miércoles, 6 de abril de 2011

L'elis d'amore en Les Arts. Notas breves.


Parece que estas funciones de L'elisir d'amore que se están ofreciendo actualmente en el Palau de les Arts gustan más a los que esta ópera les aburre o deja indiferente que a los que nos gusta, lo cual no deja de ser paradójico. No hay muchas cosas que decir puesto que ya lo han dicho todo, y muy bien, tanto Atticus como Titus en sus respectivos blogs, eso no significa que esté de acuerdo con ellos en todo.
Comenzaré con la producción. Fresca, playera y muy mediterránea, me ha gustado mucho, a pesar de que hay algunas cosas, como siempre que se hacen adaptaciones, que chirrían, yo agradezco que se intenten actualizar óperas que hoy pueden parecer obsoletas al público más joven o menos iniciado, aunque también es verdad que algunos de ellos esperan encontrar precisamente el atractivo de lo original, puede incluso que les pueda parecer más exótico, no es mi caso. Situar la acción entre campesinos de una aldea del siglo XIX no molesta, puesto que es lo auténtico, pero hace que el espectador actual se acerque a la historia de una manera distante.

El problema lo he encontrado en parte del elenco vocal, sobre todo en la soprano protagonista, Aleksandra Kurzak, no me ha gustado nada,  ha mostrado un timbre desigual y bastante cacofónico, tampoco ha sido capaz de dejarse llevar por la melodía en los momentos de abandono, y eso cuando se canta Donizetti es imprescindible; ella solita se ha encargado de estropear todos los dúos en los que intervenía,  su dominio técnico para la plasmación de la coloratura me ha parecido su mejor baza  pero insuficiente para ocultar sus carencias de emisión; mejor el Nemorino de Ramón Vargas, eso no quiere decir que no me haya decepcionado, lo he encontrado frío e insulso, reservón, salvo en Una furtiva lacrima, ahí ha destapado el tarro de las esencias -a pesar de lo que me ha parecido un puntual y pequeñísimo accidente al intentar usar la media voz-, el timbre sigue siendo atractivo y hay que reconocer que ha sido el mejor con diferencia; Erwin Schrott como Dulcamara ha sido el único que ha reflejado fielmente lo que me esperaba, es decir,  una bonita voz que proyecta muy bien y un cantante que tiende a la sobreactuación y a los excesos, demasiado afán de matizar graciosamente, dudoso gusto y ganas de sentirse el protagonista, más le valiera dedicarse a cantar canónicamente porque presencia escénica y dotes interpretativas le sobran, no tendría que intentar rizar el rizo, es una pena porque podría hacer un perfecto Dulcamara; Fabio Capitanucci sin llegar a molestar no ha pasado de lo correcto. Irregular también he encontrado la dirección de Omer Wellber, sin ningún detalle de genialidad, que es lo que uno espera después de vendérnoslo como nos lo han vendido,  más bien todo lo contrario, sobre todo durante el primer acto ha habido momentos en los que solistas y coro iban por un lado y la orquesta por otro. Tampoco el coro ha tenido una de sus mejores noches, lo he encontrado chillón y mal empastado.

En fin, una función simplemente correcta que a mí no me ha parecido lo mejor de la temporada, me hubiera encantado tener a Machaidze -os aseguro que me acordé de ella en muchas ocasiones- junto a Vargas y Schrott, seguramente todo hubiera sido de distinta manera. Con ella todo se hubiera compensado y hubiéramos gozado de muchos momentos de auténtico bel canto.

Como me gusta ilustrar cada entrada con un fragmento relacionado con el tema en cuestión hoy he decidio poner un Youtube del dúo entre Adina y Nemorino en las voces de Renatta Scotto y Carlo Bergonzi:

9 comentarios:

  1. Hombra, Maac, poniendo ese video cualquier comparación con Les Arts suena a chiste.
    Para mí, posiblemente sean los mejores Nemorino-Adina.

    Yo también me acordé muuuuuucho de Machaidze, aunque, pese a que Kurzak me pareció lo más flojo del elenco, tampoco me dejó tan mala impresión como para fastidiarme la obra.
    Y Capitanucci me gustó también un poco más que a tí. Si puliese un poco su fraseo mejoraría mucho.

    Sí, es curioso lo que comentas de que los poco elisiristas hemos salido más satisfechos que los elisiristas convencidos. Posiblemente al esperar menos nos ha sabido mejor.
    De todas formas, el Vargas del estreno representó el 80% de mi satisfacción.

    Gracias por el enlace

    ResponderEliminar
  2. Coincido absolutamente con Atticus, solo que para mi Vargas fue mi única satisfacción. No quiero ni imaginarme lo que hubiese pasado si Vargas no hubiese estado reservon, quizá hubiese sido tremendo el jugar a apreciar diferencias entre el - Vargas- y el resto del elenco. Por otra Michieletto debe de sufrir una debe de sufrir una suerte de horror vacui porque esa playa parecía el metro en hora punta, entre tal gentío y además realizando tantas y tan diversas actividades, prestarle atención a los cantantes y concentrarme en sus voces supuso un esfuerzo arduo. Me pregunto si no podía haber elegido un tipo de playa que no se pareciera tanto a la de los Morancos. En síntesis Maac, tus apreciaciones me parecen acertadisimas y coincido en mucho con ellas

    ResponderEliminar
  3. A mí tampoco me gustó lo más mínimo la Kurzak, pero Capitanucci algo más, al menos no tiene una voz desagradable. Coincido respecto a Wellber, que nos lo vendieron como un genio en ciernes y en este título no ha pasado de una dirección rutinaria.

    Assai, la playa es tan de los morancos como la obra, para mí Michieletto le pilló el punto perfectamente. Es más, yo habría puesto más moranquismo, incluso habría asado sardinas en el escenario para crear ambiente y perfumarle el visón a más de una.

    ResponderEliminar
  4. Gracias por vuestros comentarios, Atticus, Assai y Titus. El único problema de Bergonzi le viene por el lado del color, no da con la imagen de jovencito ingénuo, es un verdadero problema dado el carácter bufo que se supone debe tener el personaje, por lo demás es modélico y hay ue decir que esforzarse en aligerar el tono se esfuerza. A mí es que Bergonzi me gusta en todo su repertorio típico.

    ResponderEliminar
  5. Imperator, qué barbaridad, a mi me daba sofoquina tanta gente, por momentos llegó a ser insoportable. Pensé que entre tanto barullo igual me salpicaba cualquier cosa : un pelotazo, una papelina, un plato de paella... Sigo pensando que pecó de exceso, y es una pena que distrajera tanto, a mi me molestó.

    Lo único que eché en falta en esa playa en hora punta, es esa abuela vestida de negro de los Morancos. Esa que se metía en el agua hasta la altura de los calcetines de media y ya instalada allí y con un desespero de hambre playera decía aquello de :"Sal de agua, que te he dicho que salgas del agua Jennifer de los co****..." Y nada todos repicándole que venimos de segar, tan ricamente...


    Pues para mi que Bergonzi da un Nemorino de carácter incluso y a pesar de sus esfuerzos de aligeración. Resulta impensable atribuirle con esa maravillosa voz y ese elegante fraseo las cualidades principales del personaje: ingenuidad y simpleza... es un Nemorino de lujo.


    Por cierto Maac ¿Te has conformado con un plato de sopa playera, o has repetido? A mi para no gustarme excesivamente esta obra me tomé tres Nemorinos y en la última se produjo el milagro....¡Conseguí despegarme la arena playera y disfrutar del canto de Vargas!

    ResponderEliminar
  6. Debe ser una de esas playas en las que tienes que ir a las seis o las siete de la mañana a plantar la sombrilla para coger sitio.
    No, con un Elisir voy más que servido, lo que me da miedo es cuando lleguen Tosca y Fidelio, sobre todo Fidelio.

    ResponderEliminar
  7. No estoy de acuerdo con que Nemorino sea un personaje buffo ni con que Bergonzi no dé con el carácter. Aquí lo que tiene que primar es un canto natural y lleno de claroscuros y sutilezas y esto lo cumple perfectamente Bergonzi sin pretensiones de revestir el personaje con facetas que no tiene. Con su claridad de exposición, su fraseo cuidadísimo pero nada rebuscado, sino fresco y natural, y dulce en acentos, da en el clavo a la hora de buscar el carácter sencillo e ingenuo del papel.

    ResponderEliminar
  8. Sencillo sí, puede que ingenuo también, pero no es un Nemorino juvenil, es una cuestión tímbrica, de color; sin embargo Pavarotti sí que tiene un timbre ideal para el personaje, incluso Alagna, Bergonzi, con toda su maestría, tiene esa pequeña desventaja, lo que en vez de restar méritos a su interpretación la engrandece todavía más.

    ResponderEliminar
  9. Bueno, cedo en lo de "juvenil" :)

    ResponderEliminar