Los que vieron actuar a Inge Borkh en directo nos hablan de una voz inmensa y maleable, de eso y de que era una intérprete muy comunicativa es algo de lo que ya nos hacemos una idea al escuchar su legado discográfico, pero también nos dicen que fue una gran actriz en el escenario, que sus interpretaciones eran de un dramatismo y una expresividad sin tacha. Borkh es una de esas cantantes a las que me hubiera gustado ver en vivo pues en ella se conjugaban los dos requisitos principales que exige cualquier ópera a un intérprete: canto e interpretación.
Inge Borkh nació en Manheim en 1917, debutó y finalizó su carrera artística en el mundo del teatro, es lógico entonces que hoy esté considerada no sólo como una gran cantante sino también como una de las actrices-cantantes. Su madre era judía, así que tuvo que abandonar Alemanía en 1935 nacionalizándose suiza. Primero estuvo en Ginebra y después en Viena, estudió para ser actriz en la escuela de Max Reinhardt. Dos años antes de comenzar a estudiar canto en Milán y en el Mozarteum de Salzburgo ya estaba pisando los escenarios como intérprete de teatro, primero en Linz (Austria) y más tarde en Basilea, comenzó a cantar en el cabaret y después debutó en la ópera con Aghate de Freischütz en Lucerna en 1941. Durante la guerra, además de en Lucerna actúa en Basilea y Zúrich. Al terminar la Segunda Guerra Mundial cantó en el Festival de Bayreuth (Freia y Sieglinde), en el Mayo Florentino (Eglantine de Euryante), Barcelona, Lisboa, Nápoles, La Scala, Covent Garden y, por supuesto, en todos los grandes teatros alemanes y austriacos.
Lo que le hizo famosa mundialmente fue el papel de Magda Soreil en el Consul de Menotti. A partir de entonces cantaría Salome y la tintorera en el Convent Garden; Salome, Elektra y Lady Macbeth en Berlín y Salomé en el Met. Según George Hall se apropió completamente del rol de la hechicera Silvana en La fiamma de Rephigi (La Scala y Ópera de Roma) y estrenó el de Cathleen (Irische Legende -La leyenda irlandesa- de Egk, inspirada en W.B Yeats) en el Festival de Salzburgo de 1955. También cantó Gloriana de Britten y Antigona de Orff. Terminada su carrera operística volvió a la interpretación en Hamburgo. Su grabación de estudio más famosa es Turandot para DECCA.
Vamos a ver un vídeo de un fragmento de Macbeth (1910) de Ernest Bloch (1880-1959). Es un compositor que se nacionalizó estadounidense, había nacido en Ginebra, de formación europea a partir de 1916 se marchó a Estados Unidos, allí residió salvo un pequeño paréntesis en los años treinta. Su música instrumental tiene muchas influencias judías, si bien con el tiempo y tras la Segunda Guerra Mundial fue evolucionando hacia el neoclasicismo y rozando, al final, lo atonal.
Después se puede escuchar el monólogo de Elektra: "Allein! Weh, ganz allein!" y la escena final de Salome: "Ah! Du wolltest mich nicht deinen mund küssen lassen, Jokanaan!", la cantante está acompañada en la batuta por Fritz Reiner, grabaciones de 1956 y 1955 respectivamente. Reiner, que falleció a principios de los sesenta, fue un director húngaro que tuvo como profesor de piano en Budapest a Bela Bartok, estuvo trabajando en sus inicios en la capital húngara y después en Dresde (1914-1921), fue nombrado director de la ópera de esta ciudad en 1914, allí trabajó durante siete años en los que colaboró con Richard Strauss, dirigió la primera ejecución alemana de Die Frau ohne Schatten, terminó marchándose a los Estados Unidos a principios de los años veinte, fue director de la orquesta de Cincinnati (1922-1933), de la Sinfónica de Pittsburgh (1938-1948), del Met, en el que debutó en 1949 con Ljuba Welitsch como Salome y de la Sinfónica de Chicago (1953-1963), tuvo como alumno a Leonard Bernstein.
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Creo que lo único suyo que tengo es la fallida Turandot de DECCA con Tebaldi como Liú y Mario del Monaco como Calaf, dirige Erede. Desde luego, en los fragmentos que has puesto está muchísimo mejor.
ResponderEliminarPues a mí me gusta mucho esa grabación de Turandot, lo que no me gusta tanto en la dirección de Erede y QUIZÁS Tebaldi suena es demasiado matrona para un personaje tan delicado como el de Liù, es lo que le suele pasar a la italiana con todos los personajes de Puccini, quizás se escapa Tosca, con ella cuesta imaginárselos frágiles.
ResponderEliminarLa escena final de Salome con Borkh y Reiner sí que me gusta, y mucho :)
ResponderEliminarPor cierto, Minnie también escaparía de esa fragilidad de las heroínas puccinianas, de hecho la Fanciulla es la Tosca en versión western, pero con final feliz.
Sí, Tebaldi falla como Liù y Erede, como casi siempre, aburre a las ovejas, pero además la Turandot de la Borkh no me acaba de gustar. Incluso el Calaf de Mario del Monaco, y mira que sabes que me gusta este hombre, me parece que no está al nivel de otras interpretaciones suyas. Vamos, que no hay nada que me guste en toda la grabación.
ResponderEliminarEstoy con Titus. Esa Turandot no es buena. La Tebaldi tiene otra con Nilsson y Bjorling con Leinsdorf dirigiendo mucho más aconsejable.
ResponderEliminarAhora bien cargarse de un plumazo las heroinas puccinianas de la Tebaldi es un poco fuerte, sobretodo por que la máxima contradicción la puso Puccini, que hacia muchachitas desvalidas con voces de lírica o lírica spinto.
Butterfly's de quince años que sean capaces de cantar el segundo y tercer acto según lo exigido por la partitura y con la orquestación empleada es muy complicado, lo mismo que la Manon Lescaut o la propia Bohème.
La mejor Tebaldi, en todas ellas, está que se sale, o al menos me hace salir.
Yo a la Turandot que pongo pegas es a la de Nilsson, y no es por la voz naturalmente sino porque no pega ni con cola (es como si apareciera Nilsson y cambiáramos de ópera), cuando llama a Calaf extranjero me hace mucha gracia porque en realidad la que parece extranjera es ella. Se ve que para algunos la gracia está precisamente en lo que yo veo un defecto, su frialdad -parece mentira que con ese timbre que es puro fuego en Isolda en Turandot resulte helado- y el italiano defectuoso, sin embargo, Sutherland, a pesar de ser una Turandot enlatada, de ficción y de que no pronuncia muy bien el italiano, sí que me gusta. Pero ya tengo claro que los problemas entre Turandot, Nilsson y yo son nuestros, es ecir, míos. La verdad es que es un personaje que no me interesa mucho desde un punto de vista musico-vocal (dramáticamente tiene mucho jugo), si no fuera por In questa reggia, que es magistral... Otra aproximación al personaje que me interesa mucho es la de Caballé, me parece mucho menos de cartón-piedra y que casa mejor en el engranaje sonoro de la ópera. Igual es una barbaridad lo que digo, tipo las de ese chico que empieza por Ar y termina por ce teniendo en medio la sílaba sa. Es posible, de hecho no estoy muy seguro de lo que estoy diciendo, nunca lo estoy pero esta vez menos.
ResponderEliminarBueno... una cosa sí quiero decir, la Turandot de Nilsson apartada de la ópera, descontextualizada, sin ser una continuación de lo que venimos escuchando desde el inicio, como manifestación de su poderío vocal, me parece magistral.
ResponderEliminarA mi me parece muy convincente y muy buena la Turandot de la Borkh.Llega a todas las notas-lo que primeramente se le pide a la Turandot de turno-y luego, se le entiendo muy bien el italiano, con dicción menos pastosa que la Nilsson y que la Sutherland.Una voza potente y muy segura para la Turandot.¿Que se le pide a una cantante que cante Turandot? Y en cuando a interpretación,bueno, la Turandot no es un personaje que deje muchas posibilidades para interpretar, pero la Borkh la encuentro menos fria que la Nilsson , y casi tan poderosa como ella.Una de las mejores Turandot discográficas-me refiero en lo que se refiere a la encarnación de la princesa china sólamente-.
ResponderEliminarDel Mónaco es Del Mónaco.Con sus virtudes y con sus tosquedades, pero hace un Calaf heroico y muy fuerte y convincente.Y la Tebaldi, matrona y todo, canta Liu como los ángeles.La Voz de Ángel le llemó Toscanini-creo saber-.
Lo que me pone un poco nervioso es Erede y su afan por emplear mucho instrumentos "pseudoorientales" como esos tan repetidamente machacones "ging" que intercala a lo largo de la partitura.Y además es extramadamente lento,pesado.
Pero Borkh como turandot, un diez.Estupenda , por delante de las Marton , Dimitrovas y Caballes,ya que a las primeras supera en registro agudo-la marton y la dimitrova,ese era su punto flaco, su carencia de registro agudo extremo-y a la Caballé en potencia ,teniendo una voz tan femenina como la catalana.A parte de que la Caballé en París sobre todo en su "in questa reggia" descuida mucho la dicción e intercala inexplicablemente pianísimi que no entiendo a qué viene.Me refiero a el piano de "quel grido quella morte"