miércoles, 7 de octubre de 2009

Iolanta (I) - Un post de emergencia

Como quiero acabar ya con el tema de la Señora de la Laca he decidido publicar una entrada sobre Iolanta, no pensaba hacerlo hasta el sábado y le faltaban algunos retoques, sobre todo subir la música, pero la urgencia requiere una pronta actuación así que he pensado en dividirlo en dos partes. Comenzamos con la primera.


Tchaikovsky (1840-1893) compuso once óperas -para algunos fueron diez-, la última de ellas se tituló Iolanta. Podemos escuchar su introducción orquestal:



Iolanta, que dura aproximadamente una hora y media, tiene solo un acto, se estrenó junto al célebre ballet El cascanueces en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo el 18 de diciembre de 1992.

El libreto, al igual que el de La Dama de Picas, fue escrito por su hermano Modest Tchaikovsky y está basado en La hija del rey René del danés Henrik Hertz, que a su vez se basa en un cuento de Hans Andersen.

La acción tiene lugar durante la Edad Media en la región francesa de Provenza. Iolanta, que es ciega de nacimiento, es hija de René, rey de Provenza. Por orden del rey la muchacha está recluida en un jardín y todos deben ocultar su ceguera para no hacerla desgraciada, de lo contrario un castigo les amenaza: la muerte.

La idea de componer una ópera basada en el texto de Hertz venía rondando por la cabeza de Tchaikovsky desde 1883-1884, en una entrevista ofrecida a un periódico de San Petersburgo en 1992 declaraba:

"Hace ocho años llegó a mis manos un número de El Mensajero de Rusia que incluía una obra en un acto del escritor danés Henik Hertz, en una traducción de F. Miller, titulada La Hia del Rey René. Este tema me cautivó por su poesía, su originalidad y la profusión de momentos líricos. En . mi interior me prometí que un día iba a poner música a esta historia. Pero tras atravesar diversos obstáculos que se interpusieron en mi camino sólo el año pasado fui capaz de llevar a cabo mi decisión".

A finales de 1990 o principios de 1991, tras el éxito obtenido por La Dama de Picas en el Teatro Mariinsky de San Petersburgo, Tchaikovsky recibió el encargo de componer una ópera en un acto y un ballet en dos actos para ser estrenados en la temporada 1991-1992.


La gestación de la ópera fue algo tortuosa, el libreto, como ya hemos visto, se lo encargó a su hermano Modest y, mientras, se puso a trabajar en el ballet El cascanueces. Tchaikovsky pensaba que la ópera no le ofrecería problemas y que, con lo que le atraía la historia, en unas semanas sería capaz de componerla. Sin embargo no fue así. Tuvo que pedir al Mariinsky que pospusiera el estreno de la ópera y el ballet para la temporada 1992-1993.

En el verano de 1991 ya tenía compuesto El cascanueces pero la ópera se le resistía, Tchaikovsky, que comenzó a componer a partir del dúo de Iolanta y el conde Vaudémont, sufrió una crisis creativa y no se sentía con fuerzas para componerla, el proceso de composición iba más lento de lo esperado, además comenzó a obsesionarse con la idea de que estaba imitándose a sí mismo. No era un problema con el libreto puesto que, según sus propias declaraciones, conforme más trabajaba en Iolanta más le apasionaba el trabajo de su hermano. En una carta enviada a éste en agosto escribía:

"Es curioso, cuando componía el ballet pensaba que no iba a ser nada del otro mundo y que cuando iniciara el trabajo en la ópera desplegaría toda mi paleta de colores, y ahora me parece lo contrario, que el ballet es bueno, mientras que la ópera no me está quedando muy bien. Aunque tú sabes por experiencia que durante el proceso creativo, los autores pueden confundirse a la hora de evaluar su creación y que las cosas que parecen ser malas, a veces son realmente buenas."

Mucho debieron cambiar las cosas en apenas unas semanas porque el 17 de agosto enviaba otra carta a Modest en la que le confesaba lo contento que estaba por como le estaba quedando la ópera. "En general estoy bastante satisfecho de mí mismo", decía. A mediados de septiembre ya estaba acabada a falta de la instrumentación, que la concluyó a finales de diciembre de ese mismo año. El estreno tendría lugar un año después.

Iolanta no fue un fracaso, al menos de público, pero pronto fue olvidada, las razones seguramente hay que buscarlas en su duración, demasiado corta para ofrecerla en una velada y demasiado larga para combinarla con otra ópera, una opción podría ser programarla con El cascanueces, como en su estreno, pero parece que la ópera y el ballet no casan bien. Y si no que se lo pregunten a algunos amigos de los que visitan Cantan Ellas

Mucho se ha hablado sobre el simbolismo de Iolanta, y el paralelismo de la historia de la protagonista con la vida de Tchaikovsky, pero no dejan de ser más que conjeturas. No hay en Iolanta tanta tensión dramática que encontramos en Eugene Onegin o en La Dama de Picas pero sí el melodismo y la riqueza instrumental marca de la casa. La obra tiene su origen en un cuento fantástico y ese ambiente irreal, de ensueño, está perfectamente plasmado en la partitura, lo que, según como se mire, puede ser considerado una virtud o un defecto. Yo prefiero considerarlo como una virtud.

El momento musical culminante de la ópera tiene lugar durante el encuentro entre los enamorados, cuando Vaudémont comprueba, al pedir una rosa roja para tenerla como recuerdo, que Iolanta no distingue los colores -le entrega una blanca-, es ciega. Este momento operístico tiene la particularidad de que fue el escogido por Tchaikovsky para iniciar la composición de la ópera, es una maravilla. Lo escuchamos por Netrebko y Villazón, en próximos días podremos escuchar otra vez a la soprano pero acompañada por Beczala:


3 comentarios:

  1. Qué gracia el título del post "de emergencia" juas, juas, juas, eres genial. No sé tú, pero yo me he divertido mucho con algunos comentarios del post anterior, porque son como sus comentaristas inteligentes y divertidos y qué escasez hay de eso en estos tiempos que corren...así que siempre hay que celebrar la existencia de ese diez por ciento de cabezas que piensan. Ya tenemos bastante con convivir a diario con el noventa por ciento que embisten... lacas capilares incluidas.

    A mi la señora Netrebko - que parece que usa poca laca- me parece excepcional. Está entre mis favoritas absolutas. No así el caballero que la acompaña... qué le vamos a hacer, todo es cuestión de gustos. Y además cuanto canta en ruso es que lo hace rebien, por lo menos a mí me suena a gloria. la selección que has hecho que me parece una autentica maravilla, si ha sido un recurso de emergencia, qué buen recurso Maac.
    Gracias.

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  2. catherine la parisienne7 de octubre de 2009, 21:20

    J'ai eu la chance d'assister à ce concert au théatre des Champs Elysées le 28 mars 2007 et je ne l'oublierai jamais. Ces 2 artistes exceptionnels ont donné le meilleur, et le public parisien les a ovationnés debout. A la fin du duo de Iolanta qui marquait l'apothéose de la première partie,les applaudissements ont d'ailleurs commencé avant que l'orchestre n'ait terminé. C'était fabuleux!

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  3. Coincido con Assai en su apreciación sobre Villazón, y es que, como muchos ya sabéis, no soy villazonista. Pero podemos fijarnos en sus virtudes, que también las tiene: la belleza de su timbre, un sentido de la musicalidad innato -aunque abrupto, no sé si por falta de técnica- y su entrega. Yo, lo que peor llevo es verlo en imágenes, lo encuentro siempre sobreactuado y nervioso. Cuando canta tengo la sensación de que lanza la voz sobre la melodía en vez de mimar la melodía con su voz.

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