No he sido nunca muy forofo de la música para orquesta de Richard Strauss, estoy convencido de que todo se debe a que se me atragantó Una Sinfonía Alpina hace bastantes años y desde entonces no me he preocupado de volver a escuchar su música orquestal; sin embargo, siempre he sido un fanático de sus óperas, que me gustaron mucho antes que Wagner, sobre todo Salomé, Electra, El caballero de la rosa y Ariadna en Naxos, y, también de sus lieder orquestales. Hace unas semanas comenzó a rondar por mi cabeza una cuestión, cómo era posible que me gustaran tanto los fragmentos instrumentales en las óperas de Strauss y no pudiera con su música orquestal, pensé que, siempre huyendo de los poemas sinfónicos como si fueran la peste, quizás no les había dado tantas oportunidades, seguramente ahora había llegado el momento de olvidarme de prejuicios y volverlos a escuchar. Entonces pasó lo que tenía que pasar, que me di cuenta de lo equivocado que estaba, hoy he estado escuchando "Ein Heldenleben" (Vida de héroe) y me ha dejado realmente impactado, si es que no está tan alejado de Mahler y además tiene el típico melodismo de Strauss, con su característica oleada de cuerdas solapándose a los vientos que alternan con momentos percusivos disonantes y otros de un particular lirismo, casi camerístico, y no es por recurrir al tópico del dominio de la orquestación pero es que es una realidad.
Os dejo un fragmento del tercer movimiento (Des Helden Gefährtin / La compañera del Héroe), aunque la obra se interpreta sin solución de continuidad, la interpretación corre a cargo de la Filarmónica de Berlín dirigida por Simon Rattle el 23 de septiembre de 2005:
Los enlaces para descargar la grabación de Rattle (viene con Shéhérazade de Ravel interpretada con Kozena):
ResponderEliminarhttp://rapidshare.com/files/231309875/BPO-Rattle-Ravel-Strauss.zip.001
http://rapidshare.com/files/231384551/BPO-Rattle-Ravel-Strauss.zip.002
Se unen con HJSplit
Es que si me llegas a decir que has escuchado "Ein Heldenleben" y no te había gustado, no te hubiese creido.
ResponderEliminarGracias por los enlaces. La versión de Rattle me parece muy notable.
Y la Shéhérezade es ya el complemento perfecto.
Coincidencias: Tras escuchar el estupendo fragmento que nos has dejado, me pongo a escuchar la versión de Rudolf Kempe, que me parece también una orgía, y me entero de casualidad que hoy hubiera cumplido 100 años(Kempe).
ResponderEliminarCreo que este movimiento y el primero son los que más me gustan. Parece que en cualquier momento va a aparecer la soprano, pero la verdad es que luego no se la echa en falta.
Puestos a citas que tampoco sé si son archiconocidas o no, Strauss comentó que Wagner era una cima insuperable, y que a lo más que podían aspirar tras él, era a ir más allá, rodeando la montaña. Y me parece muy ajustado a la realidad: No más alto, pero sí más lejos.
Me costó mucho elegir un fragmento, estuve a punto de poner el final. Tampoco conocía la cita de rodeando la montaña.
ResponderEliminarEl otro día os privaron de disfrutar de una de las obras maestras de Strauss, en realidad pienso que la mayoría de sus poemas sinfónicos lo son, y también creo que una vez que has decidido dejar de lado los por prejuicios, vas a amar tanto como sus óperas estos episodios orquestales que son parte fundamental y tan viva de su obra. El triunfante comienzo de Don Juan, el insólito amanecer de Así habló Zarathustra con el posterior y refulgente tema de los tramundanos, los maravillosos crescendos de Muerte y Transfiguración, la sutil ironía de los de los vientos en Las divertidas aventuras de Till Eulenspiegel, el violín sobrecogedor de Vida de Héroe… todo eso es también lo mejor de Strauss. La Sinfonía Alpina es un poema sinfónico muy distinto y debe ser por sus proporciones algo bestial en directo, así que te propongo que sigas con aquéllos y nos cuentes tus sensaciones en el blog.
ResponderEliminarMuy a cuento el recuerdo a Kempe, José Luís.
¡Cuánta belleza!
El día 28, dentro del Festival del Mediterráneo, tendremos Don Quijote y Vida de héroe con Mehta.
ResponderEliminarEl mejor aliciente para escuchar al Strauss sinfónico es acercarse a sus grabaciones de 1944, las cuales, a pesar del deficiente sonido, brindan un impacto inmediato en cuanto a estructura y expresión; una lección que hace ver a los directores actuales como almibarados e histríonicos en exceso
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