sábado, 31 de enero de 2009

Ch'io mi scordi di te?...Non temer, amato bene

Estoy tecleando. Mientras voy completando el aburrido trabajo que me he traído a casa, pongo el reproductor del ordenador. Los diferentes fragmentos musicales, contenidos en uno de los discos duros externos y que ocupan unos treinta y cuatro gigas en la carpeta "Sopranos", van sucediéndose uno tras otro de forma aleatoria, así es el modo de reproducción elegido. Suenan las cuerdas. "Vaya... esto es Mozart". Sin ser consciente de ello los dedos quedan paralizados sobre las teclas y la mirada se posa sobre un lugar indeterminado de la pantalla para, finalmente, quedar oculta tras los párpados. Transcurren exactamente once minutos y siete segundos. Once minutos y siete segundos de eternidad, sin tiempo ni espacio. "Ch'io mi scordi di te...Non temer, amato bene" K. 505, es un rondó sobre un texto de Gianbattista Varesco compuesto en 1786 por Mozart para la cantante londinense Nancy Storace (1761 - 1817), que, procedente de Italia, se había instalado en Viena y acababa de intervenir, como Susanna, en el estreno vienés de Las bodas de Fígaro, tiene un obligado de piano que fue interpretado por el propio compositor el día de su estreno en el mes de febrero de 1787. Lo escucho en una grabación de 1968 con una madura Elisabeth Scwarzkopf, -cincuenta y cinco años de edad y treinta de carrera artística- Alfred Brendel al piano y la London Symphony Orchestra bajo la dirección de George Szell. Una y otra vez.



Ch'io mi scordi di te? Che a lei mi doni
Puoi consigliarmi? E puoi voler ch'io viva?
Ah no, sarebbe il viver mio di morte
Assai peggior! Fosti il mio primo amore,
E l'ultimo sarai. Venga la morte!
Intrepida l'attendo, ma, ch'io possa
Struggermi ad altra face, ad altr'oggetto
Donar gl'affetti miei,
Come tentarlo? Ah! di dolor morrei.

Non temer, amato bene,
Per te sempre il cor sarà.
Più non reggo a tante pene,
L'alma mia mancando va.
Tu sospiri? o duol funesto!
Pensa almen, che istante è questo!
Non mi posso, oh Dio!, spiegar.
Stelle barbare, stelle spietate!
Perché mai tanto rigor?
Alme belle, che vedete
Le mie pene in tal momento,
Dite voi, s'egual tormento
Può soffrir un fido cor?


14 comentarios:

  1. Amigo maac no me extraña que se te pararan los dedos durante esos agradecidos 11 minutos.
    Deberiamos escuchar más Mozart, sin duda seríamos más felices. Tanto trabajo no nos puede deparar nada bueno.
    Cuídate

    ResponderEliminar
  2. Gracias!. Llevo años buscando sin éxito esta versión, dónde podría encontarla?

    ResponderEliminar
  3. Prueba aquí:

    http://rapidshare.com/files/166158995/ariaschwarzkopf.part1.rar
    http://rapidshare.com/files/166160115/ariaschwarzkopf.part2.rar

    ResponderEliminar
  4. Simplemente, gracias...muchas gracias

    ResponderEliminar
  5. Me sumo a los agradecimientos por permitirnos compartir ese momento.
    Grandioso Mozart. Divina Scwarzkopf

    Si lograste engancharte al trabajo después de ese momento,tienes toda mi admiración.

    ResponderEliminar
  6. En esas direcciones no logro entrar, es como si sólo fuese para colocar archivos, pero no para bajarlos. Soy inexperta en estos mecanismos. Muchas gracias
    Maria

    ResponderEliminar
  7. Maria, yo me los he bajado, y te juro que soy una nulidad,insiste.

    ResponderEliminar
  8. Aquí explican cómo se hace:

    http://es.geocities.com/gothlyrics/Tutoriales/Tutorial-Rapidshare.html

    ResponderEliminar
  9. Hola Maac. Siempre te visito, en silencio, a través del blog de Alfredo (La plaza del Diamante) y me nutro de tantas cosas...!!! Ho quiero agradecerte en especial el haberme permitido el acceso a las direcciones publicadas. Mi mamá gusta muchísimo de Tito Schipa y a través de ella, he podido aprender a disfrutarlo. Ahora con tu dato, le he podido yo aportar algo "nuevo" y encantadas las oímos ambas juntas. gracias y te sigo visitando...quizá no tan en silencio,,, jajaj.

    ResponderEliminar
  10. Y ya que se trata de "Doña Elisabeth", he leído en estos días que grabó un Fidelio, un Fledermaus y una Flauta Mágica junto a la Janowitz, por casuliadad alguien tiene estas versiones o podéis decirme algo al respecto? muchas gracias

    ResponderEliminar
  11. Lo que te puedo decir es que, aunque hay un momento en que ambas coinciden, son cantantes de generaciones distintas.

    En La Flauta Mágica de Klemperer, en la que Janowitz es Pamina, Schwarzkopf realiza una pequeña colaboración como Primera Dama de la Reina de la Noche. No conozco otras versiones de La Flauta en la que aparezcan ambas.

    El gran Fidelio en el que interviene Schwarzkopf como Marzelline es el de Furtwängler con la Flagstad como Leonore, es una grabación en directo del Festival de Salzburgo 1950.
    Existe grabación de otro gran Fidelio desde Viena: Karajan a la batuta y Mödl y Windgasen como Leonore y Florestan respectivamente (1953), también y antes de los cincuenta hay grabación de un Fidelio con Krauss.

    El Fidelio más famoso en el que interviene Janowitz es el de Bernstein en los años setenta, aunque esta soprano también cantó, en los sesenta, el rol de Marzelline, creo que con Christa Ludwig como Leonore.

    ResponderEliminar
  12. Gracias por compartir el texto de esta hermosa aria. Quisiera tener su traducción al español, alguien podría facilitarla? gracias

    ResponderEliminar
  13. Gracias Violeta, la traducción se encuentra en www.kareol.es, te la copio:

    Crees que puedo olvidarme de ti?
    ¿Puedes realmente aconsejarme que me entregue a él?
    Y puedes querer que en vida... ¡Ah, no!
    ¡Mi vida sería bastante peor que la muerte!

    ¡Que venga la muerte, la espero sin miedo!
    No podría acercar mi rostro a otro que no sea el tuyo,
    ni otorgar mi afecto a otra persona,
    ¿cómo intentarlo? ¡Ah, moriría de dolor!

    No temas, amado bien,
    para ti será siempre mi corazón.
    Me es imposible soportar tantas penas,
    mi alma me abandona.

    ¿Suspiras? ¡Oh, aflicción funesta!
    ¡Piensa al menos qué momento es éste!
    ¡Oh, Dios, no puedo hacerme comprender!
    No temas, etc.

    ¡Crueles estrellas, estrellas despiadadas!
    ¿Por qué extremáis tanto vuestro rigor?

    Bellas almas que contempláis
    mis penas en un momento tal.
    Decidme si un tormento semejante
    lo puede sufrir un corazón fiel.
    No temas, etc.

    ResponderEliminar