"Ustedes no quieren dormirse;
quieren oir música que pueda entenderse
sin necesidad de explicaciones."
Kurt Weill.
Siguiendo el repaso que estoy haciendo por la discografía de Anne Sofie von Otter, dejamos del lado el barroco y clasicismo -aunque sólo momentáneamente- y volvemos a adentrarnos en pleno siglo XX. El otro día vimos como de la colaboración de Anne Sofie von Otter con la Orquesta de la Radio de Hannover (NDR Sinfonieorcheste) y Gardiner había surgido un disco dedicado a canciones orquestales de Zemlinsky y Mahler, pero no era la primera vez que estos intérpretes colaboraban juntos en un proyecto discográfico, unos dos años antes, en 1994 aparecía "Speak Low", un disco que recopilaba obras vocales del compositor alemán Kurt Weill (1900-1950) en el que también participaba como pianista el colaborador habitual de von Otter, Bengt Forsberg. Von Otter, con un punto de sofisticación, no nos hace olvidar a cantantes especializadas en Weill como Lotte Lenya o Ute Lemper pero una vez más nos sorprende por su sentido musical, versatilidad y dominio idiomático -de algo le tuvo que servir ser hija de un diplomática y viajar de aquí para allá-.
Kurt Weill, gracias a su mestizaje musical, fue uno de los músicos más originales e influyentes -no sólo en la música clásica, también en el musical, el pop y el jazz-. Fue otro compositor judio que tuvo problemas con los nazis y, como su mujer, la cantante Lotte Leyna -con la que entonces tuvo una crisis matrimonial pasajera- , tuvo que abandonar Alemania en 1933 estableciéndose en París. Allí colaboró con Bertold Brecht en Die sieben Todsünden ("Los siete pecados capitales"), con Brecht ya había colaborado en Alemania en obras como Die Dreigroschenoper ("La ópera de tres centavos." Berlín, 1928) o Aufstieg und Fall der Stadt Mahagonny ("Grandeza y decadencia de la ciudad de Mahagonny." Leipzig, 1930).
Los siete pecados capitales, última obra que Weill y Brecht realizaron en común y que abre el disco, se estreno en París en 1933, era un "ballet cantado" para la compañía de Balanchine, su principal protagonista requería dos intérpretes distintas (una cantante, Anna I, y una bailarina, Anna II). El libreto está con su traducción al castellano en la página de Kareol. Escucharemos el Prólogo, en él conocemos a Ana (Ana I y Ana II -ésta no tiene intervenciones de más de cuatro palabras, en el disco las realiza la misma von Otter-):
En el CD se incluyen tres canciones de Happy End, otra de las obras fruto de la colaboración con Brecht -sólo las letras de las canciones, el texto es de Elisabeth Hauptmann-, estrenada en Berlín en 1929, fue un fracaso : "Bilbao-Song", "Surabaya-Johnny" y "Das Lied von der harten Nuss".
En 1935 Weill marcha a Estados Unidos. Dos temas -"My Ship" y "One Life to Live"- proceden de Lady in the Dark, un musical estrenado en Broadway en 1941 con letras de Ira Gershwin. Cuando en 1944 este musica lse llevo al cine por Mitchell Leisen protagonizado por Ginger Rogers y Ray Milland se omitió, inexplicablemente, "My Ship":
Y tres canciones -"Foolish Heart", "Speak Low" -que da título al disco- y "I'm a Stranger Here Myself"- pertenecen a One Touch of Venus, otro musical de Broadway estrenado en 1943 con letras de Odgen Nash; también se llevó al cine en 1948 pero omitiendo mucha de la música que había escrito Weill.
Entre estas composiciones orquestales se insertan canciones para voz y piano escritas en alemán, inglés y francés: "Der Abschiedsbrief" (1933), "Je ne t'aime pas" (1934), "Nannas Lied " (1939), "Schickelgruber" (1942), "Buddy on the Nightshift" (1942)
El CD lo encontraréis en Music is The Key
La ausencia me ha impedido hacer un seguimiento pausado de tu excelente trabajo sobre von Otter. En este último post hablas de Weil, un músico que me encanta por su originalidad. El referente de Lemper es, para mí, inevitable sin embargo von Otter, qué voy a decir, hace también estupendas versiones de la obra de este músico.
ResponderEliminarSaludos!
Gracias, Glòria, no te preocupes que lo de von Otter va para largo, ¡con la discografia que tiene!
ResponderEliminarReverencia, hoy toca Weill.
ResponderEliminarQue haría yo sin él y sus maravillosos musicales (alemanes o americanos, qué más da).
La von Otter, siempre un poco distante (me lo perdonas ¿verdad?)dice y canta estupendamente, pero en esta grabación pienso que le falta un poco de teatralidad. Quizás si Mauceri lo hubiera dirigido, le habría sacado un poco más sangre.
Aprovecho para recomendar un disco imprescindible cantado por Teresa Stratas:
Teresa Stratas sings Weill
Kurt Weill
1. I'm a Stranger Here Myself
2. Havanna Lied
3. Surabaya Johnny
4. Foolish Heart
5. J'attends un navire
6. Das Lied von der harten Nuss
7. Le Roi d'Aquitaine
8. Denn wie man sich bettet
9. Le Train du ciel
10. Der kleine Leutnant des lieben Gottes
Teresa Stratas, soprano
Y Chamber Orchestra
Gerard Schwarz, director
La discografica es NONESUCH
Le falta desgarro, teatralidad como bien dices, en algunas canciones de Weill, pero no me parece siempre distante y aquí tienes una prueba que corrobora lo que digo:
ResponderEliminarhttp://cantanellas.blogspot.com/2009/08/von-otter-canta-vivaldi.html
Y otra en su Scherza Infida, que sé que te gusta mucho, para mí la suya es una de las versiones más equilibradas, comunicativas y que mejor conjugan expresión de belleza y sentimiento, también me parece muy emotivo y, siempre equilibrado, su Mahler. Cuando canta a compositores escandinavos pone toda la carne en el asador. Así que coincido contigo en un 50%.