Samson et Dalila es una ópera de Camille Saint-Saëns basada en el Libro de los Jueces del Antiguo Testamento, se estrenó, cantada en alemán, en Weimar el 2 de diciembre de 1877 por mediación de Liszt ya que en París había sido rehusada. Primero se concibió como oratorio (1859) bajo el título de Dalila y después se adaptó a la escena, de ahí su carácter estático y sus grandes escenas corales. Se separa algo del relato bíblico haciendo hincapié en el conflicto amoroso entre los protagonistas. El rasgo que define a Dalila, cuya historia es de todos conocida, es su sensualidad, su ambición y también su crueldad, Shirley Verret tenía el timbre ideal para interpretar el personaje: una voz cálida, carnosa y sensual, además grandes cualidades dramáticas y un físico ideal.
El Gran Sacerdote de Dagon ha solicitado a Dalila que averigüe dónde reside el secreto de la fuerza sobrehumana de Samson, éste acude a casa de la joven filistea para comunicarle que deben renunciar al amor, que es un amor imposible, pero Dalila le seduce entonando el aria "Mon coeur s'ouvre a ta voix"
El Gran Sacerdote de Dagon ha solicitado a Dalila que averigüe dónde reside el secreto de la fuerza sobrehumana de Samson, éste acude a casa de la joven filistea para comunicarle que deben renunciar al amor, que es un amor imposible, pero Dalila le seduce entonando el aria "Mon coeur s'ouvre a ta voix"
Mon Coeur s'ouvre a ta voix
comme s'ouvrent les fleurs
aux baisers de l'aurore!
Mais, o mon bien-aime,
pour mieux secher mes pleurs,
que ta voix parle encore!
Dis Moi qu'a Dalila tu reviens
pour jamais!
Redis a ma tendresse
Les serments d’autrefois,
Ces serments que j’aimais
Ah! responds a ma tendresse
Verse-moi, verse moi l'ivresse!
Responds a ma tenfresse, etc
Dalila, Dalila, je t'aime!
Ainsi qu'on voit des bles les
epis onduler
sous la brise legere,
ainsi fremis mon Coeur,
pret a se consler.
A ta voix qui m'est chere!
La fleche est moins rapise a porter le trepas,
que ne l'est ton amante a voler
dans tes bras!
(Mi corazón se abre a tu voz como se abren las flores a los besos de la aurora. Pero, oh mi bien amado, para secar mejor mi llanto que hable tu voz aún; dime que vuelves a Dalila para siempre; repite a mi ternura los juramentos de otrora, ¡esos juramentos que yo amaba! ¡Ah, responde a mi ternura! Vierte en mí la embriaguez. Así como se ven ondular las espigas de trigo en la brisa ligera, así tiembla mi corazón, dispuesto a consolarse, al sonido de tu voz que me es tan querida. ¡Es menos rápida la flecha en llevar la muerte que tu amante en volar a tus brazos! ¡Responde a mi ternura! ¡Vierte en mí la embriaguez!)
Esta entrada se me había escapado. Está impresionante la Verret en esta Dalila, mejor que en la que tengo yo con Plácido. Brava!!! :-D
ResponderEliminarSi, a mi también se me pasó (se me amontona la faena´). Magnífica la Verret!!
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