viernes, 7 de noviembre de 2008

Génesis y difusión de Luisa Miller

Para unos Luisa Miller representa el fin de la primera fase en la carrera del compositor, la de los "años de galera", para otros en la obra de Verdi no hay fases sino una evolución constante de una a otra ópera, siendo Luisa Miller su primera ópera "burguesa" junto con Stiffelio, La traviata y Falstaff, en la que conviven elementos tradicionales que miran a Donizetti, Rossini y Bellini y con otros más novedosos -el tercer acto principalmente-. Como comprobaremos más adelante la primera idea de Verdi y Cammarano no fue estrenar una ópera sobre este drama burgués pero las circunstancias les llevaron a ello.



Salvatore Cammarano (1801-1852), pintor, poeta y libretista, ya había trabajado con Verdi antes de Luisa Miller en dos óperas: La Battaglia di Legnano y Alzira, después colaboraría en Il Trovatore, que quedó inacabada por la prematura muerte del escritor a los cincuenta y un años, tuvo que ser terminada por Leone Emanuele Bardare. Verdi también había confiado a Cammarano el proyecto de escribir el libreto de una ópera, que nunca fue compuesta, basada en El rey Lear de Shakespeare. Aquél era un libretista experimentado y de éxito, había escrito libretos para Mercadante (La vestale, Orazi e Curiazi y Medea, entre otras), Pacini (p.ej: Saffo) y Donizetti (Lucia di Lammermoor, L'assedio di Calais, Belisario, Pia de'Tolomei, Roberto Devereux, Maria de Rudenz, Poliuto y Maria di Rohan), sin embargo sus dos primeras colaboraciones con Verdi habían sido dos grandes fracasos. Luisa Miller no correría mejor fortuna, el 8 de diciembre de 1849 la acogida del público fue más bien tímida, sobre todo el tercer acto, curiosamente es el que hoy más se valora, en las siguientes representaciones fue mejor recibida pero tampoco como para lanzar cohetes.

En 1848 el Teatro San Carlo de Nápoles había cambiado de dirección y pedía a Cammarano que escribiera un nuevo libreto para estrenar pronto una ópera. Éste escribió a Verdi una carta que decía: "Tended una mano de socorro a un artista, a un padre de familia... Con el corazón inundado de lágrimas, de rodillas como en presencia de Aquél que concede todo don, mis hijos y yo mismo, esperamos esta gracia..." No era como para tomárselo en broma, pensemos en que Cammarano tenía seis hijos, Verdi accedió a ser contratado por el Teatro San Carlo -lo que da una idea de la buena situación económica que comenzaba a tener el compositor- y le pidió un libreto que fuera "breve, con mucho movimiento y todavía más pasión". Verdi sugiere componer una ópera titulada L'Assedio di Firenze basada en una novela histórico-popular de Domenico Guerrazzi, pero el proyecto no superó la prueba de la censura napolitana así que la siguiente opción fue Kabale und Liebe de Schiller, obra sobre la que anteriormente había estado interesado el malogrado Bellini. No cabe duda de que los dos temas sobre los que gravita Kabale und Liebe: la denuncia de un orden político-social injusto y una historia de amor tan apasionada como trágica, interesaban al compositor.

Es curioso, Cammarano es de los pocos libretistas que fueron capaces de influir en las decisiones de Verdi sobre el desarrollo de las óperas en que colaboró y no se limitó a ser uno de sus "secretarios" como alguno denomina a los libretistas que trabajaron con Verdi hasta ese momento, así lo atestigua la correspondencia entre ambos. Realizó numerosos cambios respecto al original de Friedrich Schiller (1759-1805), muchos se lo echan en cara, pero en la situación de censura en la que se encontraban es lógico que se suprimieran referencias a la lucha de clases, así como que se sustituyera el cargo de Presidente por el de conde para que en Nápoles se comprendiera mejor, o que se cambiara el nombre de Ferdinand -que era el del rey- por el de Rodolfo. También se suprimieron personajes por cuestiones de economía que impone el propio formato operístico y se sustituyó la profesión de Miller -músico- por la de soldado en la reserva. A Verdi le hubiera gustado que Lady Milford - Federica en la ópera- hubiera tenido mayor desarrollo dramático, muchos echan la culpa de que no lo tuviera, una vez más, a Cammarano, pero el San Carlo de Nápoles no estaba en condiciones de garantizar la presencia de la cantante que tal desarrollo hubiera exigido, así lo reconoce Verdi en una carta a su libretista el 17 de mayo de 1849.

Cuatro óperas de Verdi están basadas en obras de Schiller (Giovanna d'Arco, basada en Die Jungfrau von Orléans; I Masnadieri, basada en Die Räuber, Luisa Miller y Don Carlos), lo que representa algo más del 14% de su producción, cifra que no está nada mal si la comparamos con las tres basadas en Shakespeare (Macbeth, Otello y Falstaff), su autor preferido, que representan el 12,5%. Entre ambos autores abarcan más de la cuarta parte de la producción verdiana. Schiller, como Cammarano, murió prematuramente, apenas traspasó el siglo XVIII, es junto con Goethe, el máximo representante literario del movimiento alemán conocido como "Sturm und Drang". En Kabale und Liebe, escrita en 1782 con veintitres años y cinco años antes de la Revolución Francesa, preconiza la libertad del individuo y el fin de las desigualdades sociales. Se estrenó en 1784 en Mannheim y tuvo un éxito apoteósico porque era lo que una sociedad que intentaba escapar de las ataduras feudales demandaba en ese preciso momento.



EL RECORRIDO DE LUISA MILLER POR ESOS MUNDOS DE DIOS:

Llama la atención lo rápido que se estrenó Luisa Miller en tres ciudades peninsulares: Madrid, Lisboa y Barcelona, en 1951 -es lo que tiene escribir las entradas con sueño, te retrasas 100 años sin darte cuenta, quise decir 1851-, en el mismo año que se estrenó en Milán. El estreno absoluto tuvo lugar en Nápoles en diciembre de 1849 y al año siguiente la ópera visitó Malta. En 1852 llegaría a Viena y París; Constantinopla, Río de Janeiro y Bucarest la vieron en 1853; durante 1854 volvería a cruzar el charco tocándole el turno a Buenos Aires y Nueva York; San Petersburgo en 1957 y a Londres no llegaría hasta 1858.
En Milán se repuso en 1902 bajo la batuta de Toscanini, no volvería hasta 1969 con Molinari-Pradeli y en 1976 con Caballé, Pavarotti y Cappuccilli con dirección de Gavazenni - afortunadamente hay testimonio discográfico de estas representaciones-.
En Roma se repuso en 1938 con Lauri Volpi como Rodolfo y Maria Caniglia como Luisa, dirigía Tulio Serafin, en 1949 con un reparto similar y dirección de G. Santini y en 1963 con A. Stella., G. di Stefano, C. MacNeil y O. Domínguez.
Reparto de lujo el que tuvo su reposición en el Met el año 1929: Rosa Ponselle, Giacomo Lauri-Volpi, Giuseppe de Luca y Tancredi Pasero bajo la dirección de Tulio Serafin. Después, en 1968: M. Caballé, R. Tucker, S. Milnes, G. Tozzi y E. Flagello alternándose en la dirección Schippers y Cleva -afortunadamente también hay testimonio discográfico de estas representaciones-.
Al Teatro del Liceu de Barcelona volvió en 1972 con Caballé y Carreras en los roles protagonistas.


Y para ilustrar la entrada un vídeo de una de las últimas grandes intérpretes del papel de Luisa, Aprile Millo:





2 comentarios:

  1. Gracias Maac por toda la información que pones a nuestra disposición en tu blog. Lo sigo con asiduidad.
    Anillo

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