No fue una soprano de entreguerras en sentido estricto, pero sí tuvo en esa época su máximo esplendor. Tiana Lemnitz nació en Metz (Alemania) un 26 de octubre de 1897. Debutó en Heillbronn a la edad de 23 años cantando la Undine de Lortzing, durante los años veinte cantó en la Ópera de Aquisgrán -Aachen- (1922-1928), de allí pasó a Hannover (1928-1933) y finalmente a Berlín (1934-1957).
Dicen que no le gustaba viajar, fue soprano invitada en las óperas de Dresde, Viena, Munich y en Salzburgo -las crónicas todavía recuerdan su magnífica Agathe de Der Freischutz en el festival de 1939-, excepcionalmente visitó el Covent Garden (1936 -Eva y Oktavian- y 1938 -Eva, Oktavian, Pamina, Elsa y Sieglinde-), Montevideo y el Colón de Buenos Aires (Jenufa), pudo haber cantado en el Met antes y después de la Segunda Guerra Mundial, nunca cantó en EEUU: primero, temporada 1939-1940, canceló por culpa de la gran guerra y más tarde, a principios de los cincuenta, porque declinó la invitación.
Fue la primera soprano que grabó íntegro el papel de Pamina de La Flauta Mágica (Beecham, 1938).
Se despidió de la escena con el papel de la Mariscala (Der Rosenkavalier) -Berlín 1955-.
Dicen que no le gustaba viajar, fue soprano invitada en las óperas de Dresde, Viena, Munich y en Salzburgo -las crónicas todavía recuerdan su magnífica Agathe de Der Freischutz en el festival de 1939-, excepcionalmente visitó el Covent Garden (1936 -Eva y Oktavian- y 1938 -Eva, Oktavian, Pamina, Elsa y Sieglinde-), Montevideo y el Colón de Buenos Aires (Jenufa), pudo haber cantado en el Met antes y después de la Segunda Guerra Mundial, nunca cantó en EEUU: primero, temporada 1939-1940, canceló por culpa de la gran guerra y más tarde, a principios de los cincuenta, porque declinó la invitación.
Fue la primera soprano que grabó íntegro el papel de Pamina de La Flauta Mágica (Beecham, 1938).
Era la voz de Lemnitz, entre las sopranos líricas, una de las más hermosas que ha dado el siglo XX: pura, cálida, suave, aterciopelada.
De legendarios pianísimos, su estilo de canto era tan natural como refinado y expresivo, exquisita la forma de ligar las notas, sobre todo en el repertorio alemán -Mozart: Pamina; Weber: Agathe y las sopranos más líricas de óperas de Wagner y Strauss: Eva (Maestros cantores), Elsa (Lohengrin), Elisabeth (Tannhäuser), Sieglinde (La Walkyria), Oktavian y la Mariscala (Rosenkavalier), Arabella, Marie (Wozzeck)-.
Aunque también interpretó muchos roles no pertenecientes a otras escuelas operísticas, pero -o casi- siempre en alemán:
Euridice (Orfeo ed Eurydice de Gluck), Donna Anna (Don Giovanni), Cherubino y Condesa Almaviva (Le nozze), Micaela (Carmen), Mimì (La Bohème), Elvira (Ernani), Leonora (Il trovatore), Elisabetta (Don Carlo), Aida, Desdemona (Otello), Marenka (La novia vendida), Milada (Dalibor), Tatyana (Eugene Onegin), Jenufa...
También se dedicó al lied. En su concierto de despedida -Berlín 1957-, además de lieder de Brahms y Wolf, cantó los Wesendonck lieder de Wagner. La escuchamos en un muy vienés lied de Wolf, Die Kleine:
Falleció en Berlín a los 96 años, era un 5 de febrero de 1994.
No hay comentarios:
Publicar un comentario