lunes, 31 de marzo de 2008

Fin de semana intenso: Cuarta de Mahler, Lieder de Strauss, Réquiem de Verdi en Les Arts

Este que termina ha sido un fin de semana intenso, en lo personal y también en lo musical. Pero nos vamos a centrar en lo segundo. Comenzó el sábado con la Orquesta de la Comunidad Valenciana, Ofelia Sala y Lorin Maazel y la Sinfonía núm. 4 de Mahler, 4 lieder de Strauss opus 68 (y no los cuatro últimos como deduje hace unas semanas al asociar el número cuatro con las palabras lieder y Strauss, el caso es que ya me extrañaba que Ofelia Sala se atreviera con estas obras para soprano lírica ancha o lírico spinto) y la Suite Der Rosenkavalier y finalizó el domingo con el Réquiem de Verdi con la misma orquesta y director, Micaela Carosi, Elena Maximova, Vittorio Grigolo, Rene Pape y el Coro de la Generalitat Valenciana.



Era la primera vez que escuchaba a Ofelia Sala en directo y no me defraudó, aunque su voz no es muy grande, el timbre es muy agradable, su estilo de canto pulido y musical, su articulación me pareció perfecta, requisito indispensable para afrontar las piezas del concierto del sábado, me sorprendió su dominio del alemán pues se sabía las piezas de memoria y no necesitó de la partitura. No es una cantante hecha para levantar pasiones, su baza está en el buen hacer, en la sinceridad, en la impecable factura antes que en el genio del intérprete. Pese a estar en su tierra no consiguió que el público se entregara incondicionalmente -seguramente porque el repertorio escogido era difícil para el gran público-, salvo un grupo de seguidores de la soprano que se empeñaron en aplaudir entre cada uno de los lieder o de los movimientos de la sinfonía de Mahler y que motivaron que el concertino, incluso la misma soprano, se dirigieran disimuladamente a ellos como pidiendo que cesaran los aplausos, en una de estas interrupciones Ofelia miró de reojo a Maazel como para ver la cara que ponía el maestro. Es lo que pasa cuando algún intérprete está en su tierra y acuden amigos, familiares o conocidos no habituales en las salas de concierto. La orquesta sonó estupendamente, como viene siendo habitual, pero en manos de Maazel parece que hay algo más, no sé si definirlo como complicidad, una especial comunicación o qué, un plus que hace que el resultado vaya más allá de una correcta ejecución, llamémosle duende. El concierto alcanzó su punto álgido con la suite Der Rosenkavalier que Maazel dirigió sin partitura, para mí fue un momento mágico que me situó al borde de la conmoción, viendo la reacción del público cuando terminó creo que no fui el único. Así que los verdaderos triunfadores de la noche fueron el director y la orquesta, creo que ya podemos decir que el público la siente como propia.

Al día siguiente tocaba el Requiem de Verdi, que finalizó en una gran ovación con el público puesto en pie. Hubo momentos de auténtica orgía sonora en el Dies Irae, la orquesta sonaba fortísimo y cada sección se distinguía con meridiana claridad, fue toda una experiencia. Si un cantante lo tiene bastante difícil en esta obra, esa es la soprano, que tiene que terminar con el Libera me y luchar para hacerse oír por encima del coro y orquesta, Micaela Carosi estuvo más que correcta pero no consiguió producir el efecto hipnotizador que había producido Julia Varady hace años en el Palau de la Música y que yo esperaba ayer que se repitiera como agua de mayo, el resto de los cantantes estuvieron también bien, destacando sobre todo el hermoso timbre y el buen hacer de Rene Pape. No me extiendo más porque Titus ha hecho en su blog una estupenda crónica que podéis leer AQUÍ.

Seguidamente un interpretación histórica, el 13 de abril de 1976, por un doble motivo: por la coincidencia en Salzburgo de la Filarmónica de Viena, Karajan y Caballé en el Requiem de Verdi y por ser el inicio de la fructífera colaboración del director con el entonces joven, pero no desconocido, José Carreras. El fragmento que se puede escuchar es el Libera me, domine de Caballé:





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Durante los próximos días 5 y 6 de abril tendrán lugar, bajo la presidencia de Maazel, las audiciones para cubrir seis plazas vacantes (2 violín, flautín, trompa, trombón y tuba) en la Orquesta de la Comunidad Valenciana, de los casi setecientos músicos que se han presentado el 70% son extranjeros, lo que puede dar una medida de la proporción de miembros nacionales y extranjeros que accederán a dichas plazas, salvo que se opte por puntuar la nacionalidad de los intérpretes.



1 comentario:

  1. Hombre, graias por lo de "estupenda crónica", a ver si ésta no me la plagian ;-)

    Lo de Caballé sí que es estupendo.

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