viernes, 2 de noviembre de 2012

Minibibliotecas gratuitas (Little free libraries)


Todos sabemos lo que supone el ir amontonando libros y más libros en casa durante toda nuestra vida, muchos de ellos fueron leídos en su momento y después han pasado a acumular polvo y ocupar espacio en alguna vieja estantería, hasta que llega el día en que nos planteamos qué sentido tiene hacer acopio de tanto papel en casas que cada vez son más pequeñas. Parte de este viejo problema nos lo solucionan los libros electrónicos y otra parte las minibibliotecas gratuitas (little free libraries).


Una idea que, originaria de Wiscosin en los Estados Unidos, se está abriendo paso por todo el mundo y que consiste en la colocación sobre un poste de unas cajas de madera con forma de casa en las entradas de nuestros hogares, en parques y en edificios públicos. En esta especie de cabaña del tío Tom o casa de muñecas que, en la medida de lo posible, debe construirse con materiales reciclados o ecológicos, se pueden depositar libros o tomarlos prestados de forma gratuita.

Se calcula que deben haber unas 4.000 de estas minibibliotecas repartidas por todo el planeta. Una buena idea para difundir la cultura en tiempos de crisis.

Eso sí, los que vivimos en edificios de viviendas lo tenemos bastante complicado.

4 comentarios:

  1. La falta de espacio físico es uno de mis problemas existenciales. Con decir que no es infrecuente que tenga libros y discos hasta por el suelo...

    Además, para agravarlo, a mí me gusta tener los libros y los discos físicamente, aunque como bien dices se pasen años y años cogiendo polvo. Me gusta el objeto en sí. Supongo que psicológicamente tendrá algo que ver con la sensación de dominio, de hacer algo tuyo, pero como bien dices es un problema.

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    1. Yo he tenido que deshacerme por problemas de espacio de algunos libros, y sobre todo revistas, y no veas el tiempo que he tenido de arrepentirme. Un día te parece que no los vas a necesitar y al cabo del tiempo los echas de menos.

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  2. Una idea muy bonita y un poco poética, como el nido-buzón que has puesto, pero no estoy muy seguro de que funcione. Hace años que lo ví en el metro de Barcelona y creo que ya ha pasado a mejor vida. Leo cada vez más de prestado, y no me importa dejar mis libros más queridos ni aunque así los pierda, pero no abandonaría nunca así a un libro que me haya gustado. Supongo que no soy el único, y la gente deja lo que no le gusta, con lo que lo que encuentras son manuales de autoayuda y cursos de administración de granjas de patos, que es lo que he visto (con pena) hoy mismo tirado al lado de un contenedor. Y también me temo que alguno que todavía no haya perdido el afan de poseer se quedará con lo que valga la pena. Por otro lado, el que hoy no lee es porque no quiere, o no sabe leer, que esa es la grave. Seguramente es el arte más asequible. Supongo que estarás de vuelta de todo lo que está escribiendo el padre palizas, pero de algo hay que morir.

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    1. Quizás no te falte razón pero hay muchas novelas que, a pesar de que me gustaron. nunca releeré. Y es una manera de darle salida. No creo que funcione en las grandes ciudades pero sí en pequeños pueblos y zonas residenciales. En estas bibliotecas se toma prestado con la obligación de devolverlo o, excepcionalmente, sustituirlo por otro de similares características. Una idea bonita y algo poética basada en la fe en las personas. ¿Tan poca confianza tenemos en ellas?

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