Plácido Domingo amenaza con establecerse en el Palau de les Arts, por lo menos estrechará sus vinculos con el coliseo valenciano, al año que viene participará en algunas funciones como barítono ¿Thais de Massenet? y también como director musical de una de las óperas programadas, y eso parece que sólo es el principio porque, por las últimas declaraciones que ha hecho, parece que la cosa va a ir a más en el futuro. Pero ya sabemos cómo funcionan las cosas en Les Arts, se va improvisando sobre la marcha o esa es la sensación que tenemos los aficionados, el Centro de Perfeccionamiento se ha quedado sin director y aún no se sabe quién le sustituirá, van apareciendo nombres como los de Ruggero Raimondi, Cristina Gallardo-Domas, Ana Luisa Chova o Enedina Lloris, pero ninguno parece que, de momento, vaya a asumir el cargo de director del Centro, a ver si Schmidt ya lo tiene claro el día que presente en público la próxima temporada, marcada por un super recorte presupuestario, el Estado apenas colabora y la Generalitat ha bajado de los 40 millones del principio a los 18., mientras tanto, para incrementar los ingresos se ha intentado aumentar el número de visitas guiadas, se ha permitido la celebración de bodas y acontecimientos sociales en el recinto, se han alquilado instalaciones a la Escuela de Música Berklee -por un módico precio, todo hay que decirlo-, al tiempo que se intenta incrementar el uso de sus salas con la apertura de las mismas a las Bandas de Música dos veces al mes bajo el título La teua banda al Palau de Les Arts. Mientras tanto la Temporada 2011-2012 todavía es una incógnita, lo único que tenemos son rumores.
Días después de sus recientes funciones en Tamerlano (versión concierto) en el Liceu, el tenor y director se presentaba ayer en el Teatro Martin i Soler, una de las salas infrautilizadas del Palau de les Arts, para dirigir dos breves óperas de Gian Carlo Menotti, Amelia al Ballo (1937) y The Telephone (1947), servía de excusa la celebración del centernario del nacimiento del compositor, para ello, junto a la Orquesta de la Comunitat Valenciana reunía a alumnos de los centros de perfeccionamiento de Washington y Valencia en una producción firmada por Jean-Louis Grinda que en principio viajará a Los Ángeles, Montecarlo y seguramente otras ciudades, lo que me parece una buena noticia si sirve para mejorar el estado de cuentas del Palau de les Arts.
The Telephone abría la primera parte, se trata de una obra muy breve, no llega a media hora, y sólo tiene dos protagonistas: una soprano y un barítono. Diferentes intérpretes se turnan en las dos funciones programadas, ayer le tocó el turno a Micaëla Oeste, una soprano lírico ligera de bonito timbre y suficiente coloratura para el papel y el chileno Javier Arrey, ambos proceden del Domingo-Cafritz Young Artist Program de la Ópera de Washington. Más información sobre la obra de Menotti AQUÍ.
Una ópera más juvenil (tan sólo 26 años tenía el compositor cuando se estrenó), ambiciosa, incluso pretenciosa en lo musical, es la que se presentó en la segunda parte, se trataba de Amelia al Ballo, una ópera bufa de aproximadamente una hora de duración, estuvo protagonizada por Jennifer Lynn Waters (Amelia), Aldo Heo (el marido), Sébastien Guèze (el amante), Hagar Sharvit (la amiga) y Daniele Piscopo (el comisario de policía), el coro lo formaban miembros del propio Centro de Perfeccionamiento Plácido Domingo. Todos pertenecientes al citado Centro excepto la protagonista, que procede de Washington, y su amante, que fue segundo premio en el certamen Operalia. No hubo ningún cantante que destacará especialmente, todo estuvo dentro de lo correcto, si acaso la soprano por el volumen y penetración de un timbre no muy grato al oído. En la función programada para mañana, al igual que en The Telephone, el reparto será nuevo, cambiarán los cinco protagonistas princpales. En cuanto a la dirección de Domingo fue más que correcta pero en esta segunda obra se le descontrolaron un poco los decibelios, en una sala pequeña, con muy buena acústica, con una orquesta no muy numerosa, algunos cantantes manifestaron problemas tanto de volumen como de proyección, no sé hasta qué punto la culpa puede achacarse a los propios cantantes o al director, que se supone que tiene un perfecto conocimiento de los problemas que pueden padecer lso cantantes cuando el volumen orquestal se descontrola, lo ha sufrido en sus propias carnes, y cuya dirección siempre se ha caracterizado por el cuidado de las voces.
En cuanto a la parte escénica me gustó el intento de unificar las dos obras dentro de un mismo estilo, especialmente fue muy entretenido comprobar en la obertura de Amelia al Ballo cómo el escenario mutaba a partir de los decorados de la obra anterior, a juzgar por los aplausos que hubo al terminar la obertura parece que este recurso unificador también gustó entre el público. Por lo demás fue una puesta en escena muy efectiva, mucho más elaborada en Amelia que en The telephone, algo que parece lógico dada la complejidad de cada una de las tramas, debemos destacar la iluminación efectuada por Antonio Castro, que se apoyaba tanto por elementos situados fuera del escenario (focos) como con elementos escénicos (lámparas).
En definitiva, pasamos una entretenida tarde de ópera y conocimos dos obras de un compositor casi desconocido para el público español cuya música, con muchas influencias de Puccini, es muy asequible y fácil de digerir, en parte también por el instinto teatral del propio Menotti.
Para terminar esta vez felicitaremos al Palau de les Arts porque en el programa, además de la típica sinopsis de las obras y la biografía de los intérpretes, había algo más que leer. Lo que le recomendaría, en un tiempo de vacas flacas como el actual, es que no gastase tanto dinero en un papel de calidad porque todos sabemos que estos programas la mayoría de las veces terminan en la basura una vez que ha terminado la representación, sobre todo cuando, como es el caso habitual en Les Arts, la información que contienen es tan poco interesante .
La verdad es que pasamos una noche entretenida.
ResponderEliminarEstas óperas no me vuelven loco ni mucho menos, pero pasar el ratillo valen. Como dices, Amelia tiene una mayor carga pretenciosa, pero hay momentos interesantes.
A nivel vocal creo que en conjunto todos cumplieron muy dignamente, aunque yo sí destacaría por encima de los demás a Jennifer Lynn Waters. Todos estuvieron muy inspirados en el plano actoral.
Me gustó mucho la puesta en escena, sencilla, ágil y eficaz, con buena dirección de actores y una interesante iluminación.
Domingo me sigue gustando más cantando (hasta Tamerlano) que dirigiendo, pero, bueno, no estuvo mal. Potenció mucho los momentos más líricos y, como siempre, se volcó en detalles y atenciones con los músicos y cantantes.
En la Sala, toda (o casi) la plana mayor de les Arts, Consellera, Concejala, pelotas varios y un público que se lo pasó bomba.
Esperemos que el peaje de tener a Domingo dirigiendo más a menudo a partir de ahora, nos deje disfrutar de su voz de vez en cuando (aunque sea de pseudobarítono) y permita que otros artistas de renombre puedan plantearse el venir por aquí.
De momento el año que viene parece que Domingo cantará en "Thaïs" y dirigirá, posiblemente, "Tosca".
Ya lo veremos cuando Helga se anime a anunciar la programación, supongo que allá por Navidad o así.
Estoy de acuerdo, al menos Domingo supone una garantía de calidad en los repartos, aunque colará cantantes de los suyos y una buena dosis de ilusión, la que el tenor siempre desprende, para la plantilla. De cualquier modo prefiero colaboraciones esporádicas que su posible asentamiento como director.
ResponderEliminarUf, pues a mí Domingo dirigiendo me deja frío, o mejor dicho no me gusta.
ResponderEliminarY las declaraciones pasadas suenan a que se va a quedar por aquí y me temo que a dirigir..
Muy buena entrada, la de Atticus también.
Un saludo
Gracias Peritoni, todos estamos de acuerdo en que el fuerte de Domingo no es la dirección musical por eso lo mejor será que no termine estableciéndose aquí, esperemos que se limite a ir haciendo colaboraciones con el teatro, aunque no es lo que se deduce de sus declaraciones,como bien dices.
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