miércoles, 7 de marzo de 2012

Palau de les Arts - La Vida Breve / El amor brujo



Mientras que alguno, yo diría que más bien alguna, se va de la lengua antes de cuenta y ha saltado el rumor de que cesan a Helga Schmidt, la temporada del Palau de les Arts sigue su curso, así que no vamos a hablar del chisme lanzado por el molusco de turno sin que sea oficial (la lluvia antes de caer no es lluvia). Con lo de oficial me refiero al cotilleo porque el molusco lo es y mucho, no me extrañaría que lo hubiera lanzado deliberadamente para que corra la voz o vaya usted a saber qué oscura intención, más grave me parecería si se tratara de una pura y simple indiscreción. Tampoco es ninguna novedad, ya lo anunciaba Atticus en su blog (¿Helga Schmidt cesada?) y  Titus hacía, a propósito del rumor, una divertida entrada (Arias para Helga).

Esta vez se trataba de una reposición, La Vida Breve de Manuel de Falla, que cuenta con una sencilla, brillante, expresionista y rojiza puesta en escena  de Giancarlo del Monaco consistente en escasos elementos escénicos (paneles verticales, un ventilador, una pequeña plataforma con una cruz -símbolo del vía crucis vivido por la protagonista, tópico pero efectivo, no provocador a estas alturas- y un conjunto de sillas de eneas) y un muy inteligente uso de la iluminación que realza el ambiente de opresión en el que malvive ese animal acorralado que es Salud, la protagonista; Del Monaco mejora notablemente un libreto que es ciertamente endeble pero que, a su vez, no carece de posibilidades dramáticas, quizás la puesta resulte demasiado  asfixiante y monótona, sobre todo durante el primer acto, claro que lo primero es lo que se propone el director, es de suponer que lo segundo no tanto.
 
Yo soy de los que gozaron de la dirección de Maazel cuando se estrenó la producción, me impactó esa forma de desguazar la partitura, de resaltar determinados contrastes, de ofrecerla no como un todo sino en planos como si uno pudiera detenerse y "contemplar"(no se me ocurre otra forma de expresarlo) la música, algo que es por definición dinámico. Wellber, por el contrario, ofrece una dirección más fluida, menos genial (afortunadamente para él, no sé si muchos se lo permitirían) pero que musicalmente también funciona. Me había gustado mucho Gallardo-Domâs en el estreno, esta vez no tanto, la voz se destemplaba completamente al pasar de la media voz (hizo un uso brillante de ella)  al forte, en todo caso es un papel que se adapta bien a sus condiciones actuales resultando escénicamente creíble, el resto del elenco estuvo correcto, tampoco la obra les ofrece muchas posibilidades para sobresalir a excepción del personaje del "cantaor" o "cantaora" que estuvo bien servido por Esperanza Fernández.
 
Si en el estreno del a producción la ópera de Falla se emparejaba, muy oportunamente, con Cavalleria Rusticana de Mascagni, esta vez lo hacía con El amor brujo en su versión original, una "gitanería en un acto  y dos cuadros" que uno no sabe muy bien cómo calificar, participa tanto del drama, como de la zarzuela/ópera o el ballet, yo creo que es en el género ballet en lo que mejor se puede encuadrar y debo confesar que, además de ser un ignorante en este género, a uno no es lo que más me gusta. El amor brujo suele interpretarse por una mezzo o por una cantaora o folcórica, en esta ocasión se ha optado por la cantaora, Esperanza Fernández, su voz no se proyectó bien por la sala y su interpretación perdió mucha emoción y efectividad, esta circunstancia en La Vida Breve pasaba  desapercibida porque la música sinfónica no se mezcla con la voz de la cantante.
  
Por muy hermosa que sea la música que compuso Falla El amor brujo no pude evitar que aburrirme como una ostra, que se me fuera la cabeza a otros asuntos y que deseara que el espectáculo terminara de una vez, no conseguí entrar, a veces la culpa es nuestra o tras veces falta de imaginación del artista de turno -director de escena, coreógrafo...-, nunca se sabe.

Os dejo la "Danza del juego de amor" (o de la bruja fingida, que también así es conocida), uno de mis fragmentos preferidos de El amor brujo con el peculiar sonido de Stokowski y la Orquesta de Filadelfia, y la infame pronunciación de la gran Shirley Verrett:

5 comentarios:

  1. La verdad es que me da una pereza tremenda... Entre que "La Vida Breve" no es precisamente que me vuelva loco y ya me la tragué 5 veces en su estreno hace un par de años, y que el ballet me produce sarpullido... Pero después de leer tu crónica creo que el domingo me animaré.
    me ha parecido muy interesante el análisis que haces tanto de la puesta en escena como de la dirección musical. En su día me gustó mucho la dirección de Maazel y bastante la puesta en escena de Del Monaco, aunque sí me resultó opresiva y agobiante (lo que posiblemente fuese su propósito).
    Si voy al final el domingo ya contaré...

    Lo del molusco que cuentas es verdad y posiblemente interesado, conociendo a la personaja, aunque el rumor ya corría antes de que ella pusiera el ventilador. Mientras, los medios de prensa "oficiales" callan. Si se va Helga al final, me muero de ganas de leer las crónicas de Guillermo García -Alcalde, pelota oficial.

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    1. La cuestión es si el molusco se ha planteado o ha resuelto el problema de la indemnización a Helga, que puede ser de órdago.
      Me temo que vas a echar muuuuucho de menos a Maazel, y ojalá me equivoque, así que ves preparado.

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    2. Efectivamente, amigo. Eché muuuuuuuuuucho de menos a Maazel. Como iba preparado, el shock fue menor, pero a mí Wellber me sigue sin acabar de convencer. Mucho gesto y poca chicha.
      Yo también me aburrí en El Amor Brujo, pero es un problema mío personal con el ballet.

      Espero que en Thaïs la cosa mejore un poco.

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  2. Me ha parecido entender que disfrutaste con La vida breve, a mi me gustó y la ví una cuantas veces, creo que ya he cubierto mi cupo, pero me alegra lo que dices que la dirección de Wellber funcionó.

    Cuando escuché a Gallardo Domas tenia en mente el desaguisao del Palau cantando Puccini ¿Recuerdas? Fue tremendo porque no sé si fue el día pero su voz estaba en pésimas condiciones. En la vida breve reconozco que funció, esa voz un gastada y con vibrato podía parecer que respondía a las exigencias del personaje y a mi no me disgustó, siento que haya ido a peor por lo que cuentas.

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    1. Assai, tú sabes que Nibelungo piensa que Gallardo-Domas está mejor en la reposición que en el estreno, es una cuestión de apreciación de cada uno, claro que no coincidimos los dos el mismo día y es posible que en la primera función estuviera mejor que en la segunda, que es la que yo vi.

      La memoria juega malas pasadas, recuerdo perfectamente el escepticismo con el que nos enfrentábamos a Gallardo-Domas, ahora la situación es distinta, ya fuimos testigos de que lo hacía muy bien y nuestra capacidad de sorpresa en este sentido ha disminuido. El escepticismo era no sólo por el Puccini (la risas aquellas de la crónica que recordarás) sino por otras actuaciones, luego nos enteramos de su enfermedad y nos dio mucha pena. Creo que el personaje de Salud se adapta bien a su estado actual.

      Wellber funcionó pero también es cierto que tapó a Gallardo-Domas en el primer acto, y eso tiene delito porque tapar la voz de esta soprano parece imposible.
      Eché de menos Cavalleria como complemento pero hay que comprender que sustituyéndola por EAB se han ahorrado unos eurillos.

      Ya comentaremos cuando vayáis, personalmente, que sería lo ideal, por correo o en los blogs.

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