viernes, 2 de enero de 2009

Aproximándome a "El rey que rabió"


No voy a dedicar muchas entradas a El Rey que Rabió, el próximo espectáculo del Palau de les Arts, programado dentro de las celebraciones del centenario de la muerte del alicantino Ruperto Chapí, aniversario que tendrá lugar el próximo 25 de marzo. El próximo viernes, 9 de enero, tendrá lugar en el Saló del Turia del Palau de les Arts una conferencia -"Ruperto Chapí. Cien años de memoria"- a cargo de la musicóloga Ana Galiano, también hay programado un concierto el día 12, una mesa redonda el 13 y funciones didácticas para estudiantes, recomiendo visitar la página de Les Arts para más información. En la barra lateral, mientras que la zarzuela esté programada, también habrá información para los que la busquen, esta vez no tengo previsto efectuar una guía de audición.

No soy muy aficionado a la zarzuela pero procuro no tener prejuicios cuando se me pone una delante de las narices. He comenzado a escucharla con el número que creo es más famoso, el coro de doctores "Juzgando por los síntomas". La situación en la que tiene lugar es muy divertida, en la corte se cree que el rey, que está desaparecido, ha sido mordido por un perro y pudiera ser que hubiera contraído la rabia. Como el monarca está en paradero desconocido la única forma de diagnosticar si el perro tiene y ha contagiado la enfermedad es llevar al animal al palacio real para ser examinado por los reales doctores. Y así se hace, con el resultado que veréis:



Los intérpretes son la Orquesta Lírica Española y el Coro Cantores de Madrid bajo la dirección de Federico Moreno-Torroba en la grabación de la zarzuela publicada por EMI en 1969.

DOCTORES

Juzgando por los síntomas
que tiene el animal,
bien puede estar hidrófobo,
bien no lo puede estar,
y afirma el gran Hipócrates
que el perro en caso tal
suele ladrar muchísimo
o no suele ladrar.

Con la lengua fuera,
torva la mirada,
húmedo el hocico,
débiles las patas,
muy caído el rabo,
las orejas gachas ...
Todos estos signos
pruebas son de rabia;
pero al mismo tiempo
bien puede probar
que el perro está cansado
de tanto andar.

Doctores sapientísimos
que yo he estudiado bien
son, en sus obras clínicas,
de nuestro parecer.
"Fermentus virum rabicum
que incorpurus canis est,
mortalis sont per accidens,
mortalis sont per se".

Para hacer la prueba
que es más necesaria,
agua le pusimos
en una jofaina
y él se fue gruñendo
sin probar el agua.
Todos estos signos
pruebas son de rabia,
pero al mismo tiempo
signos son, tal vez,
de que el animalito
no tiene sed.

Y de esta opinión nadie
nos sacará.
¡El perro está rabioso!
¡O no lo está!


4 comentarios:

  1. A mí tampoco me vuelve loco la idea de ver el Rey que rabió pero, tal y como dices, es mejor no prejuzgar. Tampoco tenía muchas ganas de ver La Bruja y luego me encantó (aunque esta, ... no sé, no sé)
    Me han encantado las fotos de los perros que ilustraban la grabación, pobrets!

    ResponderEliminar
  2. Pues a mí La Bruja me pareció bastante patata, aunque aquella temporada la patata mayor del reino fue el Cyrano, que aburría a las ovejas, y en comparación La Bruja fue una obra magna. Yo en tema zarzuelero soy más bien cauto, no está bien renegar de ella por snobismo pero tampoco está bien pensar que a quien no le guste es un snob, yo creo estar bastante libre de prejuicios de ese tipo y si no me gusta es porque no me gusta y ya está. Tampoco me gusta la opereta alemana, ni el musical, y ahí no hay snobismo o prejuicio que valga.

    ResponderEliminar
  3. Es muy arriesgado decir no me gusta la zarzuela o la opereta o el musical, así en genérico. Óperas, que ese género si estamos todos de acuerdo, aburridísimas hay a patadas.
    Seguramente estamos hartos de un cierto estereotipo de zarzuela, mal montada. Hace falta revisionar bastante el género y sacarle la caspa que también tiene la ópera, sobretodo si también está mal montada.
    La música de El Rey que Rabió es una pura delicia y de cantarse en italiano, estoy seguro que muchos con prejuicios, la aceptarían muchísimo mejor, lo mismo ocurre con la Bruja, grandísima obra que no puede ser despachada con un adjetivo peyorativo.
    Yo soy contrario a la zarzuela estereotipada y de ambiente castizo, de la misma manera que la opereta vienesa con estereotipos principescos, pero en este caso la zarzuela es muchísimo más rica y variada, y solamente aquellas ambientadas en temas castizos y paisajes regionales es la que, a pesar de tener músicas de estimables melodías, tienen poquísimo interés teatral.
    Pero tampoco es que la mayoría de las óperas tengan muchísimo interés teatral, al menos hasta que llegaron esos que se inventaron las nuevas lecturas dramatúrgicas y han transformado algunas comedias en tragedias.
    Yo soy el primero que me asusta la zarzuela, sobretodo cuando hablan, pero a veces también tengo que tragarme algunas óperas con todos los melodramas íntegros, en alemán, sin enterarme de nada y haciendo cara que me lo paso genial.
    Si no fuera porqué nos gusta auto flagelarnos, la zarzuela, siempre y cuando se monte tan dignamente como la ópera, sería mejor aceptada.
    En la animadversión hacía el género, hay mucho de herencia perversa, que desde posiciones alejadas, ni se entiende. Será por eso que algunos de los cantantes más relevantes de la actualidad, hartos ya de cantar siempre lo mismo, han encontrado en la zarzuela un fondo de armario inesperado.
    Tiempo al tiempo.
    No es ninguna obligacón que nos tenga que gustar el género, pero es bastante incomprensible que gustándonos la ópera le demos la espalda, son algo más que primas hermanas.

    ResponderEliminar
  4. ¿Y no dejamos la posibilidad de que sí se pueda decir que no me gusta la zarzuela, igual que hay gente que dice que no le gusta Ligeti o Schoeberg (que a mí sí me gustan) y no sea por prejuicios ni por herencia perversa, ni por malos montajes? Que sea simplemente porque no me gusta, igual que no me gusta el 90% de la obra de Donizetti, que es un genio pero que no me gusta. No creo que si la zarzuela se cantara en italiano me gustase, eso es presuponer que tengo una animadversión hacia lo español o hacia lo castizo que no tengo. Tampoco creo que haya que despojar a la zarzuela de su casticismo, sería como hacer una Butterfly ambientada en Chicago, le quitaríamos el sentido. Tampoco será por malos montajes, el de Luisa Fernanda del Real estuvo muy bien (además metieron mucha tijera, lo cual agradecí) y el de La Bruja en les Arts fue aún mejor, pero en ambos casos me quedé frío. A mí me gustaría encontrar zarzuelas que me gustasen y poder disfrutar con ellas, pero hasta ahora eso no ha pasado, y no es por ninguna de las razones que da Joaquim, es porque no a todos nos puede gustar todo.

    ResponderEliminar