Desilusionado caminaba hacia el Palau de Les Arts -qué exagerado eres a veces maac-, con las críticas que había leído en algunos medios de comunicación de los que me suelo fiar no es para menos, entre ellas la del Sr. Brotons, "Mal está lo que mal acaba", que así se titulaba su artículo.
Aunque no me pillaba desprevenido la atención del Sr. Brotons por el detalle, ya que otras veces se trataba de la nota x en el compás x. Sí, Sr. Brotons, mal está lo que mal acaba y mucho peor lo que mal empieza. Dedicar la mitad de su espacio, y lo peor de todo, centrar su crítica, en la aparición de una nave espacial durante unos segundos es absolutamente desproporcionado porque en el Parsifal de Herzog ocurrieron muchas más cosas, éstas pudieron gustar o no: Le Gouverneur, un participante habitual en varios foros operístiscos españoles, señalaba el error de no hacer coincidir la destrucción del castillo de Klingsor con el momento musical adecuado; a Titus no le gustó nada la antenita parabólica girando durante todo el primer acto; Joaquim además odiaba esos corales de la escena de las Muchachas-Flor o el ballet de "sirenitas" de la misma escena, por no hablar de la mutación del cáliz en trofeo futbolístico. A mí, sin embargo, me encantó el Parsifal de Herzog, muy plástico, estilizado y con un uso de la iluminación realmente magistral y los defectos señalados se desvanecieron en el conjunto. No me pareció estático, la iluminación estaba cambiando constantemente, pero es que además, Parsifal no tiene por qué no ser estático. Un Parsifal ambientado en el Polo Sur tiene sus problemas, el principal en el tercer acto ¿Cómo es una primavera polar? La Nemeth fue una Kundry entregadísima , gritona como pocas y de graves inexistentes -no sé como por ahí van diciendo que es contralto-, excelente el Gunemanz de Stephe Milling, muy bien Evgeni Nikitin como Amfortas, sobre todo escénicamente, en lo vocal se hubiera agradecido más capacidad para el matiz y quizás menos patetismo, algún apuro pasó Ventris como Parsifal. Tengo ganas de ver ese segundo acto, muy bien resuelto, con la Urmana. Dudas sobre si Tsymbalyuk como Titurel o las Muchachas Flor iban amplificados -unos dicen que sí otros que no-, prestaré más atención el martes y quizás me extienda más y haga una crónica como Dios manda aunque no creo que haga falta porque difícilmente igualaría lo que ya han hecho otros: Si queréis leer dos estupendas crónicas sobre este Parsifal visitad los blogs de Joaquim y Titus. ¡Ah, que se me olvidaba lo más importante! Gracias Sr. Maazel por haberme hecho gozar como nunca. Me muero de ganas por repetir con Urmana como Kundry.
Aunque no me pillaba desprevenido la atención del Sr. Brotons por el detalle, ya que otras veces se trataba de la nota x en el compás x. Sí, Sr. Brotons, mal está lo que mal acaba y mucho peor lo que mal empieza. Dedicar la mitad de su espacio, y lo peor de todo, centrar su crítica, en la aparición de una nave espacial durante unos segundos es absolutamente desproporcionado porque en el Parsifal de Herzog ocurrieron muchas más cosas, éstas pudieron gustar o no: Le Gouverneur, un participante habitual en varios foros operístiscos españoles, señalaba el error de no hacer coincidir la destrucción del castillo de Klingsor con el momento musical adecuado; a Titus no le gustó nada la antenita parabólica girando durante todo el primer acto; Joaquim además odiaba esos corales de la escena de las Muchachas-Flor o el ballet de "sirenitas" de la misma escena, por no hablar de la mutación del cáliz en trofeo futbolístico. A mí, sin embargo, me encantó el Parsifal de Herzog, muy plástico, estilizado y con un uso de la iluminación realmente magistral y los defectos señalados se desvanecieron en el conjunto. No me pareció estático, la iluminación estaba cambiando constantemente, pero es que además, Parsifal no tiene por qué no ser estático. Un Parsifal ambientado en el Polo Sur tiene sus problemas, el principal en el tercer acto ¿Cómo es una primavera polar? La Nemeth fue una Kundry entregadísima , gritona como pocas y de graves inexistentes -no sé como por ahí van diciendo que es contralto-, excelente el Gunemanz de Stephe Milling, muy bien Evgeni Nikitin como Amfortas, sobre todo escénicamente, en lo vocal se hubiera agradecido más capacidad para el matiz y quizás menos patetismo, algún apuro pasó Ventris como Parsifal. Tengo ganas de ver ese segundo acto, muy bien resuelto, con la Urmana. Dudas sobre si Tsymbalyuk como Titurel o las Muchachas Flor iban amplificados -unos dicen que sí otros que no-, prestaré más atención el martes y quizás me extienda más y haga una crónica como Dios manda aunque no creo que haga falta porque difícilmente igualaría lo que ya han hecho otros: Si queréis leer dos estupendas crónicas sobre este Parsifal visitad los blogs de Joaquim y Titus. ¡Ah, que se me olvidaba lo más importante! Gracias Sr. Maazel por haberme hecho gozar como nunca. Me muero de ganas por repetir con Urmana como Kundry.
Hay que ver lo que es capaz de hacer una buena síntesis.
ResponderEliminarGracias por los buenos momentos pasados y felicidades por hacer de València un referente wagneriano.
Qué suerte poder repetir con la Urmana, ese segundo acto que te espera puede ser glorioso.
ResponderEliminarBuscarle defectos a este Parsifal son ganas de fastidiar, sencillamente. Ese segundo acto del pasado viernes fue sensacional, Tanto Nemeth como Ventirs lo dieron todo y Nikitin en el tercero estuvo arrebatador. La orquesta más poderosa imposible y Herzog vistió con grandeza una obra insuperable.
ResponderEliminarRepetimos el próximo viernes, y que se mueran los feos, hala, ya está bien de críticos cenizos.
Aunque con un poquito/bastante de retraso, me he leído la crónica y de verdad, me alegra muchísimo que la cosa saliera bastante bien y que lo pudieras disfrutar. :-)
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