domingo, 1 de noviembre de 2009

Les Troyens en Les Arts - ¿Aburridos?

Ayer tuvo lugar en el Palau de les Arts de Valencia el estreno en España de Les Troyens de Berlioz en una producción del propio Palau de les Arts en colaboración con el Mariinski de San Petersburgo y el Wielki de Varsovia con Valeri Gergiev en la dirección musical y La Fura-Carlus Padrissa en la escénica.

Les Troyens es una ópera que desde se estrenó el 4 de noviembre de 1863 en el Théâtre-Lyrique Imperial de Paris (hoy conocido como Théâtre de la Ville) ha tenido un tortuoso camino. En 1863 sólo se representó Los Troyanos en Cartago, que así es como se denomina la segunda parte (Actos 3 a 5). La primera representación de la ópera en su integridad tuvo lugar en el Teatro de la Corte de Karlsruhe el 6 de diciembre de 1890. Para verla representada en su integridad en Paris hubo que esperar a las huestes de Gardiner en 2003.

El estreno en España de Les Troyens ha sido un éxito en muchos aspectos, el Palau de les Arts ha demostrado que puede, tres meses después de concluida la producción de la Tetralogía wagneriana, montar una de las óperas más complicadas del repertorio, tiene la orquesta, tiene el coro, tiene la maquinaria escénica adecuada. Un tanto para el Palau de les Arts. Pero vayamos por partes:

El Palau de les Arts, que en los repartos se suele mover dentro de una loable corrección, en este caso no ha estado a la altura de la obra. Destacaron las féminas, Elisabete Matos fue una más que correcta Casandra, muy convincente en lo escénico, ha demostrado que es una intérprete muy completa, capaz de abordar repertorios muy diversos (en Les Arts ha sido en apenas un año Casandra, Turandot y Gutrune); mientras que Daniela Barcellona como Dido estuvo pletórica de voz que no de estilo, le faltó aliento lírico dejarse llevar por la melodía berliozana, no sé muy bien si se debió a que la sequedad y el impulso con que la batuta dirigió la obra no le permitió desplegar sus dotes líricas o a la excesiva italianidad de la mezzo, en cualquier caso fue la mejor de la representación.

En cuanto a los roles masculinos la cosa pintó mucho peor, los mejores fueron Stephen Milling como Narbal y los intérpretes de las cancioncitas: Eric Cutler (Iopas) y Dimitri Voropaev (Hylas). Gabriele Viviani fue Corebo, ya lo había escuchado como Valentin en este mismo teatro, lo mejor es su timbre, creo que debería centrarse en el repertorio italiano, Eneas para olvidar inmediatamente fue Stephen Gould, no fue su noche ya se le atragantó la criminal entrada en el primer acto, pensábamos que había sido un accidente, sin embargo conforme fue avanzando la velada pasó de Guatemala a Guatepeor y terminó dando lástima.Sin embargo la labor del coro y de la orquesta hay que calificarla de excepcional. Que el Coro de la Generalitat Valenciana que dirige Francesc Perales haya podido afrontar una partitura como la de Les Troyens y con la calidad con la que la ha hecho significa que puede con todo lo que le echen, por si alguien lo ponía en duda. Lo mismo hay que decir de la Orquesta de la Comunitat Valenciana, aunque en este caso ya lo sabíamos desde que fuimos testigos de que afrontar la Tetralogía de Wagner no suponía ningún problema. Virgencita, Virgencita,¡ que me quede como estoy!

En enero de este año disfruté y me enamoré de La leyenda de la ciudad invisible de Kitezh, la escuchaba de la mano de la orquesta del Mariinsky y Gergiev, el cromatismo, el lirismo con que la dirigió. Por eso ayer no entendí muy bien, y me consta que no fui el único, por qué el director ruso puso la máquina a toda pastilla y arrambló con todo lo que se interpuso en su camino. Hubo momentos muy espectaculares como el coro con que se inicia la obra a ritmo trepidante, muy bien estuvo también el impulso con el que dirigió el ballet del acto IV, será un gran concertador pero no comulgo con su concepción de la música de Berlioz. Ayer recordé la magnífica Iphigénie en Tauride que nos ofrecía el año pasado Patrick Fournillier y pensé en cómo hubieran sido estos Troyanos si los hubiera dirigido él.

En cuanto a la dirección escénica estuvo bien resuelta en La Toma de Troya, y es que La Fura se encuentra más cómoda en el ambiente de oscuridad, agresividad, destrucción y sangre de la primera parte, muy logrado también ese caballo realizado con espejos que se descompone en elementos que son reutilizados en la segunda parte.
La segunda parte no me gustó, en el programa de mano Padrissa define Cartago como “un idílico lugar con mar, playas y palmeras”, no sé la idea que tendrá la Fura de un lugar idílico, desde luego no tiene nada que ver con la mía, pero eso es lo menos importante, la escenografía era muy aburrida, no permitía el movimiento de actores, y cuando lo hacía éstos estaban atados y colgados, así que Maac al compaginar el estatismo escénico de la Fura con el AVE Gergiev, sin la menor matización, se aburrió de lo lindo y esfuerzos tuvo que hacer para no dormirse, ni la Barcellona fue capaz de despejarlo. La Fura son "tan fieles" al texto que a veces dan asco, por ejemplo, cuando Casandra hace referencia a la presencia de buitres y su mal agüero, Padrissa nos los tiene que mostrar, pero no dando círculos sobre el cielo, sino picoteando cuerpos moribundos, detalles como estos, que son innumerables y no están exentos de belleza plástica, barroquizan la escenografía, distraen al espectador y no aportan nada al desarrollo del argumento, quedándose en un mero efecto especial. En cuanto al uso de las últimas tecnologías, vestuario y de la iluminación no tengo ningún pero que poner, cuando uno asiste a un espectáculo de La Fura ya sabe a lo que va. En cualquier caso es significativo que el momento que más gustó, por lo que pude comentar tras la representación con algunos asistentes, es el de la muerte de Laoconte devorado por las serpientes, un acontecimiento que en el original tiene lugar fuera de escena.

Supongo que por ahí se dirá que se abucheó el montaje, yo no sé realmente la cantidad de abucheos que hubo porque a mi derecha tenía un abucheador, muy simpático por cierto, que me dejó sordo. No soy partidario de los abucheos o, para no ser tan pragmático, en este caso no lo soy, porque trabajo detrás hay, y está bien hecho desde el punto de vista estrictamente técnico, no he sentido que me hayan tomado el pelo, que sería lo que en última instancia podría justificar el abucheo. Además es que pienso que en el abucheo hay mucho de coacción hacia el resto de espectadores. Ocho personas -repito que no sé muy bien cuántas fueron ayer- a grito "pelao" hacen demasiado ruido para el tanto por cien que representan.

El 12 de noviembre volveré, habrá cambios en el reparto; espero, por puro egoísmo, que mi valoración mejore porque es una ópera que me encanta. Ahora me voy a hacer la ronda para ver qué han dicho de esta producción por el resto de blogs.

34 comentarios:

  1. Agradezco la ponderación de tu valoración. Independientemente de aciertos o errores, hacer en Junio dos anillos e inaugurar la temporada con Troyanos no es ninguna tontería. Ayer sólo pude ver una parte de la obra y no me disgustó (salvo Stephen Gould) pero esperaré a verla toda para dar una opinión. Yo también tuve el privilegio de escuchar aquella Leyenda de la ciudad invisible de Kitezh y puse a Gergiev en un pedestal muy muy alto, después de lo de anoche el pedestal ya no es tan alto. De todas maneras antes de dar mi opinión espero a poder verla entera, tengo muchas ganas ya que lo que vi me dejó buen sabor de boca.

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  2. Yo no suelo ser pro-abucheos porque, aunque sé que es un derecho del público e incluso una tradición, un abucheo fuera de tiempo puede arruinar una función, y todos sabemos que hay mucho iluminado en esto de la ópera que no dudará en ponerse a gritar como un energúmeno incluso en mitad de una función, con o sin razón. Hay casos clamorosos que han quedado grabados para la posteridad y todos los conocemos. Aún así, si el abucheo se lleva a cabo tras la función, me parece bien y de hecho debo decir que me alegro de que por fin el público de Les Arts no se limite a aplaudir le echen lo que le echen y demuestre que tiene un criterio propio, aunque supongo que la cantidad de público foráneo venido de lugares con más tradición operística (y por tanto más acostumbrados al abucheo) sería clave.

    Me estáis dando miedo entre todos, pero sigo esperando ansiosamente mi turno.

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  3. Para levantarte el ánimo, te diré una cosa, Titus, yo normalmente cuando está finalizando una representación suele haber un momento en el que empieza a darme pena que se acabe, en Les Troyens no experimenté nada de eso, más bien al contrario.
    Respecto a los abucheos no soy partidario de prohibirlos, evidentemente, pero no creo que alguna vez abuchee. Durante toda la representación se respiraba un ambiente pro-abucheo, alguien en el primer descanso ya me dijo: "ya verás como hoy abuchean a los de La Fura". Desde mi punto de vista en ese momento no había motivos suficientes para abuchear la producción. ¿Había predisposición al abucheo? Es una pregunta que yo mismo me hago.
    Los que sí se merecían un abucheo en toda regla son muchas de las "personalidades" que poblaban el patio de butacas y palcos, pero por otros motivos, y ahí te aseguro que hubiera colaborado gustosamente.

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  4. Tu has contado, y muy bien por cierto, y yo he leído, y entre unos y otros me he hecho a la idea de lo que fue. Gracias!!

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  5. Nunca ha estado en mi ánimo, influir con mis estruendos bravos o mis desacertados abucheos al resto del público. Me salen de las entrañas y va dirigido a quien va dirigido. Si al hacerlo tengo quorum o no, no me preocupa en exceso. Más de una vez me he quedado solo braveando y que yo recuerde, nunca protestando.
    Cierto es que cuando se va a ver un espectáculo de La Fura, uno ya sabe a lo que va, pero es que yo me desplacé a Valencia para asistir a mis primeros Troyens en directo y la Fura estaba por ahí. Supongo que se entiende lo que quiero decir.
    A mi la Fura no me privará de ver otro espectáculo operístico, si musicalmente es de mi interés, simplemente porqué me niego que los directores de escena impongan la supremacía de su trabajo por encima de todo lo demás.
    Me molestaron muchas cosas del montaje, demasiadas, incluso ese caballo que a ti tanto te gusto, a mí estuvo a punto de provocarme ceguera, con sus originales destellos.
    En mi caso protestar no me provoca ningún tipo de satisfacción sensorial, más bien cuando lo hago, me provoca taquicardia.
    Por el hecho de encontrarme "fuera de casa", no voy a dejar de hacerlo, lo hice en Bayreuth dos veces y lo hice anteayer en Les Arts. Nadie me invitó a este espectáculo, pagué la entrada, más cara por cierto, quizás porqué el primer día tienes el plus de protestar al equipo escénico y mira tu por donde, yo ejercí el derecho que se me otorgaba.
    Nadie debe preocuparse por ello, una bronca en un estreno, incluso da prestigio al teatro y sobretodo al equipo que la provocó. Últimamente se contrata a los directores escénicos en función de la cantidad de abucheos que cosechan.
    Creo que alguien se molestó conmigo (no lo entendí en su momento, pero me temo que fue así)por protestar, pero espero que se le pase pronto, no era mi intención molestarla, al Padrissa si, un poco y sin con ello alguien se puede enojar conmigo, lo siento de veras.
    Alguien puede indignarse con mi actitud, pero a mi también me indignan algunas puestas en escena y en el teatro se permiten esas cosas, forma parte desde tiempos inmemoriales de códigos establecidos.
    Si todos aquellos a los que no nos gustó este montaje nos vamos sin pronunciarnos, aun pensarían que fue del agrado de todo el público y me consta que no fue así, hubo muchos que sin protestar se fueron hartos de "furerías".

    En cuanto al resto, amigo maac, fue un placer, como siempre volveros a ver y compartir ese ratito (no dio para más)

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  6. Joaquim, comprendo que abuchearas si te sentiste herido en tu dignidad. No fue mi caso, seguramente por eso no abucheé. Si después de la Carmen de Saura, la producción más insulsa y vacía que ha estrenado Les Arts, no he abucheado no creo que sea capaz de hacerlo nunca. Desde luego no lo haré si veo que hay una propuesta que intenta ser imaginativa, consiga o no serlo, y en la que se nota que hay un trabajo detrás, por malo que haya sido el resultado.

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  8. Hombre no fastidies, herido en mi dignidad no, quizás en mi sensibilidad.
    La dignidad déjala para Berlioz y Virgilio, en menor medida, padres de la criatura.
    Lo que protesté, precisamente es el trabajo de La Fura, ya que no me parece digno de la obra que se representaba.

    La entrada anterior era la misma que esta, pero a veces me hago un lío tremendo

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  9. Hombre,Joaquim, no desveles el misterio de esa entrada borrada, con el morbo que daba...
    ¿Y no sería mejor y más civilizado rellenar unas hojas de reclamaciones? Lo digo sobre todo porque así uno puede explicar los motivos por los que protesta.

    (maac ya empieza a desvariar)

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  10. Coincido en mucho de lo que dices, Maac, especialmente en que es un tanto a favor de Les Arts haber conseguido llevar adelante un magnífico "Anillo", y pocos meses después afrontar "Troyens".
    Creo, además, que el ya famoso abucheo, lejos de ser algo premeditado y artificial, fue espontaneo y es un signo de madurez de este teatro y su público, de lo cual me congratulo.
    Yo también escuché en el primer intermedio a quien decía estar dispuesto a abuchear, pero no porque viniese de casa ya preparado para el numerito, sino porque le había molestado la propuesta furera en los dos primeros actos como para aventurar el resultado final. Es cuestión de opiniones.
    La mía sobre el abucheo ya la conoces. No es algo de lo que se deba abusar, como dice Titus, porque perdería su razón de ser, pero es algo legítimo y tradicionalmente establecido en los teatros como muestra de desaprobación. El silencio, como en los toros, es indiferencia; el abucheo, signo de rechazo. No creo que tenga nada que ver con la mala educación.
    No me puse a contar cuántos abucheaban, pero tuve la sensación de que la protesta no era unánime, pero sí mayoritaria, y no sólo porque hubiera alguno muy ruidoso cerca de nosotros, que a fe mía que era ruidoso. Hoy la práctica totalidad de la prensa así lo recoge.
    A mí hubo cosas que sí me molestaron como para justificar que al final le pudiese decir a su autor que no me habían gustado. Pero insisto que es cuestión de opiniones.
    Dicho eso, reconozco que había un trabajo detrás, sin duda, pero considero que equivocado y bastante ventajista al procurar repetir demasiados elementos que funcionaron en el Anillo y que aquí chirriaban.

    Bueno, perdona el rollo.
    Lo que desde luego fue un placer fue poder compartir contigo esa experiencia.

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  11. Mayoritaria no fue, no sé exactamente la proporción porque mi compañero me dejó los tímpanos hechos polvo, también hubo muchos aplausos -que suelen hacer menos ruido- para Padrissa.

    La verdad es que no veo la madurez del abucheo por ningún lado, ¿quieres decir que como público soy inmaduro porque no he abucheado a La Fura? ¿no te parece que la mayoría del público abucheador no era habitual de Les Arts?

    La indiferencia del silencio no la interpreto como que te da igual, cuando te da igual lo procedente es un aplauso de cortesía.

    Ese código de conducta taurino no sé por qué se tiene que aplicar a la ópera.

    A mí un tío berreando siempre me parecerá un maleducado, tanto en los toros como en el fútbol como en la ópera, siempre hay otros cauces más civilizados para protestar.

    Ahora resulta que uno compra una entrada y eso le da derecho a berrear, yo creía que uno la adquiría para ver un espectáculo, además de inmaduro debo ser un iluso. Pero mira, bien pensado no es mala terapia, yo me desahogo y si a mi vecino le hacen daño los tímpanos que se joda, hay gente que paga por destruir coches y electrodomésticos a martillazos.

    La próxima vez que me junte con vosotros, cosa que realmente es un placer y siempre sabe a poco, me agenciaré unos tapones para los oídos, :-)

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  12. Hombre, abuchear no es necesariamente signo de madurez, de echo puede ser signo de cortedad de miras si sólo se abuchea lo diferente o lo moderno, pero si el precedente es premiar con aplauso de cortesía tanto lo bueno como lo malo, icluso podríamos decir tanto lo excelso como lo inaceptable, desde luego que prefiero los abucheos, al menos hay un criterio, aunque puede que esté equivocado. Un silencio absoluto ante una mala actuación, desengañémonos, no se va a producir jamás. En todo caso habrá silencios al final de un aria, si la ópera permite aplaudir números sueltos, pero esto a veces responde más a la duda del público sobre si se debe cortar la representación con aplausos o no antes que a la calidad de la interpretación.

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  13. Yo creo que lo mejor es que cada uno haga lo que le dé la gana y que procure, en la medida de lo posible, no molestar al prójimo, que no por hacer más ruido se tiene más razón.

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  14. Lamento haberme explicado mal.

    Evidentemente no pretendo decir que el que abuchea sea más maduro que el que no lo hace. Me refería a que puede ser un síntoma de madurez del público del recinto el que ya no aplauda todo lo que le echen como ha ocurrido hasta ahora, sea pésimo o muy bueno, sea la Voulgaridou o Westbroek. Para eso es más barato poner un disco de aplausos.
    El abucheo, en ese sentido, podría significar que ese público tiene más criterio y puede empezar a no tragarse y dar por bueno todo lo que le suelten.

    ¿Creo que abucheó sólo gente no habitual de Les Arts?. Yo puedo hablar de lo que vi, y vi a habituales del teatro abucheando, y a no tan habituales también.

    Sin entrar a controversias de recuentos, como los habituales de los organizadores o la Policía Local, siendo o no mayoritario el abucheo, lo que está claro es que, independientemente de que hubiera voces más escandalosas, fue más que significativo, y así lo recogen todas las crónicas (salvo El País que, con todo el morro del mundo, dice que: "Padrissa provocó alguna contestación al final. Poca cosa, pues a esa hora, pasada la una de la madrugada, se habían registrado notables deserciones en la sala".

    Tampoco he pretendido imponer ningún criterio taurino, tan sólo mencionarlo para apoyar mi argumento de que el silencio o el aplauso de cortesía no tienen un significado de desapobación, sino de indiferencia, y el abucheo de desagrado y rechazo. Obviamente cada uno puede hacer lo que le salga del moñete para expresar lo que quiera, pero ese tipo de lenguaje no escrito está funcionando en los teatros de ópera del mundo desde los primeros tiempos, y en todos los recintos de prestigio se escuchan abucheos de vez en cuando y nadie lo considera una falta de educación.

    La entrada no nos da derecho a hacer el cafre, pero sí a manifestar nuestra aprobación o rechazo, y eso en un teatro se hace aplaudiendo o silbando o abucheando.
    Por cierto, muchas veces también nos desgracian los tímpanos y molestan algunos gritando "bravo", pero en ese caso parecen menos energúmenos, por lo que se ve.

    En cualquier caso, tienes razón, cada uno que haga lo que le dé la real gana.

    Quedaremos un día de estos y lo hablaremos (bajito) con una botella de hidromiel por medio.

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  15. Los "bravos" son señal de felicidad, es como una mascletá, se soportan perfectamente. Cuando alguien bravea y no comparto su opinión, pienso: "Mira qué suerte ha tenido este hombre -o esta mujer- que ha podido disfrutar de esta mediocridad", a veces incluso me hacen gracia, recuerdo un personajillo en particular que no paraba de aplaudir en el Liceu en la última Walkyria que cantó allí Domingo y que era lo más parecido a un mono que he visto en mi vida dentro de un teatro de ópera, más tarde se cabreó con un cantante porque no se quiso hacer una foto con él y llegó a insultarlo -algo que se le da muy bien a este pobre hombre- por los foros. Viéndolo así, tan feliz, hasta parecía buena persona. Nada que ver con los abucheos.

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  16. También podemos intentar cambiar los códigos de conducta, y más con la oportunidad que concede un nuevo teatro. Como Maac, con el que estoy prácticamente de acuerdo, comentaba: hojas de reclamaciones, silencios elocuentes... La verdad es que no me sirve que abuchear sea una tradición.

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  17. Hola probando primer mensaje en blog

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  18. Hola soy Le Gouverneur, es mi primer mensaje en Blog, un saludo a todos.

    A mí me gustó bastante el montaje de la fura, quizás demasiado cercano al anillo, una cosa es mantener un estilo y otra utilizar el programa informático de Siegfried para la sangre de Dido.

    Pero tenía ganas de encontrar a uno de los abucheadores de la fura para hacerle una pregunta, por eso me dirijo al señor Joaquim para preguntarle si no le pareció que el tenor Stephen Gould merecía tambien unos abucheos.

    Yo comprendo que el planteamiento de la fura pueda no gustar, que se prefiera un puesta tradicional. Pero no deja de sorprenderme que se abuchee una puesta en escena espectacular de medios y con un trabajo impresionante detrás y se vaya de rositas un "tenor" que no consiguió emitir un agudo decente en toda la noche, dando un recital de todo tipo de defectos, unos agudos atrás, otros abiertos, otros desafinados, otros en un falsetillo que sólo se escuchó en la primera fila, por no hablar de la falta absoluta de estilo y de refinamiento.

    A este señor no le escuché ningún abucheo.

    Un abrazo

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  19. Hola LeGlouver, bienvenido, contigo la polémicia está servida. Jeje.

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  20. No LeGouver, no me lo pareció. Él, incluso puede mejorar su prestación, con una noche más atinada, aunque obviamente no es un rol que le convenga. En cambio la propuesta escénica será siempre la misma o no, no vaya a ser que hagan como con el Siegfried colgado de lo pies y rectifiquen, pero hay tantos despropósitos, tanta confusión, tanta parafernalia vacía "pour épater le bourgeois", que harto de tener que trgar las moderneces, protesté, al finalizar, cuando salieron a recibir el juicio sumarísimo, que bajo mi opinión fue favorable y las protestas mucho más minoritarias.

    Hay algo que me llama la atención en todo este pequeño incidente. ¿Solamente tienen derecho a protestar los habituales o abonados a Les Arts?. ¿Todos los demás tenemos que quedarnos calladitos?, no entiendo ese argumento que éramos todos "no habituales".
    Si así hubiera sido, que no lo fue, ¿Hubiera restado o sumado, esa protesta?
    Mimenor, claro que los códigos se pueden cambiar, solamente tienen que ofrecerse las condiciones para ello, es cuestión de tiempo y de voluntad de hacerlo, pero al público no se le puede negar, la posibilidad de demostrar su disconformidad con lo que le ofrecen.
    Espero que la próxima vez que decida venir a Les Arts, me dejéis entrar.

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  21. Joaquim, el tema de la habitualidad o no de los que abuchearon es muy importante porque estamos hablando sobre si el público de Les Arts, el que suele ir con más frecuencia, tiene o no criterio, sea este acertado o desacertado, o si, por el contrario, traga con todo lo que le echan. Si resulta que por ahí alguien dice que el público de Les Arts tiene criterio al abuchear y los que abuchearon no eran habituales del teatro, se está engañando a sí mismo.
    Yo digo una cosa: para criterio el del público del Met.

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  22. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  23. Suprimir comentario de: Cantan ellas - El Blog de Maac

    Blogger Joaquim dijo...

    Explíquese, por favor, ¿es que en el MET no abuchean?
    El criterio del público, es el criterio del público, déjate de donde viene o deja de venir.
    El sábado pasado Les Arts estaba lleno (o casi) y mucho, muchísimos, no eran habituales de la casa y así por fortuna debería suceder siempre. En un mundo tan global, no tienen mucho sentido según que cosas.
    Siempre que he venido a Les Arts he visto muchísimos extranjeros y desde que entran hasta que se van, son el público de Les Arts. Creo que eso es lo más importante.

    La eliminación del comentario anterior, se debe, como siempre, a la duplicidad al publicar. Lástima, no hay morbo

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  24. A ver, lo del Met lo he dicho por cachondeo, el público del Met tiene fama de ser un público feliz y tragón.

    Creo que sabes perfectamente lo que he querido decir, el público de Les Arts es el público habitual del teatro, no el esporádico que es público de Les Arts ocasionalmente o con una frecuencia no habitual. De otra forma no podríamos distinguir entre el público de Les Arts respecto a otro público que no es de Les Arts. Y no podríamos decir, como muchos decimos, que el público de Les Arts es conformista.
    Precisamente en la cena de la otra noche, lástima que estabas en la otra punta de la mesa, estuvimos hablando de características del público del Real, del del Liceu y del de Les Arts distinguiéndolos perfectamente y, a la vez, generalizando porque es inevitable hacerlo.
    Joaquim, yo soy público de les Arts y tú no lo eres, tu eres público del Liceu, y por mucho que yo vaya al Liceu una o dos veces por temporada nunca seré público del Liceu. Evidentemente el día de la función a la que asista seré público del Liceu pero no público habitual del Liceu.

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  25. Pues yo iba a crear un blog de mis cosas pero me parece que lo voy a dejar porque veo que tiene mucho trabajo, hay que estar pendiente de los comentarios que hacen los lectores para tumbarlos...

    En serio, cuando se asiste a funciones por doquier se puede encontrar de todo, por ejemplo, se abucheó el concierto de Rattle con la Filarmónica de Berlín del pasado 28 de agosto y no pasó nada.

    Bueno, y ahora me voy al Palau de les Arts a ver que me ponen.

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  26. O sea, que al final todos salimos perdiendo: Los que creímos que por fin el público de Les Arts despertaba de su sopor nos llevamos un chasco porque al final los abucheadores eran foráneos y el público habitual sigue teniendo unas tragaderas enormes; los que no os gustan los abucheos os llevasteis un chasco porque tuvisteis que sufrirlos; y los abucheadores es de suponer que tampoco salieron contentos, de ahí su abucheo. Chasco para todo el mundo. ¿Mi gozo en un pozo y mi chasco en un frasco!

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  27. 27 comentarios en una entrada son muchos. Más si casi todos giran en torno al comportamiento del público. Pero algo imposible sin que sobre ello no tercie ASSAI. Acaso no fuiste? Assai , dinos algo, echamos de menos tu opinión para cerrar como se merece esta entrada!

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  28. Yo pertenezco al grupo de foráneos, de franceses creo que nos tildaron, supongo que creyeron que las desfachateces de la Fura no las aceptaría ningún francés bien nacido, de una obra salida de la increible imaginación de un ilustre compatriota.

    Pero, mira por donde, yo no abucheé porque no puedo hacerlo, ni tampoco bravear, desgraciadamente mis cuerdas vocales no me lo permiten y mi último bravo se lo dediqué a la Podlès y mi último "buuu" a la Gruberova y su nefasta interpretación de "I puritani" en el Liceu.

    Pero el hecho de que no protestara no quiere decir que no esté de acuerdo con la protesta. A pesar de que existe una labor notable en esta escenificación de la Fura, son tantos los anacronismos, estupideces (voy en silla de ruedas, luego me levanto y acabo inmolándome vestida de la Madonna de sus buenos tiempos..., vamos hombre...! Y el micro para Eric Cutler? Y todos los cantantes colgados como jamones? Y el otro infelíz cantando a su ciudad flotando en un seudoespacio, conectado cual cordón
    umbilical a un seudosatélite? Y aquellas butifarras-palmeras-falos? Y aquellos tramoyistas moviéndose por escena como Pedro por su casa y además con desfachatez?...).

    Es decir que aunque haya mucha labor de escena, está mal empleada porque la Fura ha perdido el Norte y el Oremus y ya se cree más Dios que Dios.

    El % de abucheos fue más importante de lo que habéis comentado porque al final de la fUnción quedó en el teatro un 30% de su aforo o un poco más, pues las deserciones se incremenTaron con los entreactos, comenzando por las autoridades. Seguramente les gustó tánto "Les Trojens" que quisieron saborearla por entregas y repetirán los actos que no vieron en sucesivas funciones...

    Lo del libro de reclamaciones es una guasa, no? Los bravos y las protestas, como los silencios, existen desde que existe el teatro y nunca desaparecerán, afortunadamente. Mediante estas manifestciones el público QUE HA PAGADO para que le sirvan lo mejor, exterioriza su aprobación y rechazo y yo considero de "mala educación musical" no hacerlo.

    Sea como sea una vez más digo BRAVO! a Les Arts por programar "Les Trojens!" y un BUUU! estrepitoso (aunque sólo sea por escrito, por la razón arriba indicada) a la Fura por su megalomanía, autocomplacencia e insoportable e inadecuado barroquismo escénico, totalmente antioperático y anticlimático.

    Un saludo a todos los levantiscos. Os aprecio muchísimo a todos y os merecéis lo mejor.

    COLBRAN

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  29. Gracias, Colbran. Me encanta el tono de tu comentario, bueno... es que casi me convences respecto a los abucheos, pero no. Creo que seguiré siendo un maleducado musical.
    Para mí es motivo de orgullo contar con la presencia de personas como vosotros y es una pena que la mayoría del tiempo nos lo robe la ópera. Aunque gracias a ella hemos tenido la fortuna de conocernos, y espero que podamos compartir muchas experiencias juntos.

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  30. Acabo de llegar del teatro de ver la segunda función de Les Troyens. Sólo puedo decir a los que no salieron contentos de la función de estreno que intenten volver a verla con otros ojos, que es una ocasión histórica de ver una obra monumental, de una belleza sobrenatural y representada con unos medios soberbios.

    Así como la música no sólo es lo que entra por el oído, la ópera no sólo es lo que se ve en escena. Es mucho más. Es magia.

    Por supuesto repetiré el domingo, si los hados quieren.

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  31. Amigo Colbran: Un enorme BRAVO para tí y tu inmensa lucidez. Jamás hubiese sabido ni podido explicarlo mejor.

    Un abrazo.

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  32. Soy Le Gouverneur (no sé cómo se pone el nombre)

    Joaquim dijo:

    "No LeGouver, no me lo pareció. Él, incluso puede mejorar su prestación, con una noche más atinada, aunque obviamente no es un rol que le convenga. En cambio la propuesta escénica será siempre la misma o no, no vaya a ser que hagan como con el Siegfried colgado de lo pies y rectifiquen..."

    Señor Joaquim, la verdad es que ahora entiendo todavía menos su argumento. Es decir, que a un cantante no se le debe abuchear nunca porque otros días lo puede hacer mejor. En mi opinión si lo puede hacer mejor casi sería una razón más para abuchearle. La Fura también lo podrá hacer mejor en otros trabajos.

    Por cierto, lo del Siegfried colgado no fue una rectificación. Hubo una serie de operarios de baja el último día y por una cuestión de pesos que ponía en cuestión la seguridad se decidió suprimir esa situación. También escuché que seguramente había sido a petición del tenor y esa misma noche coincidí con Lance Ryan en la cena y me contó que estaba encantado con esa escena, lamentando que no se pudiera hacer.

    Les Troyens de la Fura en dvd dentro de 20 años será todo un clásico y se hablará maravilas de la muerte de las troyanas, de la impactante escena de la serpiente, del magnífico ballet, del maravilloso universo cibernético, de las inquietantes apariciones espectrales, de la llegada al hemisferio sur de Marte, etc, etc.

    Simplemente es cuestión de tiempo.

    Un abrazo

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  33. Respecto al Siegfried boca abajo me gustaría decir que estuve tanto en la representación en la que se suprimió como en la anterior, en ésta fui testigo de los problemas que tuvieron para levantar a Jennifer Wilson, uno de los operarios se quedó colgado del contrapeso con los pies en el aire y a aquella mujer, que es tremenda, no había manera de levantarla, la soprano no pudo disimular el susto que se llevó al verse de medio lado. En la siguiente representación no es que Siegfried no cantara colgado boca abajo, es que era imposible porque la barca con Brünnhilde ya no apareció suspendida por cuatro grúas. Es obvio que habían tenido un problema técnico con los aparatos o con el personal encargado de su manipulación.

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