sábado, 29 de agosto de 2009

von Otter - Lamenti

Si el repertorio de von Otter tiene un alfa, ese debemos situarlo en la época de Monteverdi, ya en 1985 grababa con Gardiner su antológica versión del papel de la messaggiera en L'Orfeo. En 1998, once años después de la publicación de aquella grabación, aparecía, bajo el título "Lamenti", un disco grabado en 1997 en el que Anne Sofie von Otter, acompañada por Musika Antiqua Köln, bajo la dirección de Reinhard Goebel, cantaba composiciones del siglo XVII -con excepción de la cantata "Cessate, omai cessate" de Vivaldi- cuyo nexo en común era, junto a la época, la expresión de un sentimiento de aflicción.


El término "lamento" puede referirse a un poema o a una canción de duelo, incluso a una pieza instrumental de carácter quejumbroso, en realidad el lamento no pertenece a ninguna época, desde siempre se han compuesto canciones tristes, bien sea por la muerte de una persona -real, histórica o de ficción-, por la añoranza del país de origen desde el exilio, por la ausencia del amado o por el dolor de la Virgen María tras la crucifixión... Pero es en el siglo XVII, con el nacimiento de la ópera cuando el lamento adquiere especial relevancia puesto que alcanza una significación propia y coherente dentro del desarrollo de la trama argumental y traspasa la frontera de lo que es el propio drama marcando las características, tanto en la forma como en el contenido, de gran parte de las monodias que se escuchan en los salones cortesanos. El lamento ha sido considerado como "la verdadera madre de muchos drammi per musica" del seiscientos, siendo el "Lamento d'Arianna" de Monteverdi su primer ejemplo famoso. Este lamento completaba una escena operística en 1608, lo único que ha sobrevivido, aunque como veremos no en su forma original con acompañamiento de cuerdas, a la ópera Arianna de Monteverdi. Nos ha llegado en forma de monodia acompañada por el bajo continuo en una versión impresa en 1623, aunque ya en 1614 se publicó en el Sexto Libro de Madrigales de Monteverdi una versión a cinco voces, y mucho más tarde, en 1641, aparecía publicado, también por el mismo compositor, el "Pianto della Madona sopra il lamento d'Arianna", la misma música pero cantada por la Virgen María.

Gracias a su circulación como cantata de cámara este monólogo operístico de Arianna pudo sobrevivir y constituir ejemplo de muchos lamentos de la época, algo que es indiscutible con sólo comparar su texto con otros lamentos posteriores del XVII.

Pero en la Arianna original las secciones del lamento estaban separadas por intervenciones de un coro de pescadores que, en la playa de Naxos, asisten a la desesperación de la reina. Desgraciadamente ninguna de las notas de estas intervenciones han sobrevivido.

El Lamento d'Arianna esta situado en la parte central del disco que se inicia con el concertato "Con che soavità", un madrigal de Monteverdi (1567-1643) para voz solista y nueve instrumentos, pertenece al Séptimo Libro de Madrigales y fue publicado en 1619. En él la voz está acompañada por tres grupos distintos de instrumentos (2 violines, 2 violonchelos, una viola, un violone -bajo de viola da gamba- y el contínuo: 2 tiorbas y el clave) . No es un lamento-escena en stile rappresentativo con unidad significativa propia dentro de una obra dramática como el de Arianna.

De Antonio Bertali (1605-1669), maestro de capilla de la corte imperial de Viena, el "Lamento della Regina d'Inghilterra" (1656?), un lamento de tema político sobre el tema del regicidio, basado en los sucesos cruentos que dieron lugar a la decapitación de Carlos I tras ser condenado como "tirano, traidor, asesino y enemigo" de Inglaterra. El texto fue escrito por el archiduque Leopoldo Guillermo, hermano de Fernando III de Habsburgo, Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, Está concebido como un diálogo entre la soprano, que lamenta la muerte del rey, y el bajo, que actúa como narrador comentando la acción en dos breves intervenciones. Tanto el texto como la música tienen sus miras puestas en el Lamento d'Arianna.

De Antonio Vivaldi (1678-1741) la Cantata "Cessate, omai cessate" RV 684, para voz solista y conjunto de cuerdas. Un ejemplo típico del tipo de cantata en voga a finales del siglo XVII y principio del XVIII. Sus protagonistas eran pastores o pastoras que se lamentaban por un amor no correspondido y la música consistía en una sucesión de recitativos y arias. En el caso de "Cessate, omai cessate" podemos distinguir cinco secciones. En el inicio un ritornello instrumental hace las veces de obertura, le siguen un recitativo acompañado, un aria (largheto con pizzicato), un segundo recitativo acompañado y una segunda aria más agitada (allegro). De esta pieza hay bastantes grabaciones: Sara Mingardo con Rinaldo Alessandrini, Andreas Scholl con Chiara Bianchini, Gérard Lesne con Fabio Biondi, Max Emanuel Cencic con Ornamente 99...



"Lamenti" finalizaba con dos piezas de Purcell, el único compositor no italiano del disco.Purcell fue autor de otro de las grandes lamentos de la historia de la ópera, el de Dido, personaje del que von Otter también fue una gran intérprete en la grabación que de la ópera realizó Trevor Pinnock en 1989. En esta ocasión von Otter interpretaba "Incassum, Lesbia rogas" Z. 383 y "Oh solitude!" Z 496.

"Incassum, Lesbia rogas (The Queen's Epicedium)" Z. 383, es una elegía para voz solista y continuo (violonchelo y órgano positivo) sobre un texto en latín de R. Herbert compuesta en 1695 tras la muerte de la reina María II de Inglaterra, víctima de la viruela, con 32 años el 28 de diciembre de 1694, con un texto de carácter pastoral, que identifica a la protagonista con la reina de la Arcadia, combina lo puramente declamatorio y dramático -conseguido a base de repeticiones-, con otros momentos intensamente líricos, como la parte central (En nymphas! en pastores! Caput omne reclinat junctorum instar!), para finalmente volver a la declamación ("Regina, heu. Arcadie regina perit!"):



"Oh solitude!" Z. 496, una canción sobre un basso ostinato, basada en una adaptación inglesa de Katherine Philips del poema La Solitude del francés Antoine Girard de Saint-Amant. No entiendo muy bien por qué se ha recurrido a esta canción de Purcell, está claro que es una obra maestra, con ese ostinato repetido bajo la bella melodía , y que la música se adapta al idioma inglés como anillo al dedo, es posible incluso que tenga un aire melancólico pero a mí no me parece un lamento. Quizás su sentido debamos encontrarlo como elemento de cierre de la recopilación, "¡Qué descansada vida...!", pero nada de eso se dice en el librito que acompaña al disco. En cuanto a la versión que nos ofrece von Otter no me parece que esté a la altura de la de Alfred Deller o James Bowman.

Además se insertan dos piezas instrumentales "Il ballo del Gran Duca" op. 16: "Corrente Nona" de Giovanni Legrenzi (1626-1690) y una Ciaccona de Alessandro Piccinini (1566-1638).

2 comentarios:

  1. Ya veo, amigo Maac que el verano te ha traído una "Ottitis", rigurosa.
    Es fácil contagiarse, aunque sea con Monteverdi (ui!, lo que he escrito)

    ResponderEliminar
  2. Jajaja, según mi otorrino la infección no venía de Cremona sino vía Pesaro, como todos los veranos...

    ResponderEliminar