miércoles, 28 de enero de 2015

Fotos que me gustan (5). Estreno en La Scala y Dúo de Lohengrin

"Premiere at La Scala, Milan". Allfred Eisenstaedt (1934)

Alfred Eisenstaedt igual no os suena de nada, a mí hace un par de semanas tampoco, pero resulta que este señor, nacido en lo que antes era Prusia y ahora es Polonia, es autor de una de las fotografías más famosas de la Segunda Guerra Mundial, y esa imagen sí os sonará mucho. Nacionalizado estadounidense, Eisenstaedt trabajó en la revsita Life entre 1936 y 1972, fotografiando a celebridades como Sofia Loren, JFK, Mussolini, Hitler, Einstein o Clinton.




¿Y qué fotografía es esa que se hizo tan famosa? Pues la del beso del marino y la enfermera en Times Square el 14 de agosto de 1945, durante la celebración del fin de la guerra tras la victoria americana sobre Japón. Lo mejor de todo es que la pareja no se conocía, esa acción fue fruto de la espontaneidad del marino, ella se dejó  besar "porque había estado en la guerra, luchando por todos nosotros," y se sintió  "feliz de hacerlo", parece ser que el chaval iba intentando besar a toda mujer que tropezaba en su camino, el fotógrafo lo contaba así: “Él estaba caminando y agarrando a cualquier chica que se cruzaba, no importaba si eran viejas o jóvenes, delgadas o gordas. Sin embargo yo no estaba satisfecho con ninguna de esas imágenes. Entonces de repente vi algo blanco que se afianzó, me volví y presioné el botón de el obturador en el momento exacto en que el marinero dio un beso a la enfermera". La fotografía fue portada de la revista Life. Eisenstaedt consiguió que sus fotografías ocuparan más de 80 portadas en esta revista..

Una fotografía no tan famosa, aunque sí conocida,  es la titulada "Estreno en La Scala de Milán", Eisenstaedt declaró después que la aparición de esa muchacha fue fruto de la casualidad y que, seguramente, si ella no hubiera estado ahí la foto no hubiera tenido casi ninguna repercusión. Es la clásica fotografía sobre la que se pueden encadenar múltiples interrogantes y sobre la que un escritor del estilo y la talla de Javier Marías haría un ejercicio de estilo deslumbrante: quién es esa joven, qué le están diciendo, por qué va vestida así, de qué ópera será el programa de mano, no sabemos sí había asistido sola o, por el contrario, con uno o varios acompañantes, si es aficionada o acaso cantante,  si tendría algún título nobiliario y si esstaría interesada en la ópera sólo como acontecimiento social, cuáles serían sus secretos.... Las preguntas que podemos hacernos a la vista de la muchacha fotografíada en la Scala por Eisenstaedt son innumerables, por eso nos atrae, es la atracción por lo desconocido, un camino que se nos abre para la fabulación o, incluso, la investigación, es la seducción de la necesidad de saber, pero lo mejor que nos puede pasar es seguir ignorándolo, sólo así la seducción permanecerá casi intacta durante más tiempo.

Con Lohengrin se inaugurabala temporada 2012-2013 de La Scala de Milán con la mejor pareja protagonista que hoy pensarse pueda (lástima que Harteros canceló, aunque cantó en algunas representaciones posteriores) bajo la batuta de Daniel Barenboim, una de las premières más interesantes de los últimos años:

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