westbroek para exagerar más todavía y efectuar su nombramiento como Diosa, y en Franz-Josef Kapellmann quien no me había gustado mucho en otras ocasiones, pero ayer en “Das Rheingold” estuvo sencillamente genial.
    Discrepo contigo, como ya sabes, en la estética Gibichunga que la encontré chirriante respecto al resto de la concepción furera y en Wilson. Pero de ésta y de Ryan, que no me gustó en el Ocaso del 30, esperaré a hablar a ver su rendimiento en Sigfried y en el último Ocaso.
    Respecto a la grabación que presentas, me parece que, sin duda, Christine Brewer es una excelente cantante y tiene una gran expresividad, más que la Wilson, aunque en conjunto, y a riesgo de ser anatemizado y tachado de agudófilo, he de decir que me agrada más la Wilson, al menos la mejor Wilson, la que escuché el pasado día 16. Lo que más me ha llamado la atención es el envidiable respeto al final de la partitura por parte del público para desatarse.
    Si hay que firmar en algún sitio para que Valencia sea ciudad wagneriana, allí me tendréis, pero, como dice Joaquim, eso requiere tiempo para consolidar una trayectoria, aunque por el momento se haya comenzado de forma inmejorable.
    Nos vemos mañana.

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  5. Es una crónica magnifica Maac, en la que coincido en muchisimo. Para mi este anillo será sin duda el del descubrimiento de Westbroek que fué una Sieglinde que me fascinó.
    Me encanta lo que dices de mi adorado Salminen, qué bien sabe hacerse con el personaje, quizás por ello siempre veo en él a mi rey Marke favorito.
    Es toda una experiencia ver el anillo en una semana, sin duda inolvidable.
    Me sigue pareciendo que son un acierto las dos primeras jornadas, en cuanto a la puesta en escena Furera, y sin convencerme Siegfried y el Gotterdammerung con una profusión de imágenes y cachivaches no siempre justificados y alguna que otra salida de tono cómica que no viene al caso, ni al relato.
    Estoy expectante por ver a los lobeznos Westroek-Domingo, dicen que toda las comparaciones son odiosas, pero no puedo evitar pensar que será dificil de superar lo que escuchamos....qué pasará.
    Gracie mille, Maac!

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  6. Gracias por la crónica. Yo tambien opino que el Palau de les Arts debe seguir por la senda wagneriana. Los resultados artísticos son inmejorables, el público responde bien, se habla de Valencia en los foros y blogs de media España y de media Europa, algo que no había pasado esta temporada más que con Parsifal... en fin, que Wagner se le da bien al Palau y un teatro que está empezando debe preocuparse en cuidar aquello que se le da bien. Además, Voulgaridou no canta Wagner, lo que hace que podamos respirar tranquilos. Yo ahora probaría con otros autores germánicos como Richard Strauss (el gran ausente, y eso que no soy yo muy straussofilo), Korngold, D'Albert... y por supuesto, con Berlioz, que no es germánico pero como si lo fuese.

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  7. Ves... me traicionó el subconsciente, en vez de "exultante" en el agudo escribí "insultante", ni Mazagatos en sus mejores tiemos...

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  8. Gracias por la crónica Maac, yo también quiero destacar de manera especial a la Westbroek, me pareció absolutamente extraterrestre tanto en lo vocal como en lo escénico. También Salminen me tiene todavía en la nube, sobre todo por Hagen (des Niiiiiiiiiiblungen sohn!) pero también por Fasolt (Freia, die Holde. Holda, die Freie) y por Hunding. En cuanto a que en Valencia se empiece a programar Wagner de forma habitual, . . . desde luego yo no voy a decir que no, a quien le amarga un dulce y si nos ponen la pastelería cerca pues, ... tanto mejor!

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  9. Qué razón tienes Álvaro en resaltar la versión escénica de la Westbroek, es importante que no se pierda de vista que están actuando y desarrollando un personaje que va evolucionando mientras cantan; que sufre, que es desgraciado, que ama, que es feliz....

    Tienen que transmitir sentimientos, aunque lo más importante sea cómo cantan tienes que creértelo, en sintesis, convencernos y eso tanto ella como mi adorado Salminen lo consiguen. Lo que contrasta con la inexpresividad de la Wilson, qué pena, pienso que tiene cualidades vocales pero muchas carencias interpretativas.


    Estoy expectante por ver qué nos deparará esta tarde.
    Como siempre, gracie mille a todos, aprendo muchísimo solo con leeros!

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  10. Por cierto, Maac, voy a escuchar el post que has preparado de la Westbroek cuando tenga un rato con fruición, un auténtico regalo que me encaaaaaaaanta!


    Gracie mille!

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