Se ve que a muchos blogueros nos gusta hablar demasiado de nosotros mismos, y uno a veces no sabe si en nuestra vida cotidiana o debajo de las sábanas también nos ocurre lo mismo: que sólo estamos pendientes de nosotros mismos, yo espero que, por lo menos, debajo de las sábanas no me ocurra porque en lo otro, en la cotidianeidad de una simple conversación, hay quien afirma que sí, que soy egocéntrico y lo peor de todo es que si lee esta entrada va a tener un motivo más para seguir pensándolo -qué ser no egocéntrico la escribiría-, así que espero y no espero que la lea. Esto último es una incoherencia, también me ha parecido incoherente la canción que sonaba cuando, con motivo de la celebración del día de San Valentín, pinchabas sobre el icono de Google: "Cold, cold heart" por Tony Bennett. Mientras la escuchó intentaré reflexionar y conseguir estar más pendiente de los demás en el futuro, pero nadie es perfecto y si en algún momento de nuestras vidas hemos podido disfrutar y, a pesar de nuestra egolatría, hacer disfrutar a los demás, aunque sólo sea un poquito, pues eso que nos llevamos.
Una cosa es ser egocéntrico, otra egoista y otra ególatra. Creo que mi chorrada de hoy se complementa con la tuya y coincide con su conclusión.
ResponderEliminarPues es verdad, no es lo mismo. Espero ser más lo primero que lo segundo o tercero.
ResponderEliminarSupongo que alguna de esas tres cosas debe ser también el que se sube a un pedestal para, desde allí, contemplar el mundo.
Cuando el río suena si no lleva agua parece que debería llevarla, en este último caso el que lo ha oído o tiene alucinaciones o algo raro está pasando.
José Luis, le he estado dando vueltas a tu entrada cuando me he levantado pero no le pillaba el punto, creo que con tu comentario en la mía has conseguido aclarármelo.
Esta es la Maac-Chorrada menos Maac-Chorrada de todas las Maac-Chorradas que te he leido.
ResponderEliminar¡Por Dios! Si una cosa que me gustó desde el principio fue tu coherencia.
Abrazos y a seguir siendo así de incoherente
Alfredo
Tanquilo, Alfredo, que seguiremos siendo lo que somos, qué remedio.
ResponderEliminarHola maac,
ResponderEliminarAcabo de descubrir tu blog y me presento con una discrepancia, que no una crítica.
No encuentro incoherencia en la elección de la canción de Tony Bennett, al fin y al cabo es una canción de amor. He aquí el desarrollo: Declara su amor, intenta ganarse el del otro, existe un pasado amoroso difícil, hay discusiones agrias entre los dos, no consiguen fundirse en un solo corazón.
Que no tenga final feliz no quiere decir que no sea amor; roto, imposible, desgraciado pero amor.
Más que incoherente encuentro que alguien podría decir que la elección para el día de San Valentín es inadecuada. Pero yo creo que equilibra la posible ñoñería que arrastra esta celebración artificial y le da un contrapunto interesante a la historia de los niños en el parque. En estas cosas del entertaintment, los americanos no suelen equivocarse.
Manu
Bienvenido, Manu,
ResponderEliminarDesde luego que el cantante esta enamorado pero tengo entendido (yo nunca lo he festejado y no la considero ni más ni menos artificial que cualquier otro tipo de celebración), que en el día de los enamorados (no del enamorado, ni del amor) la pareja expresa su amor y cariño mutuo, también es verdad que muchos lo aprovechan para declarar su amor, y no todo amor será correspondido, las referencias de la canción a ese corazón tan helado me chirrían un poco a pesar del toque de humor que aporta Bennett (Norah Jones la canta de forma muy distinta).
La historia que se contaba al pinchar en el logo de Google, que no incluí en la entrada, con los niños en el parque saltando a la comba, primero ella y después los dos juntos, sí era oportuna, al final saltaba la chispa y todo se tornaba meloso y acaramelado, tampoco casa perfectamente con la canción.
Muchas gracias por molestarte en dejar un comentario.