Isabel de Valois fue pretendida por don Carlos, el príncipe de Asturias, hijo de Felipe II, pero al enviudar el rey las cosas cambiaron. Éste y el conflicto de Flandes son los temas principales sobre los que gira la ópera de Verdi (basada en un texto de Schiller), que interpreta los hechos bajo un prisma más romántico que real.
LA PAZ EN LA MUERTE. Verdi tiene arias favoritas para dar y tomar, entre las de soprano brilla con luz propia la que canta Élisabeth/Elisabetta (Isabel de Valois, tercera esposa de Felipe II) en el quinto acto de Don Carlos/Don Carlo. Estamos en el Monasterio de San Yuste, mientras espera a Don Carlos, el hijo de Felipe II, Isabel se postra de rodillas ante la tumba de Carlos V e inicia su aria, primero es una plegaria al emperador, yo me atrevería a decir que es bastante escéptica, (Se ancor si piange in cielo... porta il pianto mio al trono del Signor), seguidamente inicia un monólogo interior del que se desprende su sacrificio (la renuncia a Carlos: Sì! Carlo qui verrà! che parta e scordi ormai), su desesperación (Per me, la mia giornata a sera è giunta già!), melancolía (la añoranza de su tierra: Francia, nobil suol, si caro ai mieri verd'anni! Fontainebleau! ver voi schiude il pensier i vanni; la añoranza del amor: Eterno giuro d'amor... E quest¡eternità un giorno sol durò; de la juventud: Addio, verd'anni ancor! cedendo al duol crudel) y, finalmente, el anhelo de la muerte: Il core ha un sol desir: la pace dell'avel! (Mon coeur n'a qu'un seul voeu, c'est la paix dan la mort en la versión francesa), y todo esto aderezado con una música intensa y exquisita en perfecto equilibrio con el texto.
También diría que no es propiamente un aria (en la partitura figura "escena y aria"), es algo raro ¿Quizás lo tendríamos que calificar de monólogo? Me explico:
Tras una magnífica introducción orquestal confiada a la cuerda parece ser un aria ("Tu che le vanità"), pero de pronto muta en un recitativo acompañado ("Carlo qui verrà"), después parece un arioso que yo dividiría en dos partes ("Francia, nobile suol... Tra voi, vaghi giardin"), pasa un momento de transición que a estas alturas uno ya no sabe cómo calificarlo ("Addio, addio") y vuelve al incio, a lo que yo he calificado como aria ("Tu che le vanità"). Genial, hay que olvidarse de patrones y adaptar la estructura en función de lo que se quiere expresar. Pero para no liarme ni liarnos -ni entrar en discusiones absurdas- será mejor decir que es una aria de principio a fin y todos tan contentos.
Tras una magnífica introducción orquestal confiada a la cuerda parece ser un aria ("Tu che le vanità"), pero de pronto muta en un recitativo acompañado ("Carlo qui verrà"), después parece un arioso que yo dividiría en dos partes ("Francia, nobile suol... Tra voi, vaghi giardin"), pasa un momento de transición que a estas alturas uno ya no sabe cómo calificarlo ("Addio, addio") y vuelve al incio, a lo que yo he calificado como aria ("Tu che le vanità"). Genial, hay que olvidarse de patrones y adaptar la estructura en función de lo que se quiere expresar. Pero para no liarme ni liarnos -ni entrar en discusiones absurdas- será mejor decir que es una aria de principio a fin y todos tan contentos.
Veronique Gens la canta estupendamente y en francés (la versión del estreno,1867) en su reciente disco Tragediennes. Vol. 3, pero mejor aún si podemos escucharla en directo, el pasado mes de agosto la ofrecía en un recital en Lucerna junto con Les Talens Lyriques y Christophe Rousset. Es un placer escuchar cantantes con tan buen gusto y con un timbre tan atractivo como Gens, si además dominan la dicción y, en este caso, la pronunciación francesa no se puede pedir más. Sólo hay que dejarse llevar:
ÉLISABETH
Toi qui sus le néant des grandeurs de ce monde,
Toi qui goûtes enfin la paix douce et profonde,
Si l'on répand encore des larmes dans le ciel,
Porte en pleurant mes pleurs aux pieds de l'Éternel!
Carlos va venir!....Oui! Qu'il parte, qu'il oublie...
J'ai promis à Posa de veiller sur sa vie,
Qu'il suive son chemin glorieux et béni!
Pour moi, ma tâche est faite, et mon jour est fini!
France, noble pays, si cher à mon jeune âge!
Fontainebleau! Mon coeur est plein de votre image...
C'est là que Dieu reçut notre éternel serment;
Et son éternité n'a duré qu'un moment...
Beaux jardins espagnols, à l'heure pâle et sombre,
Si Carlos doit encor s'arrêter sous votre ombre,
Que vos fleurs, vos gazons, vos fontaines, vos bois,
Chantent mon souvenir avec toutes leurs voix!
Adieu, rêve doré... illusion!... chimère!...
Tout lien est brisé qui m'attache à la terre!
Adieu, jeunesse, amour!... Succombant sous l'effort,
Mon coeur n'a qu'un seul voeu,
c'est la paix dans la mort
Toi qui sus le néant des grandeurs de ce monde,
Toi qui goûtes enfin la paix douce et profonde,
Si l'on répand encore des larmes dans le ciel,
Porte en pleurant mes pleurs aux pieds de l'Éternel!
Âme glorieuse envolée au ciel,
Ah, porte en pleurant mes pleurs aux pieds de l'Éternel!
Don Carlos tiene la ventaja de que se puede disfrutar tanto en francés como en italiano, en la versión italiana estamos ante "Tu che le vanita", y para escucharla recurriremos a Montserrat Caballé, una soprano de características bien distintas a las de Gens, pero que también ofrecía una interpretación modélica, Caballé siempre se beneficiaba de momentos de abandono como este -aunque también es muy intenso- y, además, suena más verdiana. En momentos como este es cuando uno aprecia la verdadera magnitud de la soprano catalana. La escucharemos en directo en una grabación que procede del Met 1972 bajo la dirección de Molinari-Pradelli:
ELISABETTA
Tu che la vanità conoscesti del mondo
E godi nell'avel il riposo profondo,
Se ancor si piange in cielo,
piangi sul mio dolor,
E porta il pianto mio al trono del Signor.
Si! Carlo qui verrà!
che parta e scordi ormai,
A Posa di vegliar sui giorni suoi giurai,
Ei segua il suo destin,
la gloria il traccerà,
Per me, la mia giornata a sera è giunta già!
Francia, nobil suol,
si caro ai miei verd'anni!
Fontainebleau!
ver voi schiude il pensier i vanni.
Eterno giuro d'amor
là Dio da me ascoltò,
E quest'eternità un giorno sol durò.
Tra voi, vaghi giardin
di questa terra ibéra,
Se Carlo ancor dovrà fermare i passi a sera
Che le zolle, i ruscelli, i fonti,
i boschi, i fior,
Con le lor armonie cantino il nostro amor.
Addio, bei sogni d'or, illusion perduta!
Il nodo si spezzò, la luce è fatta muta!
Addio, verd'anni ancor!
cedendo al duol crudel,
Il core ha un sol desir: la pace dell'avel!
Tu che le vanità conoscesti del mondo
E godi nell'avel d'un riposo profondo,
Se ancor si piange in cielo,
piangi sul mio dolor,
E il tuo col pianto mio reca a' piè del
Signor.
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