Podemos resumir el argumento de Luisa Miller en dos palabras: "Intriga y Amor" (Kabale und Liebe), así se titula la obra teatral de Schiller en la que se basa el libreto de Luisa Miller.
Rodolfo ha recibido la carta que Luisa se vio forzada a escribir de manos de un aldeano comprado por la pareja de malos, Walter y Wurm, y entra en los jardines del castillo con la carta en las manos. Hemos llegado al momento más famoso de toda la ópera, la estupenda aria del tenor "Quando le sere al placido". En el recitativo previo Rodolfo está indignado: la prueba de la traición de Luisa es evidente, su padre tenía razón, Luisa es oscura y embustera. Tras preguntarse dónde quedaron "los juramentos, las esperanzas, las dichas, las lágrimas, los sufrimientos" y reconocer que , "todo es mentira, traición y engaño" ,comienza el aria, caracterizada por una simplicidad y suavidad que contrasta con la agitación del recitativo que la precede, lirismo puro, y es que en este andante a Rodolfo le asalta la nostalgia, recuerda momentos pasados con Luisa en los que continuamente renovaban su promesa de amor y fidelidad y condena su traición.
Parece ser que al libretista, Cammarano, no le gustaba la idea de terminar el acto con un aria + cabaletta, afortunadamente Verdi se salió con la suya ¿Qué sería de Luisa Miller sin este aria de Rodolfo en este preciso instante? Antes de comenzar el recitativo llama a un criado y requiere la presencia de Wurm.
Ahora haremos una pausa para escuchar varias versiones del aria (Lauri-Volpi, De Lucia, Corelli, Bonisolli, Bonci, Alagna, Anselmi, Aragall, Del Monaco, Kozub -en alemán-, Pavarotti, Pertile, Domingo, Raimondi, Schipa, Villazón, Labò, Carreras, Bergonzi, Tucker y Álvarez) es de una simplicidad envenenada, exige tanta limpidez en la linea de canto, un canto tan puro y natural, a la vez que expresivo, que es capaz de sacar a relucir los defectos de cualquier tenor:
Aparece Wurm, recordemos que antes del aria Rodolfo lo había hecho llamar, de ahí que el final de ésta sea algo brusco, y, enseñándole la carta, éste lo desafía a un duelo. Le da una pistola, pero Wurm siente pánico, no contaba con la reacción de Rodolfo cuando conociera el contenido de la carta, lo sorprendente es que éste pretende que ambos mueran en el mismo acto, ¿en duelo y en el mismo acto? No tiene mucha lógica. Wurm, acongojadito -o mejor acojonadito- que está, dispara al aire. Alarmados por el ruido acuden los soldados y criados del castillo, Wurm aprovecha la confusión para tomar las de Villadiego. Rodolfo, al ver lo que ha pasado, pronuncia una frase que hoy podría parecer de un anuncio de un refresco, evidentemente en la época en que Cammarano escribió el libreto no tenía tales connotaciones: Codardo! L'ali ha viltade! que viene a decir algo así como "¡Cobarde! ¡La maldad tiene alas!".
Walter llega entretanto, Rodolfo cae a sus pies "¡Ah! ¡Padre mío!" mira lo desgraciado que soy, Luisa me ha traicionado. Tampoco salen las cosas como el padre había pensado: lo incita a vengarse de Luisa casándose inmediatamente con Federica, pero Rodolfo está demasiado desesperado para creer que es posible una vida sin Luisa, nuestro héroe sólo es capaz de ver dos opciones: o el altar con Luisa o la muerte. Así acaba el segundo acto, el padre pide a su hijo venganza mientras que éste pide la muerte, Wurm ha desaparecido presa del pánico.
Para concluir el acto con un mayor lucimiento del tenor, y paralela al aria que la precede, Verdi propone una cabaletta tan oportuna como espectacular, entre medias de ambos números los acontecimientos se desarrollan vertiginosamente.
Este último cuadro pasó como un suspiro. Nos vamos a estirar las piernas hasta que tenga lugar el tercer y último acto, todo está en el aire, puede pasar cualquier cosa, el espectador medianamente experimentado presiente que de todo este embrollo no va a salir nada bueno.
Escuchamos toda la escena en la grabación de Cleva, con Bergonzi, Tozzi y Flagello:
Me ha hecho mucha gracia la narración -anuncio de refresco incluido- pues es que da para mucho esta Luisa Miller.
ResponderEliminarMaac, la de Villazón no se escucha bien, al menos en mi equipo.
Está claro que este aria está en el top ten porque en ella está genialmente resuelto la progresión del drama; Con esos cambios tan espectaculares de ritmo, Verdi consigue que la música nos acerque al personaje, crea el ambiente en que resulta fácil comprender su estado de zozobra y desconcierto sentimental. De eso se quiere convencer él; ah ella me traicionaba, es aquello de no me lo puedo creer, pero es cierto...
Hay uno que me pone nerviosísima como la canta, no diré quién es por si tiene seguidores, pero rematadamente se pasa en las pausas, en las inflexiones llegando a lo histriónico, en lugar de lo dramático...está claro que para alguno un estado de confusión o desconcierto sentimental es igual a una angustía y desesperación permanente, pos para mi no, es a lo que se puede llegar pero no en lo que se está, una sútil pero importante diferencia ja ja ja...
Y aunque los tres primeros puestos son "de reclinatorio" hay dos que no sabría por cuál decidirme, cada uno en su interpretación personal, son realmente espectaculares...qué dos fieras, os dejo con la intriga...igual de emocionante que está la historia en este punto.
Que termineis de pasar un buen finde!
Solucionado el problema Villazón.
ResponderEliminar"Quando le sere al placido" es una aria emblemática dentro de la producción verdiana.
ResponderEliminarTremenda la selección que nos ofreces, me he quedado a cuadros cuando he visto a Kozub en la lista (el tenor en quien primero se pensó para Siegfried en el Anillo de Solti y el Erik de la famosa grabación del Holandés de Klemperer).
No los he escuchado a todos, aunque acabaré haciendo. Por supuesto, tengo mis preferencias entre las versiones que conozco: Bergonzi, Pavarotti, el aúrico Lauri-Volpi (lástima que grabara el aria recurriendo al falsettone que no viene a cuento en este repertorio), Tucker, aunque prefiera algo más de contención, Domingo me convence plenamente en esa grabación que supongo que es la de DG, Álvarez de los actuales, ect. En fin, son demasiados nombres como para hacer una comparación detallada. Gracias por incluir a tantos.
Assai, sé valiente y ¡CONFIESA TUS NOMBRES! :)
Ah, se me olvidaba: no estaría mal como homenaje a Raimondi reclamar la atención sobre su versión, que es estupenda. Ya he prometido a Papagena en su blog (aunque no haya aparecido aún el mensaje) que me preocuparé más por buscar grabaciones de Gianni Raimondi, pues hasta ahora lo he escuchado poco.
ResponderEliminarComo es un aria tan conocida ha sido fácil recopilar un montón de versiones, el problema llega a la hora de elegir una, hay verdaderas joyitas y dentro de estilos de canto divergentes, pensemos que algunos -Anselmi, Bonci y De Lucia- pertenecen al siglo XIX y conectan con la interpretación que se podría hacer en la época de Verdi, mientras que otros son totalmente actuales, también están representados los de la primera mitad del siglo XX y los de los sesenta y setenta, algunos con claras influencias veristas (Del Monaco, Corelli, Bonisolli), otros muy estilistas (Bergonzi) o de indiscutible belleza vocal (Pavarotti o Aragall). Y luego están los estilos personalísimos de un Pertile o un Schipa. Yo también le pediría a Assai que fuera más explícita.
ResponderEliminarPues fíjate que me ha sorprendido gratamente la versión de Bonisolli, más lírico y centrado que de costumbre.
ResponderEliminarMaac, lo de muy estilista, por Bergonzi ¿lo dices con un poco de frialdad o con veneración?.
Para mí Bergonzi, tratándose de Verdi, es lo máximo.
ResponderEliminarContinúo escuchando porque dándole vueltas al pinganillo que has puesto Maac, me he dado cuenta de que no había acabado, Ay Señor, está claro que estos inventos no son lo mio.
ResponderEliminarPues estoy escuchando y qué diferencia de ritmo la de Lauri-Volpi, la suya me parece una casi una napolitana, si le ponemos el guitarrino solucionado.. ja ja ja
Golaud, tengo incontinencia verbal pero no tanto...me vienen a la cabeza unos versos de Quevedo; no ha de haber un espíritu valiente, siempre ha de que pensar lo que se dice, nunca se ha de decir lo que se siente. Pues la respuesta es si; siempre o nunca depende el sentido de la oración ...ja ja ja.
Bueno, me voy a tomar un café y a trabajar, buena tarde a todos!