Consultando la Web del Palau de la Música de Valencia para ver si existía alguna posibilidad de hacerme con una entrada para el recital de Bartoli el próximo día 14 -me temo que ninguna- me he tropezado con que el próximo 13 de junio Montserrat Caballé ofrecerá un concierto en el citado auditorio, quiero pensar que estamos ante la despedida de la soprano de un público que la ha apreciado mucho desde siempre y de una tierra que sé que ella también aprecia de corazón, pues su madre y sus abuelos eran de Xàtiva.
Lo siento Montserrat, no asistiré a ese concierto , tú ya estás en mi memoria, te vi muchas veces por televisión de niño, cuando retransmitían las óperas los sábados por la tarde por la segunda cadena, en los primeros discos que compré tú eras uno de mis referentes, ante la ignorancia sobre qué versión elegir adquirir la de Caballé siempre era una garantía, después te vi también a horas intempestivas cuando la ópera casi desapareció de la televisión. Llegué tarde para verte sobre un escenario operístico, tuve suerte de poderte escuchar en directo en un concierto en los años ochenta. Nunca entenderé tu empeño en cantar Isolda o en volver a Medea, pero no te lo tengo en cuenta. Tú imagen ya está grabada en mi corazón, en mi retina y en mi mente, vendrá conmigo allá donde esté.
No iré a despedirte, permaneceré en casa, igual escucho alguno de tus discos, igual no, me quedaré con la Caballé de mis recuerdos y de mi imaginación, no quiero una Montserrat Caballé de sombras, quiero a la Caballé de la luz, de increíbles filados, la de la voz de terciopelo. No te juzgo, a saber cuál será la motivación que te ha hecho seguir y seguir sobre los escenarios más allá de lo necesario, seguro que la hay, y me temo que no es musical, eso tú lo sabes, y yo lo respeto.
Lo siento Montserrat, no asistiré a ese concierto , tú ya estás en mi memoria, te vi muchas veces por televisión de niño, cuando retransmitían las óperas los sábados por la tarde por la segunda cadena, en los primeros discos que compré tú eras uno de mis referentes, ante la ignorancia sobre qué versión elegir adquirir la de Caballé siempre era una garantía, después te vi también a horas intempestivas cuando la ópera casi desapareció de la televisión. Llegué tarde para verte sobre un escenario operístico, tuve suerte de poderte escuchar en directo en un concierto en los años ochenta. Nunca entenderé tu empeño en cantar Isolda o en volver a Medea, pero no te lo tengo en cuenta. Tú imagen ya está grabada en mi corazón, en mi retina y en mi mente, vendrá conmigo allá donde esté.
No iré a despedirte, permaneceré en casa, igual escucho alguno de tus discos, igual no, me quedaré con la Caballé de mis recuerdos y de mi imaginación, no quiero una Montserrat Caballé de sombras, quiero a la Caballé de la luz, de increíbles filados, la de la voz de terciopelo. No te juzgo, a saber cuál será la motivación que te ha hecho seguir y seguir sobre los escenarios más allá de lo necesario, seguro que la hay, y me temo que no es musical, eso tú lo sabes, y yo lo respeto.
Bravo Caballé i Bravo maac por la dedicatoria de corazón y sincera y por la decisión absolutamente razonable frente a un concierto que no debería celebrarse.
ResponderEliminarLo de Depouis le jour es de las cosas grandes, pero grandes de verdad, que ha grabado la SEÑORA. Pero es que tiene tantas....
Qué inmensa la Caballé, pero qué maravillaaaaaaaaaaa!!!
ResponderEliminarCoincido contigo en que saber decir adios a tiempo es una virtud, pero si no es así, lo mejor que puede hacerse es quedarse con lo mejor de Caballé, con aquellas interpretaciones que la hicieron célebre, que son muchísimas. Sus razones tendrá para seguir en la brecha pero yo tampoco iria a ese recital.
ResponderEliminarEntre todo lo que me he perdido estos días, reparo en este post antes que desaparezca de la página. Hay que detenerse con calma antes cosas tan bellas como ésta: la versión de Caballé es insuperable. Y tu palabras, muy emotivas.
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