jueves, 20 de mayo de 2010

Mahler - Décima Sinfonía.

El final de la vida de Mahler está marcado por su deteriorada salud y los problemas matrimoniales con Alma Mahler, que había abandonado toda actividad artística para dedicar su vida a su esposo. Intentando solucionar una crisis matrimonial de la pareja, Alma se retiró al balneario de Todelbad, allí conoció a Walter Gropius, la atracción fue mutua comenzando una relación epistolar que llegó a ser interceptada por Mahler, pero Alma no estaba dispuesta a abandonarlo. Estos hechos motivaron que la crisis matrimonial se agravara, a la vez, creció el interés de Mahler por su esposa, le pidió que no lo abandonara y llegó a acudir a una consulta con Sigmund Freud, decidió componer una sinfonía para ella, la Décima, que quedaría en su mayor parte inacabada. Al final del boceto escribiría la siguiente frase: "¡Por ti vivo! ¡Por ti muero! Almschi".

Mahler, era muy supersticioso respecto a las Sinfonías número 9, pensaba que, como le había pasado a Beethoven, no podría ir más allá de la Novena, "La canción de la tierra" la había bautizado como sinfonía pero no le había puesto número, pensando en que, con esta estratagema, había franqueado el fatídico número 9 se puso a trabajar en su sinfonía número 10. Como si sus temores fueran fundados esta última sinfonía quedaría inejecutable en su mayor parte.

Cuando falleció el compositor todavía no se había estrenado ni la Novena ni "La canción de la tierra". En 1924 Alma publicó el adagio de la Décima, se trataba del Primer Movimento, (Adagio. Andante) el único que había quedado terminado, mientras que Ernst Krenek reconstruyó el Tercer Movimiento (Purgatorio), no se atrevió con los tres restantes -Mahler había previsto una sinfonía en cinco movimientos-. Se ofreció a varios compositores, entre los que se encontraban Shostakovich y Schoenberg, la tarea de finalizar la décima pero nadie quería hacerlo, hasta que en 1960 la BBC pidió a Deryck Cooke que hiciera un estudio de esta sinfonía inacabada, tras el cual éste decidió reconstruirla y el resultado se emitió por la radio con ocasión del centenario del nacimiento del compositor. Bruno Walter convenció a Alma Mahler de que prohibiera sucesivas ejecuciones y así lo hizo hasta que, muerto Walter, la convencieron para que escuchase las cintas de la BBC. Alma se sorprendió de la cantidad de Mahler que había en esta Décima Sinfonía reconstruída -y es que Cooke lo único que había perseguido es lograr que la música que había quedado fuera ejecutable- , así que escribió una carta que decía:

"Querido señor Cooke:
El Sr. Byms me ha visitado hoy en Nueva York. Me ha leído sus excelentes artículos sobre la Décima Sinfonía de Mahler y su autorizada partitura. Tras ello, le expresé mi deseo de escuchar, finalmente, la cinta de la BBC de Londres. Me emocioné tanto con esta interpretación que en seguida le rogué al señor Byms que volviera a poner la cinta. Entonces comprendí que había llegado el momento de que yo reconsiderara mi decisión previa impidiendo las interpretaciones de esta obra.
He decidido, por tanto, de una vez y para siempre, darle mi total autorización para que haga interpretar su edición de la obra en cualquier parte del mundo.
Sinceramente suya,
Alma María Mahler."


Con la colaboración de Alma, que en 1963 prestó manuscritos de Mahler fue posible realizar una segunda versión estrenada en 1964, Alma, que había fallecido meses después de haber dado permiso a Cooke, no pudo escucharla. En los años setenta Cooke aún la retocaría en una tercera y última reconstrucción, de las suyas, puesto que existen versiones de otros composiores, aunque la de Cooke es la que más se interpreta. Opositores al trabajo de Cooke, además de Walter, fueron Bernstein, Solti, Boulez, Klemperer o Tennstedt, por el contrario la han interpretado directores como Sanderling, inbal, Levine, Martinon, Ormandy, Ratlle, Morris, Chailly, Gielen, Wyss, Harding...

Lo sorprendente de esta Décima Sinfonía, sobre todo del único movimiento que nos ha llegado terminado, el primero, es que Mahler está experimentando con sus armonías cromáticas, con la atonalidad (el "flirteo con la tonalidad" lo llamó Bernstein) y el uso de disonancias, como si quisiera abrir una nueva vía, a saber por dónde hubieran ido los tiros si no llega a sufrir una muerte prematura. Pérez de Arteaga, en su libro sobre el compositor, expone que no hay que exagerar el vanguardismo de la Décima, que hay mucho de Beethoven en la Décima y cita a Bernstein para decir que va "por la gran línea del sinfonismo germánico".

Os dejo la versión de Eliahu Inbal con la Orquesta Sinfónica de la Radio de Frankfurt en la versión de 1976 reconstruída por Deryck Cooke :





8 comentarios:

  1. Es una sinfonía absolutamente sobrecogedora desde el principio. Alguien sintética y acertadamente la difinió como "un soplo de vida y muerte" Es maravilloso como esa lucha interior -de Mahler- crea tremendas, bellas y por momentos angustiantes tensiones músicales.

    Siento que la versión que vimos -hace unos días en el Palau- no fuera precisamente un total acierto. No sé a quién achacar los errores si a Eliahu Inbal o a la Orquesta Filarmónica Txeca. Lo cierto -al menos para mí- es que al final no conseguió ese estadio: conmoverme.

    Te agradezco que hayas puesto de nuevo una versión de Elianu Inbal, la reescucharé con atención. Siempre he tenido una predilección por Bernstein dirigiendo a Mahler, no sé muy bien el porqué. Este adagio inicial es absolutamente "atrapador" que pena no poder continuar.

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  2. Tampoco yo sé si fue la orquesta o el director, aunque me inclino por el segundo, pero el otro dia no sólo no me emocionó sino que por momentos me parecía casi una parodia de Mahler.

    Bernstein me gusta con casi todo, pero de esta 10 solo he oido la version de Rattle, y casi no quiero ni probar otras. Ahora estoy escuchando este adagio (gracias, Maac!) y aunque me parece muy bueno, me quedo con el "mío". Por cierto, siempre que oigo el arrebatador-hiperromántico tema inicial (1.17) me viene a la cabeza Rebeca, Manderley, o las Cumbres Borrascosas, no recuerdo, pero ¡cuanto se plagia!

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  3. Yo no pude estar el otro día, y lo senti porque la 10ª es una obra imprescindible para mí.
    El binomio Bernstein-Mahler a mi tampoco suele defraudarme nunca.

    José Luis, creo que te refieres a Rebecca de Waxman. No creo que se pueda hablar de plagio, pero efectivamente hay un parecido muy notable:

    http://www.youtube.com/watch?v=QangvYJNc3U

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  4. Si, sí, es esa, gracias, Atticus. Y ya, ya, no se puede hablar de plagio, pero creo que el señor Waxmann conocería el adagio de la sinfonia, y, que quieres que te diga... Es como con Herrmmann, y ahora Morricone y Williams, que me harto de oirles melodias y acordes que conozco de otras obras, y me temo que elllos también. Por lo menos, que lo digan.

    P.S. La duda me corroe y aprovecho la ocasión: ¿Tu "Atticus" tiene que ver con abogados, niños y ruiseñores?

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  5. Efectivamente, José Luis, ese mismo.

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  6. Assai, respecto a Bernstein hay quien dice que a él le hubiera gustado ser el artífice de la recuperación de esta sinfonía y que por eso despreció la labor de Cooke y a la propia sinfonía como concepto, al menos lo he leído por ahí.
    Yo también coincido en que la Filarmónica Checa e Inbal no llegaron a redondear la versión, aún así yo lo pasé muy bien.

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  7. Pues si Maac, a mi me parecio que especialmente no se lucieron en el adagio. No conozco lo que dices a cerca de Bernstein, pero tiene su logica.

    Tambien disfrute mucho, luego estuve pensando y para mi me parecio que fue la orquesta la que no consiguio lo que esperabamos, pero bueno, coincido contigo de que lo pase estupendamente bien. Empiezo a pensar que pedimos demasiado, no crees.

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  8. Pedimos demasiado, pero ahora que lo dices recuerdo el Bruckner que ofreció Colin Davis con la LSO y no sé si es que a veces nos dan demasiado.

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