Uno, a veces, tiene suerte y, entre ellas, algunas muchísima suerte. Y es lo que he tenido esta vez, lo lamentable es que haya sido a costa de desgracias ajenas, el caso es que, casi sin comerlo ni beberlo, me tropecé con la posibilidad de realizar un viaje a Barcelona para asistir a Ariane et Barbe-Bleue de Paul Dukas, una ópera extraña, no muy conocida y, al menos en nuestro país, muy poco programada (se estrenó en italiano en Madrid en 1913). Hace unos años intenté hacer una audición de la ópera y la impresión que me dio es que era un tostón, no llegué a escucharla entera, recuerdo que al dar a un amigo mi opinión sobre ella me llevé una buena reprimenda, la verdad es que hoy creo que además fue muy merecida. Así, con esta idea de hace unos años, es como me presenté en el teatro, con algo de escepticismo pero también muy contento de poder asistir a esta ópera rara, a saber cuándo se volverá a programar a menos de 400 km de casa (aunque le pega mucho a Mortier ¿no?).
Ariane et Barbe-Bleue tiene como subtítulo Le Délivrance Inutile (La liberación inútil), y en éste está la clave del libreto escrito por Maurice Maeterlinck para Paul Dukas, pues viene a decir que nadie quiere ser liberado realmente o, en palabras del mismo Dukas, que "la libertad cuesta cara porque viene a ser lo desconocido y el hombre preferirá siempre una esclavitud conocida a la aterradora incertidumbre" que viene a defender la tesis de que para mucha gente es mejor seguir el dicho popular, más vale malo conocido que bueno por conocer que asumir el riesgro de lo desconocido. Algo tiene que ver la ópera con el famoso cuento de Charles Perrault y algo también con la mitología griega, sobre todo con la historia de Ariadna (salvadora de Teseo, fiel y sola): Barbe-Bleue no mata a sus mujeres, las enferma, Ariane -la última en llegar- desafiando al marido, desciende a los laberintos subterráneos del castillo y encuentra a sus mujeres con vida, aunque aterrorizadas y esclavizadas, encuentra la salida y les ofrece la posibilidad de ser libres, éstas la rechazan.
Se estrenó en la Opéra-Comique de París el 10 de mayo de 1907 y es la única ópera compuesta por Paul Dukas, tiene 7 personajes femeninos (Ariane, la nodriza y las 5 mujeres ateriores, una de ellas muda), frente a 4 masculinos (Barbe-Bleue, que apenas interviene musicalmente en unas frases del primer acto, y tres anecdóticos campesinos), además participa el coro. Aunque la crítica la acogió favorablemente en su estreno, la obra no ha llegado ha imponerse en el repertorio, me esperaba que el Teatre del Liceu estuviera medio vacío y que hubiera deserciones en la segunda parte (tercer acto), pero nada de eso ocurrió, el teatro, que no estaba totalmente lleno, ofrecía un aspecto magnífico y el público aguantó hasta el final.
Musicalmente tiene, sobre todo. influencias de Wagner y Debussy, cuyo Pélleas es citado cuando aparece el personaje de Mélisande (una de las esposas de Barbe-Bleue) pero el resultado final suena distinto, como es una ópera muy sinfónica requiere una orquesta de primer nivel -esto no es bel canto-, capaz de hacer justicia a las sonoridades de la partitura que gira en un contraste continuamente cambiante entre la luz (Ariane) y la oscuridad (Barbe-Bleue). Tenía pocas esperanzas puestas en la Orquesta del Liceu pero tengo que reconocer que esta vez no me ha sonado tan mal como otras veces, claro que no voy a decir que estuviera fantástica, lo dejaremos en aceptable, parte del mérito habrá que atribuírselo al director, Stéphane Denève, suponía el debut del director en este teatro, mientras que el Coro pasó bastante desapercibido en todos los sentidos.
Barbe-Bleue, como ya hemos señalado, apenas canta al final del primer acto, no aparece en el segundo y al final del tercero permanece como un personaje mudo. El personaje estuvo interpretado por Jose van Dam, un cantante que en su momento fue extraordinario pero que ahora no está ni para cantar cuatro frases, una pena.
Ariane, por el contrario, está siempre en escena, ahí radica la principal dificultad del personaje, en el hecho de que esté constantemente cantando, además vocalmente el rol es muy exigente y requiere un sólido dominio del registro medio, parece que tuve suerte al poder escuchar a Katarina Karnéus, a juzgar por lo que se dijo de la otra Ariane de esta producción, Jeanne-Michèle Charbonnet (es la que aparece en la foto que ilustra esta entrada), Karnéus compuso una Ariane creíble en lo dramático y ajustada en lo vocal, sin estridencias.
Bien estuvieron Patricia Bardon como la nodriza y Gemma Coma-Alabert, Beatriz Jiménez, Elena Copons, Salomé Haller, y Alba Valldaura (papel mudo) como las otras mujeres de Barbe-Bleue.
La puesta en escena no es fácil porque la acción es muy estática, la ópera está plagada de símbolos y no hay tramas secundarias, en Barcelona el montaje provenía de la Ópera de Zurich y no me gusto nada la propuesta de Claus Guth, no por el movimiento de los cantantes sino por la escenografía de Christian Schmidt, aquel edificiopor fuera parecía un chalé ubicado en un país nórdico y por dentro un sanatorio mental (y en esté punto el movimiento actoral contribuyó bastante a ello), estéticamente pobre y feo (como es la idea que tenemos de los sanatorios mentales), más lograda encontré la solución dada a los subterráneos del "castillo" con el agujero en el escenario primero y la posterior elevación del chalé -que bajaba a la vista del público- dividiendo la escena en dos planos.
Resumiendo, ha sido una oportunidad única, dado lo poco que se representa esta ópera, y una experiencia muy positiva, que me ha servido para revisar mi opinión sobre la obra (ahora con más conocimiento de causa puesto que no hay nada como la ópera en vivo). Si alguna vez vuelvo a tener la oportunidad de volver a verla seguro que no la voy a desaprovechar. Para redondear el viaje hubiera sido ideal asistir al Tamerlano de Haendel en versión concierto -y no precisamente por la presencia de un Domingo con mucho talento pero fuera de estilo- pero, lamentablemente, uno tiene que trabajar para vivir y perder tres días entresemana es demasiado, además, supongo que encontrar una entrada de última hora hubiera sido tarea bastante ardua.
Enlaces a otras crónicas:
Joaquim en In Fernem Land
Mei en GTL torn T
Vídeo del final del segundo acto en la producción del Liceu con la Ariane de Charbonnet:
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Joaquim en In Fernem Land
Mei en GTL torn T
Vídeo del final del segundo acto en la producción del Liceu con la Ariane de Charbonnet:
¡Vaya!, y aquí sin enterarnos de la visita.
ResponderEliminarMe alegro que te gustara, verdaderamente es una opera de interés musical y vocal que tendría que frecuentar más los teatros. La lástima es que nos quedáramos sin la Westbroek.
Yo no pude asistir a las funciones que hizo Karneus y me hubiera gustado muchísimo ya que todos los que han visto ambas interpretes, la situaban muy por encima de Charbonnet.
Que no me entere yo que otra vez que tengas la oportunidad de venir al Liceu de improviso, no nos das un toque.
Un abrazo
Gracias, Joaquim, a ver si la próxima vez cae en fin de semana y seguro que os lo doy.
ResponderEliminarSupongo que fuiste a la función del domingo, si fué así, lastima porqué yo también estuve y nos podriamos haber encontrado aunque solo fuera para tomar un café y charlar un poco. Estoy totalmente de acuerdo con lo que dices, la música de Dukas me pareció extraordinària (yo no habia escuchado la òpera antes) y la actruación de Karneus también me encantó. El montaje no me gustó nada, y las pobres mujeres, más que rechazar lo desconocido fura del castillo, parecian víctimas del síndrome de Estocolmo en un psiquiatrico. Però en general, pasé un muy buen rato con la representación, cosa que no tenia muy clara antes del inicio.
ResponderEliminarUn abrazo
No, Josep, estuve en la del martes, no hubiéramos podido coincidir. A ver si a la próxima hay más suerte. Saludos.
ResponderEliminarAriane et Barbe-Bleue es un operón. Yo la conocí cuando nos dio en nuestro ex-foro por escuchar óperas poco conocidas y comentarlas entre todos, recuerdo que escuhamos L'Oracolo de Leoni, Ali Baba de Cherubini y esta, y de las tres la única que me dejó algo para el recuerdo fue la de Dukas. Me alegro mucho de que la disfrutases.
ResponderEliminarPues en esa misma época es cuando la escuché yo.
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