Quizás el cantante más famoso de toda la historia de la ópera sea
Carlo Broschi, más conocido como
Farinelli. Cuando ya era una rutilante estrella, a punto de cumplir treinta años, trabajó durante tres temporadas en la
Ópera de la Nobleza (Opera of the Nobilty) de Londres, después abandonaría los escenarios operísticos entrando al servicio de la corte española. Cantó por primera vez en Londres a finales de 1734 en
Artaserse, un
pasticcio efectuado con música de Hasse, Porpora y Carlo Broschi (el hermano de Farinelli), estuvo acompañado en escena por otro gran castrado,
Senesino y por una de las sopranos del momento,
Francesca Cuzzoni. Afortunadamente podemos escuchar una de las arias que interpretó Farinelli en su presentación londinense y hacernos una idea de sus cualidades vocales, principalmente la facilidad para las ornamentaciones, extraordinario fiato y su capacidad para ascender al agudo.
Julia Lezhneva con sus extraordinarias facultades da una buena muestra de ello.
Hacía bastante tiempo que los londinenses iban detrás de Farinelli, pero, al parecer, éste no estuvo interesado en actuar en la capital inglesa por motivos económicos, pensemos que estamos hablando seguramente del cantante mejor pagado de su época. Tanto insistieron los enviados de la nobleza londinense que al final Farinelli terminó firmando un contrato con una retribución de 1.502 guineas al año más las ganancias que se obtuvieran en una función que se organizaría en su propio beneficio, y además una compensación para los gastos de viaje y manutención. De este modo Farinelli se integró en el proyecto de la Ópera de la Nobleza (Ópera of the Nobility) que, con el apoyo del
Príncipe de Gales, hacía un año que había comenzado y se convertiría, si no lo era ya, en rival de la compañía de
Haendel, desde luego estaba en una situación más ventajosa: tenía el mejor teatro (el King's Theatre, Haymarket, que habían arrebatado al compositor sajón al expirar el contrato que tenía con el teatro) , el mayor número de abonados, los mejores cantantes que habían trabajado antes con Haendel y el castrado más famoso del momento, Farinelli, El público inglés cayó cautivado inmediatamente por su encanto personal y condiciones vocales. Sin embargo, Haendel sacó dos ases de debajo de la manga, el primero de ellos fue
Ariodante y el segundo
Alcina, ambas óperas estrenadas en el joven Covent Garden, pero esto ya forma parte de otra historia.