lunes, 14 de abril de 2008

Beethoven. Leonore/Fidelio (II): LAS VERSIONES. LAS OBERTURAS.

EN BUSCA DE UN LIBRETO

Como ya vimos en la primera parte, Beethoven siempre quiso componer óperas, llegó a tomar lecciones de prosodia italiana con Salieri y pidió a los directores de la ópera de Viena, aunque la oferta fue rechazada, una pensión a cambio de la cual compondría un determinado número de óperas cada año, pero no encontraba libretos que se adaptasen a lo que él quería, desaprobaba por completo la naturaleza frívola de una gran parte de los argumentos de ópera, especialmente Beaumarchais y Da Ponte (con los que Mozart había compuesto obras maravillosas como Las bodas de Fígaro, Don Giovanni y Così fan tutte).

Salieri, de quien Beethoven recibió lecciones
de acentuación, pronunciación y métrica italianas.


En 1802 ya había reunido suficientes méritos para ser considerado un gran compositor, había compuesto su Segunda Sinfonía y el Concierto para piano número 3, su estilo había evolucionado hacia formas de mayor libertad expresiva, hacia 1803-1804 su progreso se consolidaría en la Sinfonía Heroica.

La composición de la que iba a ser su primera ópera,“El fuego de Vesta" había sido fruto de un encargo realizado en 1803 por el empresario y libretista Emanuel Schikaneder, el libretista de “La Flauta Mágica” y el primer intérprete de Papageno, una de las figuras más destacadas de la vida teatral de Viena. Para trabajar en la citada ópera se mudó a una vivienda en el Theater an der Wien, donde en abril ofreció un concierto en el que tocó, entre otras piezas su Segunda Sinfonía.
Emanuel Schikaneder

Cuando Schikaneder se declaró en quiebra la dirección del Teatro de la Corte de Viena se hizo cargo del contrato, había que interrumpir el trabajo y escoger un nuevo drama, además parece que el tema de “Vesta Feuer” (El Fuego de Vesta) no interesaba realmente al compositor que en ese momento estaba a punto de componer su tercera sinfonía, inicialmente llamada “Sinfonía Grande intitulada Bonaparte”, después denominada Sinfonía Heroica y la Sonata Waldstein. La música compuesta para esta ópera inconclusa -había completado el primer acto y tenía ya notas de los restantes, de ella se conserva únicamente la primera escena,- pasaría al siguiente proyecto (el dúo Leonore y Florestan proviene de un terceto escrito para El Fuego de Vesta)..

La génesis de "Fidelio" se remonta, según Jean y Brigitte Massin, a la famosa crisis moral que sufre el compositor en 1802, la que consigna el testamento hecho en Heiligenstadt. Para estos autores dos temas preocupaban a Beethoven especialmente en esta etapa, las ideas y la filosofía que la Revolución Francesa infunde en toda Europa, y la obsesión por el casamiento, que se le aparece como la única solución a su desarraigo y su soledad moral. Por eso cuando se le ofreció la posibilidad de realizar una ópera sobre un libreto francés que trata el tema del amor conyugal y de la fidelidad, al mismo tiempo que el desprecio por la tiranía y el triunfo de la libertad, la justicia y la razón, Beethoven pone todas sus energías en su realización.

Página del Testamento de Heiligenstadt,
descubierto entre las pertenencias del compositor poco después de su muerte,
fue escrito en octubre de 1802 en Heiligenstadt (hoy es un suburbio de Viena)


En realidad es un "singspiel" puesto que alterna números cerrados y partes recitadas y pertenece al mundo de las “óperas de rescate” como “Les Rigueurs du cloitre” de Henri-Montan Berton (1767-1844), “Camille” de Nicolas Dalayrac (1753-1809), “Les Deux journées ou Le Porteur d'eau” (1800), “Lodoiska” (1791) -estrenada por Schikaneder en el Theater an der Wien el 23 de marzo de 1802, está considerada la Primera Ópera de la Revolución Francesa- y “Faniska” (1806), las tres de Luigi Cherubini (1760-1842). Las óperas de rescate se caracterizaban porque en ellas el héroe, representante de las fuerzas del bien, triunfa después de haber sufrido persecuciones injustas o peripecias novelescas, encontrando la salvación tras una situación límite y gracias a la providencia y como premio a su creencia en los valores de la justicia y de la razón.

Pero aunque hoy resaltemos sobre todo su visión sobre la humanidad, su fe en la justicia y en la razón, para Beethoven no es menos importante el tema del amor conyugal, no olvidemos que años más tarde en la Novena Sinfonía musicará estos versos de la “Oda a la Alegría” de Schiller: “aquél que una esposa prudente ha ganado, a este grandioso júbilo debe aunarse... mas, el que nunca esto haya podido lograr, apártese de esta alianza con dolor profundo”. Pero es que ya en 1790 Beethoven había querido haber musicado estos versos, y estas mismas palabras aparecen al final de las distintas versiones de Leonore/Fidelio: “Wer ein holdes Weib errungen, mische seinen Jubel ein!” (Schiller) y “Wer ein holdes Weib errungen, stimm' in unsern Jubel ein!” (Libreto de Leonore/Fidelio). “¡Quien ganó a una mujer propicia, únase a nuestro júbilo!”. Para Lewis Lockwood la motivación más importante para componer la música del libreto de Leonore fue el idealismo y sus connotaciones sociales en la Europa de la época.

LAS VERSIONES.

Antes de comenzar con las versiones de la obra, una breve nota aclaratoria: Según Elisabeth Bouillon Beethoven prefería el título de Leonore al de Fidelio. El libreto de la segunda versión (1806) apareció de hecho bajo el título de Leonore oder Der Triumph der ehelichen Liebe (Leonore o el Triunfo del amor conyugal), mientras que la reducción para piano y canto correspondiente fue publicada en 1810 con el título de Leonore. En 1805 y 1806, la dirección del Teatro an der Wien impuso al compositor el título de Fidelio oder Die ehelichen Liebe (Fidelio o El Amor conyugal), seguramente con el fin de evitar confusiones con Léonore ou l'Amour conjugal de J. N. Bouilly, compuesta por Pierre Gaveaux en 1798, y con Leonore de Ferdinando Paer, estrenada en Dresde el 3 de octubre de 1804. Leonore es el título que hoy se utiliza normalmente para designar las dos primeras versiones (1805 y 1806), mientras que Fidelio hace referencia a la versión final de 1814.

Por lo tanto existen tres versiones:

  1. Primera versión, conocida como Leonore, en tres actos, fue compuesta entre 1803 y 1805 y estrenada en Viena, Theater an der Wien, el 20 de noviembre de 1805 bajo el título de “Fidelio oder die eheliche Liebe”, fue un absoluto fracaso.
  2. Segunda versión, conocida como Leonore, estrenada en: Viena, Theater an der Wien, 29 de marzo de 1806, reagrupaba la acción en dos actos con cortes bastante importantes en el interior de los números pero sin grandes supresiones entre ellos.
  3. Tercera versión, conocida como Fidelio: Viena, Kärntnertortheater, 23 de mayo de 1814, con supresión de bastantes números y reescritura de otros.

Se ha descrito el diseño general de la ópera como una gran curva que parte de la luz y que desciende hacia la oscuridad (primer acto), para después remontar desde la oscuridad hacia la claridad (segundo cacto). Este gran movimiento es también un viaje desde el pasado hacia el futuro, poco a poco va perdiendo el tono característico del singspiel de las primeras escenas: la abundancia de diálogos hablados y la influencia mozartiana (el idilio de Marzelline y Fidelio, los celos de Jaquino), para entrar en el interior del drama: los diálogos ya no son tantos e intentan entremezclarse con la música, la desesperada búsqueda de Florestan por Leonore. Una mujer que no juega el rol de la víctima sumisa, ni el instrumento de fatalidad, sino que encarna los ideales del compositor.
  • PRIMERA VERSIÓN: Leonore (1805).
En 1803 Joseph von Sonnleithner (1766-1835), guionista y director del Teatro an der Wien, muestra al compositor un libreto que él mismo había traducido y adaptado al alemán, estaba basado en un melodrama del francés Jean-Nicolas Bouilly (1763-1842), abogado y autor teatral francés, “Léonore ou l'Amour conjugal”, que había sido musicado por Pierre Gaveaux y estrenado en el Teatro Feydeau de París en 1798, también lo utilizarán Paer (1804) y Simon Mayr (1805), a Beethoven no le preocupa que otros músicos le puedan hacer sombra y se entusiasma por la transparencia e idealismo del tema tratado por el poeta, quien aparece a sus ojos con un áurea revolucionaria de la mejor ley (Bouilly había encabezado la Comisión Militar durante el Terror y posteriormente trabajaría para el Comité de Instrucción Pública de París y seguramente se había visto involucrado en los sucesos supuestamente reales que cuenta su obra de teatro). Algunos achacan a Sonnleithner y al hecho de que su adaptación extienda la obra de teatro original la culpa de un supuesto ritmo lento de Fidelio.

Beethoven de ninguna manera quería que el episodio que narra la historia recayese sobre los jacobinos, partidario como era de la Revolución Francesa, por eso el lugar se situó en España (Angel Fernando Mayo se adhiere a esta tesis argumentando que la ubicación en Francia no podía interesarle al compositor porque él creía en los ideales de la Revolución, en Austria hubiera tropezado con la censura pese a la justicia real y no quedaba aún tan lejos la disputa del trono de España por los Borbones y los Habsburgos).

El argumento, aunque bastante inverosímil -a pesar de que había sido tomado su historia de un hecho real ocurrido en Tours durante el Reinado del Terror-, es muy simple: la pareja Leonore-Florestan está separada por el ingreso de Florestan en la prisión del siniestro gobernador Pizarro. La valentía de Leonore, disfrazada de jovenzuelo bajo el nombre de Fidelio, la lleva hasta el calabozo de su marido justo en el momento en el que Pizarro se dispone a deshacerse de él asesinándole. Leonore se interpone y la llegada del ministro Fernando liberará a Florestan y castigará al verdugo, entregando el marido a la fiel y arrojada esposa. Las razones por las que está Florestan en prisión las desconocemos desde el principio, sólo sabemos que él conoce algún suceso que afecta a Pizarro y que éste quiere mantener en secreto, tampoco conocemos con exactitud su paradero aunque nada más comenzar el segundo acto se nos confirmará que las sospechas de su esposa eran fundadas.

El estreno de la Tercera Sinfonía, "Heroica", tuvo lugar en abril de 1805 y la ópera fue terminada en el verano de 1805 bajo el nombre de “Leonore, o el amor conyugal” y constaba de tres actos, la primera obertura compuesta para la ópera; Leonore I, no sería nunca estrenada en vida del compositor, Hasliger la publicó en 1830 bajo el número 138. Según Lewis Lockwood “la proximidad entre la Sinfonía Heroica y Leonore no es sólo temporal y considera que aquélla es formalmente el más revolucionario de sus trabajos orquestales, un monumento al idealismo heroico que transformaría la literatura sinfónica hasta el punto que la ópera Leonore transfirió muchos de los aspectos heroicos de la sinfonía a la escena, circunscribiéndose tanto a las convenciones teatrales como a la estética operística”.

El estreno, bajo el título de “Fidelio oder Die eheliche Liebe”, estaba previsto para el día 15 de octubre de 1805, pero tuvo que retrasarse por problemas con la censura y, entre otros cambios, fue necesario retrotraer la acción al siglo XVI. El 13 de octubre las tropas francesas invaden la ciudad y la mayor parte de la nobleza vienesa y de los amigos de Beethoven abandonan la ciudad. El día del estreno, que tuvo lugar el 20 de noviembre de 1805, doce días antes que Austerlitz y doce años después de que en el mismo teatro Mozart y Schikaneder estrenaran “La flauta mágica”, bajo la batuta de Ignaz von Seyfried (hay fuentes que mantienen que la dirección corrió a cargo del propio compositor) se interpretó la segunda obertura, Leonore II, que sorprendió por la originalidad de su estructura. Algunos días antes, el ejército francés había entrado en Viena y la aristocracia austriaca había huido de la capital. El teatro, con poco más de media entrada, parcialmente ocupado por oficiales franceses, era indiferente al revolucionario mensaje beethoveniano, en parte porque no entendía el alemán. Una orquesta y unos cantantes mediocres acabaron por convertir la representación en un fracaso. La obra pronto fue retirada de cartel por el propio Beethoven a la tercera representación y en esta versión original no sería repuesta hasta 1905, con motivo del centenario de su estreno.

Existe un testimonio escrito por el propio Beethoven sobre la calidad de la orquesta encargada del estreno: “No tengo más remedio que creer que lo hacen a propósito; no quiero opinar sobre los instrumentos de viento, pero... Hacen desaparecer de mi ópera los piano, pianissimo, crescendo, todos los descrencendo y todos los forte fortissimo ¡No los hacen! Pierdo las ganas de escribir nada si pienso que debo escucharlo de esta forma”.


  • SEGUNDA VERSIÓN: Leonore (1806)
Gracias a las súplicas del círculo de amistades del compositor (su protector, el príncipe Karl Lichnowsky, y Stefan von Breuning, y los cuñados de Mozart: el actor Joseph Lange y el cantante S. F. Mayer), éste aceptó, meses después, hacer, con la ayuda del poeta Collin, algunos retoques en la obra con el fin de volver a representarla para el público vienés en la primavera de 1806.

Los retoques consistieron sobre todo en una serie de cortes y reducciones en las arias y los conjuntos. Los dos primeros actos fueron resumidos en uno, Beethoven se resignó a realizar algunos cortes simple y llanamente sin modificar la música. Además compuso una nueva obertura, Leonore III, obertura que retoma los mismos materiales temáticos que la anterior pero desarrollados de una manera más académica, más respetuosa con los cánones del género, ya que la anterior había sido abiertamente criticada. En la actualidad algunos directores insertan esta obertura entre las dos escenas del Acto II, práctica que estableció Gustav Mahler en el Met (según Angel Fernando Mayo en Viena), otra costumbre, iniciada por Otto Nicolai hacia 1840, consite en colocar la obertura entre los dos actos, incluso se ha llegado a interpretar al final.

La nueva versión, que se estrenó el 29 de marzo de 1806 con el título de “Leonore”, tampoco tuvo éxito, se retiró tras su segunda representación, el día 11 de abril, al constatar que el teatro presenta claros y que los beneficios eran pobres. Tras una discusión con el barón von Braun, director de los Teatros de la Corte, Beethoven reclama su partitura y se va.

  • TERCERA VERSIÓN. FIDELIO (1814).

En 1814, a petición de tres cantantes amigos del Kärntnerthortheater, en un momento en el que la composición de música instrumental sufre una pausa, Beethoven se decide a realizar una tercera versión.

En esta nueva revisión de “Fidelio” el libreto fue retocado por el poeta Georg Friedrich Treitschke (1776-1842). La mayoría de las arias suprimidas en 1806 fueron restablecidas, el final de cada uno de los dos actos fue transformado en favor de una evolución dramática más concisa y el lirismo de las primeras versiones será sustituído por cierto color épico, profundamente revolucionario, más austero y efectivo, se cambiaría asimismo el final de la escena de Florestan engarzándolo con la llegada a la mazmorra de Rocco y Leonore. Un nuevo recitativo fue compuesto para el aria de Leonore, el exquisito -en sentido musical- dúo entre Fidelio y Marcellina fue suprimido, se desarrollaron las figuras de Pizarro y Florestan, se llevaría al exterior el final como contraposición a la opresión de la mazmorra y también sería compuesta una nueva obertura. “Fidelio”, que, inacabada, no pudo ejecutarse el día del estreno sustituyéndose por la obertura “Las Ruinas de Atenas”opus 113, cuya música había sido compuesta en 1812, mucho más ligera que la primera obertura de Leonore). La obertura definitiva de “Fidelio” se ofreció por primera vez durante la representación del 26 de mayo, tres días después del estreno de la ópera, no contiene ningún elemento temático de la ópera pero cumple la función de un impetuoso preludio simbólico, en ella cumplen un papel esencial los instrumentos de viento, especialmente el oboe, al que Beethoven asociará más tarde con el personaje de Leonore. Quizás se sacrificara cierta autenticidad, como diría Furtwängler a propósito de la obertura de Fidelio: “El reelaborador Beethoven se opone al artista Beethoven”, pero no es menos cierto que Beethoven desde 1806 había adquirido mucha más experiencia, en los últimos ocho años había compuesto, entre otras obras, cinco sinfonías (núms. 4 a 8), el Concierto para violín, el Concierto para piano núm. 5, los cuartetos Razumovsky, los Opp. 74 y 95, los tríos Opus 70, las sonatas para piano Opp. 78,79 y 81a (Los adioses), la sonata para violonchelo en La mayor, la última sonata para violín, la Obertura Coloriano, la música para Egmont y la Misa en Do Mayor.

La ópera en su forma definitiva se estrenó el 23 de mayo de 1814 en el Kärnterthor Theater de Viena, por fin conocía el tan anhelado éxito, el 27 de noviembre de ese mismo año se representó en Praga con dirección de Carl Maria von Weber, y hasta que se volvió a representar en Viena, ocho años después, se estrenó en Leipzig (1815), Dresde (1815), Berlín (1815), Graz (1815?), Karlsruhe (1816), Budapenst (1816), Hamburgo (1816), Kassel (1816), Breslau (1816), Weimar (1816), Stuttgart (1817), Dantzig (1818), Riga (1818), San Petersburgo (1819), Königsberg (1819) y Munich (1821)
En París se estrenó en 1829, en el Teatro Italien (Salle Favart) mientras que en Londres lo hizo en 1832 (Teatro Haymarket) con Wilhelmine Schröder-Devient como Leonore, al Covent Garden llegaría diecinueve años después, en 1851..
La Schröder-Devrient, cantó el papel principal en francés en 1825? en el Odeón de París, con un éxito absoluto. En 1830 Wagner tuvo ocasión de escuchar a esta famosa cantante en Leipzig, según Angel Fernado Mayo, “sería el modelo de soprano dramática -voz, presencia, teatralidad- que tendría presente al crear las heroínas de sus dramas musicales” y una de las artífices de que la obra se incorporara al repertorio de los teatros alemanes desde 1822 puesto que era ya la Leonore ideal a los dieciocho años de edad.
Wagner dirigió por primera vez Fidelio el 24 de junio de 1839 en Mitau (Ielgava), ese mismo año se estrenó en Nueva York y Filadelfia en su versión en inglés. Su estreno en Italia tendría lugar el 15 de mayo de 1883, en el Teatro dal Verme de Milán, y en España en 1893 en Madrid, en su versión italiana, y en Barcelona en 1921.

LAS OBERTURAS DE FIDELIO

La única obertura que se nombra con el verdadero orden de composición es la cuarta, en el resto la numeración no es correcta, y esto es así porque se descubrió que la que siempre se pensó que era la primera en realidad fue la tercera, como más adelante veremos.

1. Primera obertura: Leonore II. El día del estreno se tocó la que se conoce como Leonore II. Esta bastante desarrollada y fue concebida para ser tocada por una gran orquesta sinfónica. Como presentaba serias dificultades de ejecución Beethoven la cambió al año siguiente.Elisabeth Bouillon considera que Leonore II es mucho más avanzada musicalmente que Leonore III, “es una obertura romántica (adagio-allegro-presto), con plena libertad formal (desde este punto de vista Leonore III constituye una vuelta atrás) y ruptura absoluta con la tradición”. Kufferath considera que Leonore II es más patética, más amplia y fogosa que Leonore III hasta las fanfarrias, pero a partir de ahí Leonore III es indiscutiblemente superior.

Audición: Leonore II (1805) (Gardiner - Orchestre Révolutionnaire et Romantique)

2. Segunda obertura: Leonore III. Tiene los mismos temas que la anterior pero las modulaciones, las transiciones y la instrumentación es muy diferente. Es la de mayor duración y más célebre, fue compuesta para la versión de 1806.

Audición: Leonore III (1806) (Furtwängler - Orquesta Filarmónica de Viena - 1953)

3. Tercera obertura: Leonore I (op. 138). Fue compuesta en 1807 para una representación a Praga pero nunca llegó a publicarse ni estrenarse en vida del compositor. Se la nombra con este número porque cuando se publicó póstumamente se creyó, dada su simplicidad, que era la primera de las tres oberturas, en realidad su composición se debió al hecho de que se buscaba una música más fácil y ligera para la representación de Praga. Es de estilo italiano: allegro-lento-allegro. En la parte central aparece el tema de Florestan: “In des Lebens Frühlngstagen”, fue alabada por Schumann.

Audición: Leonore I (1807) (Jochum - Concertgebow de Amsterdam)

4. Cuarta obertura: Fidelio. La obertura denominada Fidelio, en Mi Mayor, era la prevista para la versión de 1814, pero como no fue compuesta a tiempo fue sustituida en el estreno por Las Criaturas de Prometeo. Es la más sencilla y breve de las cuatro oberturas, una introducción sinfónica que no utiliza ningún tema de la ópera.

Audición: Fidelio (1814) (Furtwängler - O. Filarmónica de Viena - 1953)

Suele ser bastante habitual ejecutar la obertura Fidelio al principio de la ópera y Leonore III a mitad del segundo acto (Mahler fue el primero), entre el primero y el segundo o incluso al final.


2 comentarios:

  1. Un trabajo extraordinario más que añadir a una trayectoria que desconoce los altibajos.Todos los que te leemos debemos felicitarnos.¡Muchísimas gracias!

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  2. ¡Tremendo! Felicidades, maac.
    Yo estas cosas necesito imprimirlas, leerlas, releerlas y guardarlas. Gracias.

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