La obertura de "Halka", sin ser una obra que pueda encuadrarse dentro de lo que es el repertorio habitual de las orquestas sinfónicas sí se ha convertido en una pieza de concierto, de esas que se emplean de relleno para cubrir los diez minutillos que se quedan colgados en obras de más enjundia. Su pausada introducción, sus variadas melodías, ritmos folclóricos y creciente intensidad propician que cualquier buena orquesta pueda lucirse a sus anchas y, desde luego, no es extraño que esta música pudiera llegar a cautivar a artistas como Franz Liszt o Hans von Büllow. No está muy lejos de la obertura de Der Freistchutz. Otro momento para el lucimiento orquestal lo proporciona la Mazurca con la que finaliza el primer acto, un elemento folclórico polaco muy popular en el siglo XIX que tiene puntos en común con el vals y la polca -que también hace aparición en la ópera-. Escucharemos las dos piezas en la única versión que tengo, la de la Orquesta del Teatro Wielki bajo la dirección de Robert Satanowski.
También sería bueno que escribieras un post sobre otra gran ópera olvidada: Maskarade, del danés Carl Nielsen.
ResponderEliminarMe parece muy buena idea, tomo nota y quién sabe si algún día me lanzo, tiene una música preciosa.
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