jueves, 21 de enero de 2010

Sobre Lucia (X) - Tercera Parte. Inicio y Escena de la Locura

Entradas anteriores:

Algunas curiosidades. La "glass harmonica".
Antecedentes de Lucia de Lammermoor
El libretista. Salvatore Cammarano.
La primera Lucia: Fanny Tacchinardi-Persiani
Lucias del siglo XX y XXI
PRIMERA PARTE hasta la aparición de la prota (Escenas 1 a 3).
Por fin llegó la prota. El "racconto" de Lucia (Escena 4)
Final de la Primera Parte: Dúo Edgardo-Lucia (Escena 5)
SEGUNDA PARTE: Dúo Lucia-Enrico
Final de la Segunda Parte: El Sexteto




La TECERA PARTE de Lucia di Lammermoor que lleva por título “LA LOCURA” comienza en un salón de la Torre de Wolf’s Crag (Risco del Lobo), es de noche, “el cielo está muy negro; relampaguea, truena, y el viento se mezcla con el ruido de la lluvia”. La música con que se inicia esta tercera parte, una especie de preludio introductorio “allegro vivace”, es totalmente descriptiva de la furia de los elementos, en la grabación que elegí para esta guía de audición, como comprobaréis, se pasan un poco e incorporan ruidos que parecen extraídos de la propia naturaleza, creo que es innecesario porque el efecto conseguido casi es el contrario, parece un serial de esos que emitían antes por la radio. Encontramos a Edgardo comentando lo mal que está el tiempo últimamente y lo que se parece a su propio destino, cuando, de pronto, escucha los pasos de alguien que se acerca, es Enrico, que irrumpe en la estancia, está allí para retar a Edgardo a duelo al amanecer en el cementerio en el que están las tumbas de los Ravenswood, a lo largo del dúo la intensidad de la tormenta no ha hecho más que crecer. Esta dos primeras escenas forma parte de uno de los cortes tradicionales que ha sufrido la ópera, musicalmente, salvo la misma introducción orquestal, es bastante convencional, como si se hubiera seguido un molde, dramáticamente tiene su interés porque explica qué es lo que hará Edgardo al final de la ópera en un cementerio.


Escuchamos el inicio de esta Tercera Parte, Escenas 1 y 2: Uragano, scena y duetto: “Ashton! Si”(Edgardo, Enrico)



Terminada la segunda escena hay un cambio de decorado, nos vamos a una sala en el castillo de Lammermoor, estamos en plena celebración tras las nupcias entre Lucia y Arturo, la música introductoria, como el coro que le sigue, “D‘immenso giubilo“, es alegre e intrascendente, hasta que aparece Raimondo jadeando, demacrado y avanzando vacilante diciendo aquello de “Ah! Cessate... ah cessate quel contento…”. Seguidamente narra los recientes acontecimientos que acaba de presenciar, al escuchar gritos penetró en la alcoba nupcial y encontró a Lucia con un puñal en la mano, había matado al esposo y manifestaba signos de locura. La reacción del coro es más solemne, en tiempo maestoso, que patética. Raimondo advierte que la joven se acerca con la palabra “Eccola”.

Escenas 3 y 4. El coro “D’inmenso giubilo” y la “Gran scena” con coro: Ah! Cessate… ah cessate quel contento (Coro y Raimondo):



Según el libreto entra Lucia vestida de blanco, despeinada, con el rostro cubierto de una desolación mortal que le hace parecer un espectro, mirada petrificada, movientos convulsos y una sonrisa amarga, manifestando una espantosa demencia sino una señal de inminente fin. “Par dalla tomba uscita!”, comenta el coro.

Lucia, en un recitativo (“Il dolce suono”) rememora los acontecimientos sucedidos desde que se inició la ópera, pero en sentido diferente a como fueron en la realidad: ella ha escapado de los enemigos de Edgardo (fuggita io son da' tuoi nemici...), que se oponen a su boda y, a pesar de la amenaza de un fantasma que intenta separarlos, contraen matrimonio. El aria comienza en “Ardon gl’incensi”. Se retoman melodías aparecidas anteriormente como “la vita a noi sarà” del dúo de la primera parte.

Irrumpe en escena Enrico preguntando sobre el estado de su hermana, entonces Lucia, sin abandonar su enajenación mental, vuelve a la realidad: “Ah! Vittima fui d'un crudel fratello” y entona su cabaletta “Spargi d’amaro pianto”, quizás demasiado alegre y antidramática, para darle sentido podemos pensar, además de que Lucia no está en sus cabales y desvirtúa la realidad, que la joven está alegre porque sabe que morirá y que sólo en el cielo podrá ver plenamente satisfecho su amor, màs o menos como ocurre en Tristán e Isolda o en Aida.

Me llama la atención ni Normanno, ni Raimondo reconocen su parte de culpa, Enrico, que tampoco parece que lo termine de aceptar,  por lo menos asume que tendrá remordimeintos durante toda la vida. La muerte de Lucia, como ya ocurrió con la de Arturo, tendrá lugar fuera de escena, parece ser que la censura no hubiera permitido que las mismas hubieran tenido lugar en escena.

Sobre el uso de la "glass harmonica" y su cambio por la flauta de manos del propio Donizetti ante problemas para encontrar intérpretes ya hemos hablado, también sobre la inserción de agudos y de la cadenza no escrita por Donizetti en "Ardon gl'incensi", que se suele insertar en el 99,9 % de los casos para mayor exhibición virtuosística de la cantante de turno.

Escuchamos la escena de la locura completa en la grabación que seguimos para la guía de audición, la de Bonynge con Sutherland, Pavarotti, Milnes y Ghiaurov, 1971:



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