viernes, 29 de abril de 2011

Con ocasión de Mefistofele en Les Arts. Tan bonito como inútil.

Auditorio Superior del Palau de les Arts
Tan bonito como inútil.

Tanto Atticus -os recomiendo su crónica está AQUÍ- como Titus -cuya crónica también recomiendo, está AQUÍ- dicen que a ellos no les gustan las versiones de ópera en concierto. A mí me encanta, como deporte y en cuestiones no trascendentales, llevar la contraria a la gente, es uno de mis peores defectos, pero esta vez no va a ser por deporte sino porque realmente la ópera en concierto me gusta. El 99,9% de las óperas que escucho proviene de grabaciones en audio, así que a estas alturas no voy a arremeter contra las óperas en versión concierto, además es lo más parecido que hay a una grabación discográfica, incluso mejor, ahora bien, lo que me parece indiscutible es que no hay nada como una ópera representada, pero como dice el refrán: a falta de pan buenas son tortas. La Generalitat-PP no tiene un duro, el Gobierno Central-PSOE no lo pone, son las razones que da Doña Helga para justificar la programación de óperas en versión concierto. Una lástima que la cultura se politice de esta manera por unos y por otros.

Menuda castaña de Auditorio Superior tenemos en el Palau de les Arts. Me parece totalmente injusto que a los abonados, que hemos elegido nuestras localidades de abono en función de la Sala Principal, se nos asigne a dedo una butaca en el Auditorio Superior basándose en el importe del abono, hay personas que a la hora de elegir una butaca no miramos sólo el precio sino también nuestras preferencias acústicas y visuales. Como yo tengo mi localidad en el cuarto piso de la Sala Principal, cuando me  tocan los conciertos en el  Auditorio me asignan una butaca donde Cristo perdió el gorro, lo que se traduce en que la orquesta se escucha lejana, sin distinción entre planos sonoros, los cantantes apenas sobresalen, da la sensación de que estás en una sala contigua, y es que el sonido se queda estático sobre el escenario, no recorre la sala, es como si la verticalidad de las butacas hiciera de barrera sonora. Podrían ofrecernos la opción de cambio de localidad, aunque para ello tuvireas que pagar un suplemento. De cara a la próxima temporada, y en función de las óperas en concierto que programen y tenga en el abono -espero que una como mucho-, me plantearé cambiar de localidad de abono, y es una pena porque estoy muy contento con la que tengo por la relación entre calidad y precio.

Y digo yo: ¿Y si estas óperas en versión concierto se programan en la Sala Principal y se reserva el Auditorio sólo para obras orquestales? ¿O por qué no se cierra definitivamente el Auditorio? La escasa programación del recinto justificaría está última medida, además supondría un ahorro para las maltrechas arcas del Palau de les Arts, un  pozo sin fondo. Reconozcámoslo, este Auditorio es una KK, eso sí, muy bonita y de las que no huelen.
 

4 comentarios:

  1. Estoy de acuerdo en que entre que no haya ópera o tengamos versiones en concierto con nuestra orquesta y cantantes medianamente aceptables, bienvenidas sean las versiones en concierto, pero a mí me gustan más bien poco.
    Una temporada plagadita de versiones concierto no creo que me llevara a cambiar de asiento en mi abono de sala principal, posiblemente motivase mi baja en el abono, sobre todo si estamos condenados a que las sigan representando en ese almacén de lujo que es el Auditorio.

    Coincido completamente contigo respecto a que no debería vincularse el asiento de abono en la sala principal con la atribución automática de asientos en el Auditorio. Parece que piensen que la elección de asiento de abono se hace únicamente por el precio y no es así. Somos muchos quienes tenemos abono en pisos altos porque acústicamente es la mejor ubicación, no ya por el precio, y, a cambio, nos endosan las entradas altas de Auditorio (que están rozando la estratosfera) donde la acústica es vomitiva.
    Tampoco entiendo por qué no hacen esas operas en concierto que entran en abono en la sala principal. Igual es para justificar que se usan las múltiples e inutilizadas salas del engendro calatravil, pero no tiene sentido.
    Si a partir de ahora van a multiplicarse las versiones en concierto en el Auditorio KK, deberían dar la opción de elegir asiento allí también a la hora de renovar abonos.

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  2. Supongo que mr Hightech KKtrava dio prioridad a la visibilidad, en vez de la acústica. Tanta costilla me recuerda la ballena de Jonás. Y encima por fuera parece un pez. Tan bonito te parece, Maac?

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  3. Pues si hay que encontrar una virtud la única que encuentro es la estética, eso sí, resulta bastante cargante una vez que pasa la primera impresión.

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  4. Realmente todo está hecho al revés: visibilidad total en una sala de conciertos, donde es lo de menos, y butacas con visibilidad parcial o nula en la sala grande, donde se representan óperas que hay que ver, además de escuchar. Si a eso le sumamos que un auditorio con mala acústica es una estupidez y que además, teniendo una sala con el mismo número de butacas y una buena acústica es algo innecesario, lo mejor es buscarle otro uso. De piscina, de pista de ski o de ballenario, da igual, pero que lo cierren y que hagan las óperas en versión concierto y los conciertos todos en la sala principal. O que las hagan semi-escenificadas, que al menos hay algo de movimiento y los cantantes pueden actuar.

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