sábado, 5 de septiembre de 2009

von Otter - La Bonne Chanson


Anne Sofie von Otter declaraba a Sebastian Spreng al ser preguntada sobre la amplitud de su discografía: "Es una de las facetas de mi carrera que más me fascina. Me gusta la tranquilidad, la concentración del estudio de grabación. Me da libertad, me permite explorar todas las posibilidades de una frase, de un color, es una tarea de laboratorio. Además puedo estar en jeans y zapatillas, cerca de mi casa, lejos de lo mundano de los centros musicales".

Y en 1994 grababa "La Bonne Chanson", un CD, que vio la luz en 1996 y que estaba dedicado a canciones francesas con acompañamiento de orquesta de cámara, recurrió a la ayuda de un conjunto compuesto por once instrumentistas y, una vez más, entre ellos estaba Beng Forsberg al piano.

En las notas al CD Benit Duteurtre justificaba la grabación diciendo que el programa elegido "pone en evidencia una preocupación común a distintos compositores franceses durante el período de gestación de la música moderna: la búsqueda de combinaciones instrumentales ineditas que sustituyeran la fórmula romántica de la melodía acompañada por el piano".

La primera obra seleccionada en el CD, si seguimos un orden cronológico, pertenece a Camille Saint-Saëns (1835-1920) "Une Flûte invisible" (1885), basada en un poema de "Les contemplations" de Victor Hugo es una sensual melodía para voz, flauta y piano con pretensiones descriptivas.


Gabriel Fauré fue alumno de Saint-Saëns y "La Bonne Chanson" (1895), un ciclo de canciones para voz solista y piano sobre poemas -nueve de los veintiuno que forman el ciclo- de Paul Verlaine (1844-1896), da título y cierra el CD. En abril de 1998, en un concierto privado dado en Londres, Fauré presentó una versión para piano y quinteto de cuerdas aunque parece ser que posteriormente declaró que prefería su versión original. El uso de distintos motivos musicales para unificar todo el ciclo y sus proporciones (22 minutos aproximadamente) ha hecho que se haya hablado del mismo como "una sinfonía vocal". Es un ciclo que tiene una característica común a muchas obras modernas, quizás las primeras veces se hace algo duro pero conforme más lo escuchas más gusta. Es algo también común a casi todas las obras del CD, son de difícil accesibilidad porque pierden la concreción en su tratamiento formal tendiendo a una elaboración contínua, todo está plegado a la prosodia francesa y a los matices del texto, se trata de sugerir climas, ambientes, colores, evocaciones poéticas.


Una de mis composiciones preferidas en este disco es la sensual "Chanson perpétuelle" (1898), la última obra completa que dejó Ernest Chausson (1870-1909). Está compuesta sobre un texto de Charles Cros (1842-1888), inventor de la fotografía en color y precursor del fonógrafo. La primera versión fue para voz solista, piano y orquesta, poco después realizó una segunda -es la que se utiliza aquí- en que la voz era acompañada por piano y cuarteto de cuerdas. Si no conocéis la versión de Maggie Teyte, os la recomiendo, está en Youtube. Esta obra tiene algo en su escritura vocal que una y otra vez termina recordándome a una mezcla entre Les nuits d'étè y Pelléas et Mélisande. Y lo que más me fascina es cómo va dosificando la intensidad hasta alcanzar el climax.

Con Maurice Ravel (1875-1937) y "Trois Poèmes de Stéphane Mallarmé: 1. Soupir; 2. Placet futile; 3. Surgi de la croupe et du bond" entramos en el siglo XX. Son composiciones para voz , flauta, piccolo, clarinete, clarinete bajo, cuarteto de cuerdas y piano, datan de 1913 y fueron dedicadas a tres compositores Igor Stravinsky (Soupir), Florent Schmitt (Placet futile) y Erik Satie (Surgi de la croupe...). La idea de tan inusual instrumentación surgió cuando Igor Stravinsky mostró a Ravel la partitura de sus "Poèmes de la lyrique japonaise" (1912-1913), cuya distribución, a su vez, derivaba de la que Schoenberg había utilizado en "Pierrot Lunaire" (1912). Ravel deseaba que las tres obras se interpretaran juntas en un "concert scandaleux", y estuvieron programadas para el 14 de enero de 1914, al final la obra de Schoengerg se sustituyó por los "Quatre Poèmes hindous: 1. Madras; 2. Lahore, 3. Bénarès; y 4. Jeypur." de Maurice Delage, que también forman parte del disco.

Maurice Delage (1879-1961) fue alumno y amigo de Ravel y sus "Cuatro Poemas Hindúes" (1912-1913) para voz solista, flauta, píccolo, oboe, cuerno inglés, clarinete, clarinete bajo, cuarteto de cuerda y harpa es su obra más conocida, en ella muestra influencias de sus viajes a Oriente, lo que se ha venido a llamar un "refinado exotismo". Escuchamos el segundo, Lahore: "Un sapin isolé se dresse" basado en un texto del poeta romántico alemán Heinrich Heine (1797-1856):

Un sapin isolé se dresse sur une montagne
Aride du Nord. Il sommeille.
La glace et la neige l'environne
D'un manteau blanc.

Il rêve d'un palmier qui là-bas
Dans l'Orient lointain se désole,
Solitaire et taciturne,
Sur la pente de son rocher brûlant.
Francis Poulenc (1899-1963) compuso en 1917 su primera obra -"la primera que quería escuchar, era la primera vez que había compuesto algo que me gustaba un poco. Odiaba todo lo que había hecho"- se trataba de "Rapsodia negra". Estaba dividida en cinco partes, dedicada a Erik Satie, escrita para barítono, flauta, clarinete , cuarteto de cuerdas y piano, basada en textos propios escritos en un lenguaje imaginario (según Poulenc el texto está extraído de una recopilación de poesías africanas: las Poesías de Makoko Kangourou), está formada por un conjunto de composiciones audaces y provocativas compuestas por un jovencito de dieciocho años que reaccionaba con su "escritura libre" frente al impresionismo y el amor por lo exótico o pintoresco que derivaba del romanticismo. Cuando Poulenc mostró la partitura a Paul Vidal, un prestigioso compositor del conservatorio, recibió la siguiente contestación: "el suyo es un trabajo sucio, una basura indescriptible, usted se está riendo de mí con todas estas mamarrachadas, ¿y qué es ese Honolulu? ¿una broma de mal gusto?, ya veo que va por el camino de Stravinski, Satie y esa pandilla... Bueno, buenas noches..."; sin embargo, obtuvo mucho éxito en su estreno.



Frank Martin (1890-1974) - Trois Chants de Noël, la última obra en sentido cronológico. Unas piezas compuestas en 1947 para flauta y piano sobre textos de Albert Rundhandt. Están dedicadas a la hija del compositor, que entonces tenía 15 años, de ahí que su escucha resulte fácil. Escuchamos "Les Bergers", una canción sencilla sin grandes pretensiones y con reminiscencias populares:




2 comentarios:

  1. Gracias Maac por toda la información que vas dando, tan precisa, sobre los compositores y poetas que canta von Otter. La canción francesa, a mi entender, se le da mejor que la canciones alemanas de Kurt Weill que, para mi gusto, suenan demasiado líricas y sin esencia alguna del inconfundible estilo que caracteriza el cabaret alemán. Lo mismo me pasa con Stemme. Sí, me quedo con Lemper.
    Saludos.

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  2. Sí,es evidente que Lemper es la especialista en Weill.

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