viernes, 20 de noviembre de 2009

Liguilla en Wartburg (16)



La soprano alemana KATHARINA FLEISCHER-EDEL (1873.1928), que ha obtenido 0 VOTOS,  cantó en Bayreuth los papeles de Elisabeth y Elsa en 1904, Brangäne y Sieglinde en 1906, y Sieglinde y Elsa en 1908. En el Met interpretó Elisabeth, Elsa y Brünnhilde en 1906. Poseía una magnífica voz lírica pero su capacidad escénica no era especialmente destacable. (Fuente: www.historicopera.com). Sin embargo el crítico del New York Times la definía de esta forma con motivo de las representaciones de Tannhäuser en el Met:
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SYLVIA SASS no es lo que se dice una soprano wagneriana, que yo sepa sólo ha cantado tres roles wagnerianos Gutrune, Freia y Eva, creo que nunca cantó Elisabeth en escena; sin embargo sí ha cantado bastantes protagonistas de óperas de Verdi, Puccini y veristas. Ha obtenido 5 VOTOS. Sass nació en Budapest en 1951 y estudió en la Academia de Música Húngara, debutando con veinte años en la Ópera Estatal de Budapest como Frasquita en “Carmen”, formando parte de la misma entre 1972 y 1979, años en los que interpretó roles como los de Desdemona, Donna Anna, la Condesa de "Le nozze", Mimì, Tosca, Leonora de “Il Trovatore”, Giselda de “I Lombardi”, y Norma. Desde 1975 visitó las principales casas operísticas internacionales: la ROH, Covent Garden (I Lombardi, La Traviata, Un ballo, Don Carlo, Norma), La Scala (Manon Lescaut, Il tabarro, Suor Angelica), el Met (Tosca), la Ópera de París (Roméo et Juliette), la Ópera de Viena, Hamburgo, Munich, el Bolshoi, Salzburgo, Aix-en-Provence. También fue destacada intérprete de Judith en "El Castillo de Barbazul" de Bartok y Salome de R. Strauss. Gracias a la mediación de Bernstein conoció personalmente a Callas, estuvo en su apartamento de París durante cinco horas, lo primero que le espetó la Callas fue: “Entonces… ¿tú eres la nueva Callas”. Y es que Sass tuvo la mala suerte de que los periodistas que habían asistido a su Traviata en el Festival de Aix-en-Provence  la denominaran “la nueva Callas”, al parecer eso no gusto mucho a la greco-norteamericana. Recoger el cetro de Callas era un buen reclamo para atraer al público –y Sass se ha aprovechado de ello durante toda su vida-, pero al mismo tiempo una manera de crear expectativas que podían verse frustradas, el establecimiento de un nivel de exigencia y un punto de comparación que no benefició a la soprano, no pudo escapar al modelo. A finales de la década de los ochenta su voz sufrió un profundo deterioro y abandonó los escenarios operísticos dedicándose a dar recitales, la enseñanza y la pintura.

Por lo tanto, la que pasa de ronda es la cantante núm. 45 con 11 VOTOS. En total he reunido 58 versiones y no os creeréis una cosa, pero es bien cierta, me falta la de una soprano que considero fundamental, a ver si antes de que acabe la primera fase la consigo. Y las siguientes son:







5 comentarios:

  1. Voto por la 46.La voz tenía unas características particulares.El grave era a veces semi-hablado y en cambio el agudo brillantísimo.Sabía dar un certero sentido dramático a todo lo que cantaba y escénicamente era una gran actriz.la 47 no me ha gustado demasiado:timbre poco agraciado y canto desangelado.La 48 tiene algo más de acolchamiento sonoro pero tampoco me convence. El agudo que es breve y totalmente calado va seguido de un curioso efecto que recuerda un poco un golpe de risa.

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  2. Un poco gallina sí que es la 48. Este grupo no está compensado, y ahora que he encontrado la versión que buscaba voy a tener problemas porque los últimos van quizás algo apretados. Ya veremos.
    La 47 falleció hace poco y alcanzó cierto renombre como Salome, yo intenté escucharla en este rol porque oírla no la oí, dijeron por megafonía que padecía una afección gripal, el caso es que lo único que se escuchaba era la orquesta, menos mal que era Strauss, siempre te puedes recrear en la música.

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  3. Pues en esta ocasión mi voto para la 47

    Y buenfinde!

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  4. A estas alturas de atracón dichteurehalliano, me cuesta discernir (eataba a punto d eponer digerir) entre la terna de propuestas.
    Se me está indigestando el fragmento y eso que lo tengo en gran estima, pero esa terna diaria, va a poder con mi paciencia.
    Después del luto pertinente, he vuelto tímidamente, a escuchar las propuestas, pero la mayoría de las veces no me acaban de convencer ninguna de las tres, por diferentes motivos, o quizás me bloqueo mentalmente y si la primera ya no es la buena, todas me parecen malas.
    A parte de una sesión de psicoanálisis, que no me vendría nada mal, para este y muchísimas otras patologías que vengo arrastrando últimamente, en el caso que nos ocupa y una vez descarta la 48, he decidido que ni la 46, ni la 47 me acaban de convencer, aunque la voz me interesa más la de la 46.
    Para que no sea dicho que estoy en una fase nihilista, que soy egocéntrico, un exaltado, permanentemente exagerado y no sé cuantas cosas más, votaré por la 46, pero es que si la comparo con la Lehmann me pondría a llorar.
    ¡Qué disgusto!

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