sábado, 12 de diciembre de 2009

Liguilla en Wartburg (34) - Elegimos la última seminifalista






Hoy elegimos la cuarta y última semifinalista y nos depedimos de ELISABETH SCHWARZKOPF, que sólo ha obtenido 4 VOTOS frente a los 10 VOTOS de la cantante 51. Schwarzkopf tampoco me va dar mucho trabajo porque lo voy a copiar de otro post anterior, que da la casualidad que es el primero que se escribió en este blog. Por cierto, fue la ganadora de la "Liguilla de Scoglios", falleció hace poco más de tres años, el 2 de agosto de 2006, nació en Jarotschin (Poznan), el 9 de diciembre de 1915, entonces perteneciente a Prusia, hoy a Polonia. Años después adquirió la nacionalidad británica.

Ya en 1928, con apenas trece años, intervino como Euridice (Orfeo de Gluck) en su colegio de Magdeburgo. Cursó sus estudios musicales en la Hochschule für Musik de Berlín en 1934, allí trabajó con Lula Mysz-Gmeinear, cantante de lieder, quien consideró que su timbre era el de mezzosoprano. Aprendió también piano, armonía, contrapunto. Unos años más tarde, el doctor Egenolf firmó su primer contrato con la Ópera del Estado de Berlín, fue éste quien la convenció de que su voz no era de mezzo, sino de soprano. Debutó entonces con el papel de una Muchacha Flor de Parsifal en 1938, cantó después el primer Muchacho de La flauta mágica, el Pájardo del bosque de Siegfried y Valencienne de La viuda alegre.
En 1941 le ofrecieron ya papeles de más importancia: Oscar de Un ballo in maschera, Zerbinetta de Ariadne auf Naxos. Maria Ivogün se fijó en ella y la inició en el arte del lied y de la música de cámara junto con su marido, el pianista Michael Raucheisen (debutaría como recitalista en 1942).
En septiembre de 1941 fue su primera salida al extranjero, junto con la compañía de la Deutsche Oper cantó en L'Opéra de Paris el papel de Adela en El Murciélago.
No cabe la menor duda de que era una mujer de armas tomar, pues en octubre de 1941, como después de la primera de una serie de representaciones de El Murciélago la habían pasado de interpretar el papel de Adele al de Ida, en plena función, un gesto de rabia hizo que diera una patada con fuerza tal que su zapato salió volando y destrozó parte del decorado, el escándalo fue tan sonado que a partir de entonces y durante algún tiempo tuvo que cambiar su nombre por el de Maria Helfer.
En 1942, en Viena, durante un recital, llegó a un público distinto. La nitidez de su voz, su intimismo chocaron ala crítica. Sin embargo, cuando la invitó Karl Böhm a la Ópera de Viena cayó enferma y tuvo que descansar en un sanatorio de los montes Tatras.
Fue durante esta etapa cuando se afilió al partido nazi, decisión que le causó muchos problemas, especialmente tras instalarse en Gran Bretaña en 1953 (debido a su matrimonio con el famoso productor Walter Legge)
Su presentación efectiva en Viena tuvo lugar en 1944, como soprano de coloratura. Cantó Rosina, Blonde, Zerbinetta.
Walter Legge descubrió en la época de la posguerra su talento musical, en 1946 recibió de él una invitación para realizar una audición a raíz de la cual firmó un contrato en exclusiva con EMI. Más tarde se casó con ella.
También en 1946 abandona definitiva Berlín para instalarse en Viena, en esta ciudad permanecerá hasta 1950, cantando papeles como Mimi y Violetta.
En 1947, hizo giras por Inglaterra junto con la compañía de la Ópera de Viena y obtuvo un gran éxito -junto con la Seefried- en Don Giovanni. Contratada con regularidad por el Covent Garden, actuó allí hasta 1951. También en 1947 se presentó en Salzburgo con la Susana de Las bodas de Figaro.
Karajan, como director de orquesta y productor, la llevó consigo a la Scala de Milán (debutó allí en 1948 cantando La Mariscala), donde cantó Pamina, Fiordiligi, Elsa, Elvira, Melisande, Elisabeth de Tannhäuser, Margarita, Alice Ford, la Mariscala...
En 1950, bajo la dirección de Furtwängler, cantó Marcelina de Fidelio.
En 1951, y a petición de Stravinsky, estrenó en Venecia el papel de Anne Trulove en The Rake's Progress. En el cincuentenario de la muerte de Verdi, cantó el Réquiem bajo la batuta de V. de Sábata.
En 1953 estrenó El triunfo de Afrodita, de Carl Off.
En 1955 cantó Der Rosenkavalier en San Francisco.
No cantó en el Met hasta 1964, pues su carrera transcurrió más lentamente en América que en Europa.
En 1960, a los 45 años, Elisabeth Schwarzkopf hizo recuento y se quedó únicamente con los cinco papeles que prefería por encima de todo, renunciando a los demás: Elvira (Don Giovanni), la Condesa (Le nozze di Figaro), Fiordiligi (Così fan tutte), la Mariscala (Der Rosenkavalier), la condesa Madeleine (Capriccio).
Desde 1971 cantó sólo en recitales (su último papel fue La Mariscala durante el primer acto de El caballero de la rosa en Bruselas, 31/XII/1971) y se despidió de los escenarios en 1979, al morir su marido, dedicándose a la enseñanza y a la puesta en escena (Der Rosenkavalier en la Monnaie, 1981).
Falleció el 2 de agosto de 2006 en Schruns, Vorarlberg (Austria).

Su VOZ, de timbre muy personal, se caracterizó por la perfección técnica sin renunciar a la expresividad, su canto era cálido, elegante y melódico (Alain Pâris). En sus inicios se dedicó al repertorio típico de una soprano ligera, Zerbinetta (Ariadne auf Naxos), papel que exige un Mi5, poco a poco fue derivando a papeles de lírico-ligera o lírica pura: Adele, Nedda, Liu, Rosina, Kostanze, Mariscala, Elsa, Fiordiligi, Melisande, Margarita, Donna Elvira, la Condesa de las Bodas y de Capriccio, Manon, Sophie, Butterfly, Agathe, etc...
En 1946, Legge la describía como una voz "fresca y brillante, llena de alegría, no muy amplia pero admirablemente proyectada, con encantadores pianísimos agudos". Para Gonzalo Badenes "en origen, el instrumento se defendía muy bien con las agilidades y poco a poco fue centrándose en un repertorio más lírico. Hacia 1953 la voz había ganado consistencia, reduciendo algo la gama en el agudo y alcanzando una emisión perfecta, por cuadratura, fraseo, dicción, expresividad, flexibilidad para la messa voce y para el canto florido, variedad de colores, naturalidad estilística, dominio absoluto de la técnica vocal... (hasta 1959)... el ideal de voz, expresión e interpretación... esa plenitud disminuye a partir de 1960. El procedimiento se hace más evidente. Surgen amaneramientos en la expresión, la voz pierde homogeneidad y riqueza tímbrica, la emisión tiende a entubarse". De su interpretación en Der Rosenkavalier ha escrito Celletti: "La gama vocal es de una riqueza incomparable y la interpretación, a veces elegante, a veces mordaz, lánguida, elegíaca, es prácticamente perfecta". Su legado no fue sólo operístico sino que también brilló en el arte del lied, en el que es uno de los referentes, y también en el mundo de la opereta vienesa.

Y la última pareja de esta ronda está compuesta por la soprano 34 y la 39:

- 34 -



- 39 -



3 comentarios:

  1. No tengo ninguna duda voto por la 34.Creo que ejerce una especial fascinación en su contacto con el público.Según mi opinión a parte de ser una cantante extraordinaria tiene el plus de poseer una voz gruesa con capacidad para el matiz.Un poco lo que nos pasa con Vickers, Kaufmann o Ghiaurov.La 39 era muy buena cantante pero caramba hay diferencia y su discurso(por su problema en el registro superior) resulta algo quejumbroso.

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  2. Desde luego la 34, en cualquier faceta en que se las compare, incluído el arropamiento orquestal.

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