viernes, 21 de diciembre de 2007

Schwarzkopf, una soprano straussiana.

Elisabeth Schwarzkopf fue también una gran soprano straussiana, dejando de lado su labor tanto en los lieder al piano como los orquestales, tres fueron los papeles en los que destacó: Ariadne en Ariadne auf Naxos -sólo en el estudio de grabación pues nunca lo cantó en escena, quizás le venía un poco ancho-, la Mariscala en Der Rosenkavalier y la Condesa Madeleine en Capriccio.

Ariadne auf Naxos, conoció dos versiones (1912 y 1916). Sigue la fórmula del teatro dentro del teatro, que ya se había empleado desde el Barroco. Y de alguna manera hay muchos paralelismos con lo barroco en esta obra: el uso del recitativo y los números cerrados -dentro de un discurso musical continuo, aunque parezca paradójico-, la presencia de una orquesta reducida, personajes de la ópera seria y de la bufa -con un aria de coloratura: "Grossmächtige Prinzessin"- (Zerbinetta), la llegada de Bacchus procedente del cielo.

Vamos a escucharla en el aria de Ariadne: "Es gibt ein Reich". En un palacio vienés comienza una representación, en el escenario vemos una isla desierta, en ella está Ariadne, tres ninfas (Najade, Dryade y Echo) se comparecen de su soledad, parece dormida pero, no, está llorando, Teseo la ha abandonado:



Ariadne:

Hay un reino donde todo es puro;
tiene un nombre: el reino de los muertos.

(Ariadne se va incorporando poco a poco)

¡Aquí no hay nada que sea puro!
¡Todas las cosas se mezclan entre sí!
Pronto llegará un mensajero,
a quien llaman Hermes.
Con su caduceo
gobierna las almas
como pájaros ligeros,
como hojas secas
le siguen a donde va.
¡Hermoso dios pacífico!
¡Mira! ¡Ariadne te espera!
Ah, el corazón debe quedar purificado
de todos esos sufrimientos feroces;
entonces tu rostro me hará una seal
y tus pasos sonarán ante mi cueva,
la oscuridad caerá sobre mis ojos
y tu mano estará sobre mi corazón.
En las hermosas ropas de gala
que me dio mi madre,
envolveré mi cuerpo;
mi tumba será la tranquila cueva.
Pero silenciosamente mi alma
te seguirá como a su nuevo dueño,
como una hoja ligera en el viento,
te seguirá arriba y abajo con alegría.
La oscuridad caerá sobre mis ojos
y sobre mi corazón,
mi cuerpo se quedará
cubierto de joyas y totalmente solo.
Tú me liberarás,
me devolverás a mí misma
y esta vida que me oprime
arráncala de mí.
Me perderé por completo en ti
y en ti seré otra vez Ariadne.

1 comentario:

  1. La Ariadne de la Schwarzkopf, como su Mariscala, la Condesa Madeleine o la Arabella permanecen y permanecen. Ya pueden venir cantantes excelentes y exquisitas, que ella no se como se lo hace que está un peldaño por encima.
    EXCELSA

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