En sentido estricto las "Canciones para un camarada errante" (Lieder eines fehrenden Gesellen), compuestas entre 1884 y 1885, publicadas en 1897, no son las primeras canciones creadas por Gustav Mahler, sí las primeras concebidas como ciclo de canciones. La finalización de la relación amorosa que desde 1883 mantuvo con la soprano Johanna Richter, a quien conoció mientras era director de la Ópera de Kassel, inspiró este ciclo, que está íntimamente ligado con su Primera Sinfonía, así el tema de la segunda canción es el mismo que el del primer movimiento de dicha sinfonía y el verso final de la cuarta canción reaparece en la parte central de la Marcha Fúnebre de la misma.
Son interpretadas con piano o con orquesta, generalmente por barítono o mezzosoprano. La versión orquestal data de los primeros años de la década de los noventa y, a pesar de ser posterior, es la primera que se estrenó. En cuanto a los textos fueron escritos por el propio compositor.
Veamos cómo lo cuenta Mahler en una carta dirigida a su amigo Fritz Löhr el uno de enero de 1885: "Mi querido Fritz: hoy, en la mañana del día de Año Nuevo, mis primeros pensamientos van dedicados a ti. He pasado los primeros minutos del año de forma inquietante. Ayer noche estuve en su casa, a solas con ella, y nos sentamos el uno al lado del otro, casi en silencio, esperando la llegada del Año Nuevo. Sus pensamientos estaban lejos, y cuando sonaron las campanas, brotaron lágrimas de sus ojos. Comprendí, con desesperación, que no era yo quien podía secarlas. Marchó a la habitación contigua, y permaneció de pie, en silencio, junto a la ventana. Cuando regresó, después de unos instantes, lloraba en silencio, y esa indescriptible tristeza se alzó entre nosotros como una barrera eterna, no pude hacer otra cosa sino apretar su mano y marcharme.
Cuando llegué a la puerta de mi casa, sonaron las campanas y desde lo alto de la torre sonó un solemne coral. Ah, mi querido Fritz, fue como si el Gran Director de Escena del Universo quisiera que todo estuviese ajustado a las reglas del arte. Pasé toda la noche llorando en mi sueño. Sólo hay una luz en medio de esa oscuridad: he compuesto un ciclo de canciones, seis hasta el momento (al final el ciclo lo formaron cuatro), todas dedicadas a ella. Pero no lo sabe ¿Qué pueden decirle, aparte de lo que ella ya sabe? Voy a enviarte la última canción, aunque las insignificantes palabras apenas pueden expresar nada. El ciclo trata de un joven camarada, maltratado por el destino, que marcha a través del vasto mundo y vaga a la deriva."
Escucharemos los "Lieder eines fahrenden Gesellen" estupendamente interpretados por Dietrich Fischer-Dieskau y la Orquesta Filarmónica de Viena bajo la dirección de Furtwängler en el Festival de Salzburgo el día 19/08/1951, suponía el debut del barítono en el famoso festival.
CANCIONES DE UN CAMARADA ERRANTE
Según poemas de Gustav Mahler (I. Inspirado en "Des Knaben Wunderhorn").
Versión castellana de José Luis Pérez de Arteaga.
1.- Wenn mein Schatz Hochzeit macht
Wenn mein Schatz Hochzeit macht,
Fröhliche Hochzeit macht,
Hab' ich meinen traurigen Tag!
Geh' ich in mein Kämmerlein,
Dunkles Kämmerlein,
Weine, wein' um meinen Schatz,
Um meinen lieben Schatz!
Blümlein blau! Verdorre nicht!
Vöglein süß! Du singst auf grüner Heide.
Ach, wie ist die Welt so schön!
Ziküth! Ziküth!
Singet nicht! Blühet nicht!
Lenz ist ja vorbei!
Alles Singen ist nun aus.
Des Abends, wenn ich schlafen geh',
Denk' ich an mein Leide.
An mein Leide!
Mi tesoro celebra su boda,
¡qué amarga es mi jornada!
¡Me encerraré en mi cuarto, en mi cuarto sombrío!
y lloraré, lloraré por mi amor, mi querido tesoro.
¡No te marchistes, florecilla azul!
Dulce pajarillo, canta en la verde campiña.
¡Ay, qué hermoso es el mundo! ¡Ohei!
No cantéis, no florezcáis: la primavera se ha ido,
se apagaron las canciones.
Al anochecer, cuando voy a dormir,
pienso en mi dolor, sólo en mi dolor.
2.- Ging heut morgen übers Feld
Ging heut morgen übers Feld,
Tau noch auf den Gräsern hing;
Sprach zu mir der lust'ge Fink:
"Ei du! Gelt? Guten Morgen! Ei gelt?
Du! Wird's nicht eine schöne Welt?
Zink! Zink! Schön und flink!
Wie mir doch die Welt gefällt!"
Auch die Glockenblum' am Feld
Hat mir lustig, guter Ding',
Mit den Glöckchen, klinge, kling,
Ihren Morgengruß geschellt:
"Wird's nicht eine schöne Welt?
Kling, kling! Schönes Ding!
Wie mir doch die Welt gefällt! Heia!"
Und da fing im Sonnenschein
Gleich die Welt zu funkeln an;
Alles Ton und Farbe gewann
Im Sonnenschein!
Blum' und Vogel, groß und klein!
"Guten Tag, ist's nicht eine schöne Welt?
Ei du, gelt? Schöne Welt?"
Nun fängt auch mein Glück wohl an?
Nein, nein, das ich mein',
Mir nimmer blühen kann!
Cuando crucé esta mañana los campos
el rocío pendía aún de la hierba;
me llamó el alegre pinzón:
"¡Eh, tú! ¡Buenos días! ¡Hei!
¿No es éste un bello mundo? ¿No lo es?
¡Ti-tá, ti-tá! ¡Es bello y luminoso!
¡Cómo me gusta el mundo!"
Y los farolillos del campo
mostraban su animación
con su tintineo,¡ding, ding!
mientras repicaba su saludo de mañana
"¿No es éste un mundo hermoso? ¿No lo es?
¡Ding, ding! ¡Qué hermoso es!
¡Cómo me gusta el mundo! ¡Heia!"
Y a la luz del sol
el mundo entero empezó a brillar:
todo tomó color y sonido a la luz del sol,
la flor y el pájaro, lo grande y lo chico.
"¡Buenos días! ¡No es éste un mundo espléndido!
¡Eh, tú! ¡El mundo es hermoso!"
¿Comenzará también mi felicidad?
¡No, no, sé bien que jamás florecerá!
3.- Ich hab' ein glühend Messer
Ich hab' ein glühend Messer,
Ein Messer in meiner Brust,
O weh! Das schneid't so tief
In jede Freud' und jede Lust.
Ach, was ist das für ein böser Gast!
Nimmer hält er Ruh', nimmer hält er Rast,
Nicht bei Tag, noch bei Nacht, wenn ich schlief.
O Weh!
Wenn ich in dem Himmel seh',
Seh' ich zwei blaue Augen stehn.
O Weh! Wenn ich im gelben Felde geh',
Seh' ich von fern das blonde Haar
Im Winde wehn.
O Weh!
Wenn ich aus dem Traum auffahr'
Und höre klingen ihr silbern' Lachen,
O Weh!
Ich wollt', ich läg auf der schwarzen Bahr',
Könnt' nimmer die Augen aufmachen!
Tengo un cuchillo ardiente clavado en mi pecho.
¡Oh dolor! ¡Oh dolor!
¡Rasga hasta el fondo alegrías y placeres!
¡Ah, huésped cruel!
Nunca me concede tregua, nunca me da reposo,
ni de día ni de noche cuando duermo.
¡Oh dolor! ¡Oh dolor!
Cuando miro a los cielos,
en ellos veo sus ojos azules.
¡Oh dolor! ¡Oh dolor!
Cuando atravieso los campos dorados
veo su pelo rubio, agitado por el viento, en la disancia.
¡Oh dolor! ¡Oh dolor!
Al despertar de mis sueños
oigo sus carcajadas de plata.
¡Oh dolor! ¡Oh dolor!
¡Quisiera yacer en la negra mortaja
y nunca volver a abrir los ojos!
4.- Die zwei blauen Augen von meinem Schatz
Die zwei blauen Augen von meinem Schatz,
Die haben mich in die weite Welt geschickt.
Da mußt ich Abschied nehmen vom allerliebsten Platz!
O Augen blau, warum habt ihr mich angeblickt?
Nun hab' ich ewig Leid und Grämen.
Ich bin ausgegangen in stiller Nacht
Wohl über die dunkle Heide.
Hat mir niemand Ade gesagt.
Ade! Mein Gesell' war Lieb' und Leide!
Auf der Straße steht ein Lindenbaum,
Da hab' ich zum ersten Mal im Schlaf geruht!
Unter dem Lindenbaum,
Der hat seine Blüten über mich geschneit,
Da wußt' ich nicht, wie das Leben tut,
War alles, alles wieder gut!
Alles! Alles, Lieb und Leid
Und Welt und Traum!
Los ojos azules de mi tesoro
me han arrojado al ancho mundo.
Tuve que despedirme de los lugares queridos.
¡Ay, ojos azules! ¿Por qué me mirasteis?
¡Ahora tengo aflicción y pesar para siempre!
Partí en la noche apacible,
en la noche apacible por lóbregos brezales.
Nadie me dijo adiós, ¡adiós!
mis camaradas eran el amor y el dolor.
Un tilo se alzaba a un lado del camino,
allí, al fin, hallé descanso en el sueño.
Bajo el tilo, que esparcía
sus flores sobre mí, supe
que todo en la vida volvía a ser bueno,
¡Todo! ¡Todo! ¡Amor y dolor!
¡Y mundo y sueño!
Los ojos azules de mi tesoro
me han arrojado al ancho mundo.
Tuve que despedirme de los lugares queridos.
¡Ay, ojos azules! ¿Por qué me mirasteis?
¡Ahora tengo aflicción y pesar para siempre!
Partí en la noche apacible,
en la noche apacible por lóbregos brezales.
Nadie me dijo adiós, ¡adiós!
mis camaradas eran el amor y el dolor.
Un tilo se alzaba a un lado del camino,
allí, al fin, hallé descanso en el sueño.
Bajo el tilo, que esparcía
sus flores sobre mí, supe
que todo en la vida volvía a ser bueno,
¡Todo! ¡Todo! ¡Amor y dolor!
¡Y mundo y sueño!
No conocía la carta, qué sopresa que Mahler se expresara tan bien en palabras. Es fantástico comprobar esa sincronía que muchas veces existe entre música y literatura, es como un boceto literario de los lieder.
ResponderEliminarA veces -y este es un caso- en los lied sucede que la música añade ese algo más que no puede expresar la poesía, aumentado su significado, o mejor complementándolo. Ese es para mí el valor añadido de un buen lied.
"Cuando cruce esta mañana los campos..." me encontré con los acordes de la Titán, qué acierto. Dieskau sabe encontrar la mejor forma de decirlos. En fín, un post magnífico, me ha encantado.
Gracias Maac y qué suerte que haya otra música distinta a los petardos!!!!!