Seguro que algunos ya echaban en falta la presencia en esta serie de la gran soprano neoyorquina Beverly Sills, el suyo es un caso aparte e inclasificable dentro de las intérpretes de Lucia, seguramente es el timbre menos atractivo de cuantos han participado o van a participar en esta selección; sin embargo, en cuanto a inteligencia dramática a la hora de decir el texto, y técnica de canto debe estar entre las cantantes más sobresalientes de su generación. El problema que yo le encuentro a la Lucia de Sills, obviando las cuestiones tímbricas, es que el retrato de la desgraciada joven termina desdibujando ante tanta agilidad y dominio de la coloratura, y no sólo en lo dramático sino también en lo musical, Sills, sobre todo en la grabación que vamos a escuchar, se va por los cerros de Úbeda. Al mismo tiempo parece imposible no quedar impresionado por semejante capacidad de ascensión al agudo y despliegue de virtuosismo. Una de cal y una de arena. Existe una grabación comercial publicada en 1970 con Carlo Bergonzi como Edgardo y Schippers en la dirección en la que la soprano se muestra bastante más comedida y que en aquel momento fue pionera por la utilización de la "glass harmonica" en la escena de la locura. Sin duda alguna, a su manera, fue una de las grandes Lucias del siglo XX.
La escuchamos en una grabación efectuada en 1968 durante unas representaciones que suponían el debut de la cantante en el papel de Lucia:
BRAVAAA! La verdad es que la adoro y me lo paso pipa oyéndola, me peto de risa al ver el derroche de imaginación que tenía Beverly Sills a la hora de realizar ornamentaciones.Yo creo que la Lucia siempre ha llevado un componente de exhibición de la coloratura inapelable.Intentar convertir este fragmento en un "Mind und leise" a la belcantista sería un enorme error.Para mí Beverly Sills con una voz extraña y discutible es una de las cantantes más versátiles y con más talento que ha dado el siglo XX.
ResponderEliminarDe acuerdo contigo, Dandini. El exhibicionismo forma parte del belcantismo y por tanto, "quant més sucre, més dolç". Puede que tanta exhibición afecte al dramatismo de la escena, pero es que el dramatismo de Lucia es un dramatismo de cartón piedra, tampoco va a pasar nada porque se añadan unas notas. Otra cosa distinta sería ponerse a lanzar gorgoritos en un Wozzeck, pero en una Lucia, por mí, bienvenidos sean.
ResponderEliminarYo estoy en absoluto desacuerdo, lo que no quiere decir que no pueda disfrutar del arte de Sills.
ResponderEliminarTampoco coincido con los primeros comentarios. No digo que no se debe ornamentar en Donizetti, Bellini, etc. Pero disfruto de Sills más en óperas francesas u otras del fin del siglo XIX. En el belcanto romántico sus ornementaciones suenan a menudo más 1880 que 1830. Es mi modesta opinión...
ResponderEliminarSaludos desde Francia.
Totalmente de acuerdo contigo, Maac. A mí Beverly Sills me encanta, es una de mis sopranos preferidas, pero cuando se pasa de rosca puede llegar a irritarme.
ResponderEliminarYo soy partidario de que se cante lo que compuso su autor que para eso es su creador, los intérpretes son puros vehículos y cuando "Lucia" se canta EN SERIO, es una auténtico buen melodrama, cuando se incurre en las barbaridades que a algunos tanto gustan, puede llegar a hacerse odiosa e insoportable, al menos para mi paladar auditivo.
COLBRAN
Coincido con Colbran, si Lucia no fuera un auténtico buen melodrama nunca hubiera interesado a directores alemanes como Böhm, Karajan, etc. Por otra parte es la ventaja de obras maestras que se puedan disfrutar igualmente con matices diferentes.
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