El otro día escuchábamos la obertura y las dos primeras arias de la ópera Carlo, Re d'Alemagna de Alessandro Scarlatti, hoy seguimos con tres arias más. La primera de ellas es "Con la sua venda amore copre all'amante il ciglio" que canta el villano de la ópera: Lotario, que es medio hermano y rival del niño protagonista, Carlo, curioso personaje, que es protagonista de la ópera y no aparece -y si lo hace, que no he tenido al acceso al libreto, no dice ni mu- . No es un aria fácil pero tampoco me parece de lo más inspirado de la ópera, sobre todo porque el nivel de competencia es altísimo. La intérprete de Lotario en nuestra versión es Romina Basso.
No ocurre lo mismo con la suave, extensa y delicada "Il destin ver noi clemente", aria de Asprando, un caballero traidor en la corte de la viuda emperatriz Giuditta, madre de Carlo. Canta Jose Maria Lo Monaco, un nombre que despista bastante, creo que nada tiene que ver con los colchones y Jose Maria es una señora mezzosoprano.
Vuelven los vientos en "Tutta fede ho l'alma in petto", aria de Berardo que canta como puede el tenor Carlo Vicenzo Allemano, se trata de un aria no difícil en los extremos de la tesitura pero sí es necesario dominio de las agilidades. Berardo es otro caballero en la corte de la emperatriz Giuditta pero bastante más fiel que Asprando.
En "Illustre il sangue mio" por primera vez escuchamos cantar a la viuda Giuditta, la emperatriz que interpreta Roberta Invernizzi, es un aria muy cortita sin grandes ocasiones para el lucimiento:
Acabamos este segundo repaso por el primer acto de la ópera con un dúo, el que cantan Gildippe y Adalgiso, que interpretan respectivamente Marina de Liso y Marianne Beate Kielland, se trata de un dúo que podría decirse de factura muy haendeliana pero llegados a este punto uno ya no sabe qué fue antes si el huevo o la gallina, así que no me atrevo a decirlo. No sé exactamente como titularlo, "Begli occhi", eso es lo que yo entiendo. Gildippe es hija de Giuditta y Adalgiso de Lotario, los dos jóvenes están muy enamorados pero su relación no es muy fácil dado el enfrentamiento entre sus respectivos progenitores. Es una pena que Scarlatti no hubiera estirado un poquito más este dúo, sabe a poco:
Pues un descubrimiento y me alegro mucho de que sigas con él, porque con la broma, en la otra entrada parece que hacía menos caso de la obra, cuando me gustó muchísimo lo que pusiste y lo mismo hoy. Esta última y la de Lo Monaco (que ya sólo faltaría que en la intimidad la llamaran Jose Mari), preciosas.
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