Estos días he estado como loco buscando una versión de "Come scoglio" interpretada por Christa Ludwig, no sé qué es lo que me pasó, si fue en sueños o qué, pero estaba empeñado en que la había escuchado y que era espectacular, yo creo que tuve que soñarlo porque, más allá de una ligera evocación, recordaba haberla buscado, encontrado y escuchado. En el transcurso de los días este recuerdo ha ido desvaneciéndose, y es una pena porque si alguna vez lo soñé, debió ser un gran sueño.
Ludwig está catalogada como mezzosoprano dramática, pero como algunas otras ha coqueteado con papeles situados en la frontera con la cuerda de soprano dramática, incluso llegó a plantearse cantar Isolda o Elektra -los tres directores con los que más trabajó: Böhm, Karajan y Bernstein querían que lo hiciera-, espectacular es su grabación de la escena de la Inmolación de Brünnhilde o su participación en Salzburgo con La tintorera de Die Frau Ohne Schatten. Uno de los roles que llegó a cantar en escena es el de Ariadne auf Naxos. Seguramente la sombra de la desastrosa carrera de su madre, Eugenia Besalla, una mezzo que arruinó su voz cantando partes de soprano, planeó sobre la mente de Ludwig cuando decidió definitivamente abandonar su intento de afrontar roles sopraniles, de esta forma pudo prolongar su carrera durante más de cuarenta años, retirándose en 1994 en un estado vocal envidiable para su edad, sus recitales de despedida de Salzburgo y Viena así lo atestiguan.
Hoy traigo al blog su "Ein schones war", ya lo traje hace aproximadamente un año pero en una grabación en directo del Festival de Salzburgo de 1964.
Elektra, por el contrario, es un papel que no cantó nunca en el escenario, a pesar de ello, sí podemos disfrutar de la escena con Orestes (Walter Berry). en la que los dos hermanos se reconocen, desde mi punto de vista es uno de los dúos de mayor carga dramática, lirismo y perfección musical de la historia de la ópera, pero que si no reúne a intérpretes adecuados puede convertirse en un verdadero suplicio.
Cuando se trata de Ludwig no hay palabra que por pequeña o insignificante que sea pase desapercibida, la atención al texto es absoluta desde el principo hasta el final, con ella es fácil recrearse en cualquier momento y disfrutar:
Ludwig está catalogada como mezzosoprano dramática, pero como algunas otras ha coqueteado con papeles situados en la frontera con la cuerda de soprano dramática, incluso llegó a plantearse cantar Isolda o Elektra -los tres directores con los que más trabajó: Böhm, Karajan y Bernstein querían que lo hiciera-, espectacular es su grabación de la escena de la Inmolación de Brünnhilde o su participación en Salzburgo con La tintorera de Die Frau Ohne Schatten. Uno de los roles que llegó a cantar en escena es el de Ariadne auf Naxos. Seguramente la sombra de la desastrosa carrera de su madre, Eugenia Besalla, una mezzo que arruinó su voz cantando partes de soprano, planeó sobre la mente de Ludwig cuando decidió definitivamente abandonar su intento de afrontar roles sopraniles, de esta forma pudo prolongar su carrera durante más de cuarenta años, retirándose en 1994 en un estado vocal envidiable para su edad, sus recitales de despedida de Salzburgo y Viena así lo atestiguan.
Hoy traigo al blog su "Ein schones war", ya lo traje hace aproximadamente un año pero en una grabación en directo del Festival de Salzburgo de 1964.
Elektra, por el contrario, es un papel que no cantó nunca en el escenario, a pesar de ello, sí podemos disfrutar de la escena con Orestes (Walter Berry). en la que los dos hermanos se reconocen, desde mi punto de vista es uno de los dúos de mayor carga dramática, lirismo y perfección musical de la historia de la ópera, pero que si no reúne a intérpretes adecuados puede convertirse en un verdadero suplicio.
Cuando se trata de Ludwig no hay palabra que por pequeña o insignificante que sea pase desapercibida, la atención al texto es absoluta desde el principo hasta el final, con ella es fácil recrearse en cualquier momento y disfrutar:
Ariadne auf Naxos:
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